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Todos los sábados, El Norte de Castilla publica en sus soportes digital y papel una entrevista con personas que tienen algo que decir a los lectores, bien por su formación, bien por su profesión, bien por la disciplina que desarrollan, bien por su papel social o bien por lo que transmiten desde su posición vital. Además de conocer sus opiniones sobre los más diversos asuntos de la actualidad, en esas entrevistas se presenta al personaje y se le pregunta por su tarea diaria y su trayectoria, así como por los atractivos que su actividad pueda tener para los jóvenes. Y todas las entrevistas terminan con la misma pregunta: «¿Qué quiere ser de mayor?».
Aquí están las 47 personas que han sido entrevistadas los sábados de 2021 y la respuesta que han dado a la pregunta común a todos ellos: «Qué quiere ser de mayor?».
–Con todo lo que lleva visto en su larga vida agraria, ¿tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–Jubilado: estar tranquilo y vivir.
–Tantos años de ferroviario, de sindicalista, de militante socialista, ahora en esta plataforma por el desarrollo de Medina... ¿Y de mayor ya tiene decidido qué quiere ser?
–Me gustaría no tener que ir a ver obras, sino ir a ver la terminal logística de Medina del Campo. Y disfrutar de mi familia.
–Con su bagaje periodístico, con su tarea académica y personal contra la despoblación en España, ¿qué quiere ser de mayor?
–Lo que he sido siempre, un ciudadano activo.
–Usted trabaja en un proyecto fascinante como Las Edades del Hombre, es doctor en Historia del Arte, ha hecho una guía en chino tradicional sobre los vinos de la Península Ibérica. ¿Ya sabe qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir vinculado al mundo cultural y trabajando en una Fundación tan potente como Las Edades del Hombre. Todo siempre relacionado con el arte.
–¿Tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–La verdad es que, después de ver el proceso de mi vida, no lo tendría yo tan claro. La Providencia, en ese sentido, es la que nos hace percibir aquello que realmente creemos, no que queramos ser, sino lo que en el proyecto de Dios debemos ser.
–Con su trayectoria personal y profesional, con su formación, con todo lo que sabe de la evolución del ser humano y todo lo que lo rodea, ¿tiene usted ya decidido qué quiere ser de mayor? del nivel 4 de la cueva de Prado Vargas que están excavando actualmente.
–Quiero ser esto. Lo que soy.
–En sus veinte años de trayectoria, ¿se ha parado ya a pensar qué quiere ser de mayor?
–No pienso a largo plazo. Aparte de consolidarme como profesional, sí que me gustaría seguir avanzando en temas de investigación que todavía no he podido abordar profundamente, sobre todo la cuestión de esta época visigótica con estos grandes centros que fueron Cardeña y Silos.
–Con su trayectoria docente e investigadora, ¿tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–No. Sinceramente, no. Me cuesta mucho imaginarme en algo que no sea la literatura pero no sé lo que voy a investigar y cuál va a ser mi objeto de estudio.
–¿Ya tiene claro qué quiere ser de mayor?
–Mi preocupación es qué hago con todo lo que tengo en las estanterías para que dé fruto. Tengo la frustración de no haber conseguido que alguno de mis cuatro hijos fuese periodista y tengo problemas con la enorme biblioteca de que dispongo, que a mis hijos no les interesará porque no se han dedicado al Periodismo.
–Con 80 años toreó y estoqueó un Victorino y con 89 le acaban de conceder el Premio Tauromaquia Castilla y León del año 2020. ¿Sabe ya qué quiere ser de mayor?
–¡Torero!
–Lleva diez años como decano de Humanidades de Burgos y ha desarrollado una notabilísima actividad en docencia e investigación académica. ¿Tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–Quiero poder seguir haciendo lo que hago ya que me parece una bendición, un privilegio absoluto. Me gustaría, eso sí, tener un poco más de tiempo y dedicarme a escribir otras cosas más creativas, más literarias. No sé cuándo lo podré hacer, pero desde luego no tengo motivos para quejarme.
–Con todo el bagaje personal y profesional que lleva, incluida su experiencia política, ¿tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–¡Lo que quiero es llegar a ser mayor!
–Entonces, ¿ya sabe qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir siendo escultor. Es lo único: seguir creando y enseñar un poco más a la nueva savia que aparezca y tenga paciencia para escucharme.
–Con su tarea de tantos años a un lado y otro del Atlántico, ¿tiene claro qué quiere ser de mayor?
–Me gustaría dedicarme, si llego a mayor, a seguir educando y ayudando a educar a la gente, a poder contribuir en las zonas más pobres, a los más desfavorecidos. A veces lo que uno necesita solo es un poco de amor, de ilusión, que alguien te diga 'tú puedes'.
–Usted ha mirado mucho al pasado, ha recorrido medio mundo, nos está descubriendo una parte esencial del patrimonio castellano y leonés. ¿Sabe ya qué quiere ser de mayor?
–Investigador para seguir descubriendo cosas.
–Jurista, funcionario municipal, escritor, investigador y ahora cronista oficial de Ávila. ¿Ha pensado ya qué quiere ser de mayor?
–Cronista. ¡Ya no puedo ser más!
–Con 27 monografías y 17 capítulos de libros a sus espaldas, con su tarea docente, con su papel de colaborador externo de la RAE y también como colaborador de la Organización de Bachillerato Internacional, ¿tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–Quiero llegar tranquilamente a la jubilación y luego, Dios proveerá: aprendí de los deportistas que hay una parte importante de la vida que es fluir, dejar fluir.
–Agricultor, presidente de coo - perativa agraria, vicepresidente regional de cooperativas, presidente nacional de Herbáceos... ¿Tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–Mayor. Y seguir siendo agricultor y padre de familia. No tengo ninguna pretensión, porque todos los cargos que me dan no tienen sueldo; seguramente me tocan por eso.
–Alguien como usted, que en el mundo de la arquitectura y de la conservación del patrimonio acumula una trayectoria profesional de prestigio, ¿tiene ya decidido qué quiere ser de mayor?
–Lo importante es no ser mayor nunca, no dejar de investigar nunca, no dejar de emocionarte nunca. Una de las ventajas de mi profesión es la de empezar de cero siempre, siempre.
–Alguien que, como usted, está en plena madurez profesional, docente e investigadora sobre lo que puede pasar en el futuro, ¿tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–Quiero jubilarme tranquilamente y seguir aportando en lo posible, es decir, seguir leyendo, seguir analizando el espacio que me rodea, pero jubilarme con cierta paz. Que la jubilación no se entienda como un momento cercano a la muerte, sino una jubilación activa.
–Una trayectoria vital tan imbricada en la dulzaina, ¿le ha dejado tiempo para pensar qué quiere ser de mayor?
–No. Vivo el presente y no quiero ser otra cosa que lo que soy.
–Con todo lo que tiene vivido, manteniendo como mantiene las esencias de una profesión que ha pasado de padres a hijos desde hace generaciones, ¿ha pensado ya en qué quiere ser de mayor?
–Alfarera. ¿Para qué voy a cambiar a mis años? Y cuando me jubile, quiero tranquilidad, tener tiempo para mí y poder sentarme a leer un libro, por ejemplo.
–Y después de ver y analizar lo hecho y vivido hasta ahora, ¿ya sabe qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir siendo como soy y hacer lo que estoy haciendo.
–Ese es el futuro literario. Pero, ¿y el personal? ¿Tiene ya decidido qué quiere ser de mayor?
–Seguir escribiendo, terminar mi tesis doctoral, continuar como profesor universitario, dirigir unos cursos en la Complutense para la formación sobre empleos del futuro y estar abierto al mundo, con la tranquilidad de que estoy haciendo en cada momento lo que me gusta.
–Tanto mirar atrás en la historia, cuando mira adelante, ¿tiene claro qué quiere ser de mayor?
–¿Es que no soy mayor ya?
–Con todo lo que lleva investigado, trabajado y escrito, ¿a sus 70 años ha tenido tiempo de pararse un segundo a pensar qué quiere ser de mayor?
–Vivente.
–Y tanto mirar a los antepasados, ¿ha tenido tiempo de proyectar hacia adelante y pensar en qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir creciendo, consolidando las cosas que hago. Quiero afianzar este proyecto de los tomates, las lechugas y los frutales porque creo que tiene la trascendencia de reivindicar mi pueblo y, por extensión, todos los pueblos pequeños.
–Tras más de una década al frente de esta asociación y con las ventajas de reflexión que da el Camino de Santiago, ¿ya ha pensado qué quiere ser de mayor?
–¡Si ya soy mayor! Quiero llegar a ser feliz en esta vida, a vivir y dejar vivir y a disfrutar realmente de lo que nos ofrece la vida, entre ello también el Camino de Santiago.
–Profesor, literato, investigador, ¿ha tenido usted ya algún momento en el que haya pensado qué quiere ser de mayor?
–No, no, no. No tengo prisa por jubilarme, pero el día que eso llegue, si tengo salud seguiré investigando y buscando cosas en la literatura. Será una manera de seguir llenando de vida los años.
–Tanto analizar periodos anteriores, ¿se ha parado a mirar al futuro y pensar en qué quiere ser de mayor?
–¡Pero si ahora no da tiempo a nada!
–Y en estas más de tres décadas de labor profesional, ¿en algún momento se ha detenido a pensar qué quiere ser de mayor?
–De mayor, me gustaría morir en paz: con la familia, conmigo mismo, por supuesto, con los demás y con Dios. Si me muero de repente, tampoco me importa. Lo que esté previsto para mí.
–¿Alguna vez en estos 34 años de profesión universitaria se ha parado a pensar qué quiere ser de mayor?
–Sí, sí: ¡Geógrafo!
–Y usted que lleva más de 30 años en Salud Mental Pública, ¿se ha parado a pensar ya en qué quiere ser de mayor?
–Sí, claro, sí: estoy a gusto con lo que hago. Me resulta muy gratificante personalmente que en algunos momentos lo que yo hago ayude a las personas.
–¿Y en estos años se ha parado a pensar qué quiere ser de mayor?
–¿De viejo, dice? Pues un viejo afable porque los viejos se vuelven irritables y bastante intolerantes: mi objetivo es no caer en eso y ser un viejo que contribuya a que el mundo sea más feliz y la gente sonría.
–Tantos años de profesor y ahora en el máximo cargo de la Facultad de Derecho le han dejado tiempo de pararse a pensar qué quiere ser de mayor?
–Seguir haciendo lo que he hecho hasta ahora. Tengo la suerte de que lo que he querido hacer y lo que he podido hacer coinciden.
–Y en esa travesía, ¿ya ha tenido tiempo de pensar qué quiere ser de mayor?
–¡Lo que soy ahora! Soy un privilegiado de la vida porque soy lo que he querido ser.
–Con lo que lleva analizado, estudiado e investigado en todos estos años, ahora que está en el ámbito internacional en un puesto tan relevante, ¿se ha permitido dedicar algún momento a pensar qué quiere ser de mayor?
–Me encuentro tan joven como cuando empecé a estudiar. Siempre he hecho las mismas cosas: tener la ambición de estudiar, de analizar, de explicar y de transmitir y, por lo tanto, no sé si me voy a hacer mayor porque sigo siendo joven en este tipo de ambiciones.
–De tanto ver en los cementerios en qué han derivado tantos seres humanos, ¿se le ha pasado por la cabeza qué quiere ser de mayor?
–Con ser buena persona y pasar por la vida con paz... Me considero muy afortunada por el trabajo que tengo, por la familia que tengo y por la vida que tengo. Tengo el convencimiento de que las obras en vida marcan la inmortalidad en un sentido u otro; a fin de cuentas, uno lo que busca en los difuntos es qué han hecho en vida, que es lo que nos acaba convirtiendo en inmortales.
–Fue policía con 26 años y con 37 dirige el mayor sindicato policial de España. ¿Se ha parado a pensar qué quiere ser de mayor?
–Policía. Una vez que consiga la equiparación salarial volveré a patrullar, aunque no he dejado de ponerme el uniforme todas las semanas.
–¿Se ha parado usted ya a pensar qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir como ahora, sintiéndome libre, por eso soy autónoma; tener la libertad de poder seguir decidiendo cuándo trabajo, en qué proyectos y dedicarme a lo que me apasiona.
–Con todo el bagaje que lleva, antes de ser sacerdote y después, con toda la actividad isabelina, ¿ya ha pensado en algún momento qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir como estoy porque en todas las etapas de mi vida he sido feliz. Soy un privilegiado que ha de estar agradecido a Dios.
–Doctora en Ciencias de la Información, seis años rectora, especialista en comunicación e imagen política… ¿Ha pensado ya qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir aportando desde la educación, desde mi trabajo, que la sociedad no se duerma, que haya mayor conciencia crítica.
–Con la hiperactividad que practica, ¿ha sacado tiempo ya para pensar qué quiere ser de mayor?
–Tengo tantos frentes abiertos que es difícil si no te desviculas de alguno meterte en más, pero no cierro la puerta a nada.
–¿Se ha parado alguna vez a pensar qué quiere ser de mayor?
–Me gustaría volver un rato, aunque sea como fantasma, y ver que el mundo ya es restaurativo y que las personas que estén en él han sabido cambiarlo.
–Con su bagaje, ¿en algún momento se ha parado ya a pensar qué quiere ser de mayor?
–Estoy implicado, y me gustaría implicarme más, en ayudar a las órdenes monásticas a que no pierdan su canto. Y de hecho estoy llevándolo a la práctica impartiendo clases desde hace tres años a los monjes de Poblet, en Cataluña, que están recuperando su canto cisterciense.
–¿Se ha detenido alguna vez, aunque sea un segundo, a pensar qué quiere ser de mayor?
–Lo que he sido siempre: un tipo humilde, sencillo, volcado en las tres o cuatro cosas en las que cree y sin ninguna aspiración de eternidad.
–Y de mayor, ¿qué quiere ser?
–Me veo ayudando a la gente, porque se dice que lo que das, te lo das y lo que te quedas, te lo pierdes. De mayor quiero tener una vida tranquila, en paz, paseando por mi Canal de Castilla, meditando, leyendo, escribiendo, con mi familia y viendo crecer a mis hijos.
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Óscar Beltrán de Otálora
José María Díaz | Palencia y Francisco González
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