José María Vicente: «Con la visita a diez denominaciones de vino, un turista chino conoce bien la Península Ibérica»
El historiador de Arte es autor de un libro en chino tradicional sobre las bodegas más famosas de España y Portugal
He aquí un aventurero de la palabra. José María Vicente Pradas, 42 años, natural de la zamorana Jambrina del Vino y doctor en Historia del ... Arte. Desarrolla su quehacer profesional en la Fundación Las Edades del Hombre, en el Monasterio de Valbuena, enclavado en el cogollo del cogollo de la Ribera del Duero. Su envidiable vocación viajera le llevó hace un par de años a embarcarse en una aventura editorial con ribetes exóticos: contarles a los chinos por qué tienen que visitar la Península Ibérica. De la mano de un buen amigo taiwanés se lanzó a dilucidar cómo a través de determinadas denominaciones de origen de vino y dentro de estas, de un número concreto de bodegas, se podría llegar a ofrecer a potenciales turistas asiáticos una visión global de la cultura ibérica, que les llevase a querer viajar a España y Portugal. El proyecto se hizo realidad en un libro sobre diez denominaciones de origen, siete de España y tres de Portugal, que se publicó, en chino tradicional, justo cuando empezaba a hacer estragos la covid-19. De momento, se puede comprar en librerías de Taiwán, Singapur, Hong Kong y Malasia.
–¿Qué hace un historiador de Arte escribiendo para los chinos sobre vinos?
–Este proyecto surgió con un amigo que estudiaba en España, Chia-Ming Hsu, que es de Taiwán. Le hicieron algunas propuestas para trabajar en ese mundo del vino que en Asia está, digamos, con un auge muy significativo. Él se había encaminado en temas de Diseño Gráfico y antes de regresar a su país un día tuvimos una conversación en la que puso sobre la mesa que pudiéramos hacer algo que estuviera en relación con el vino pero, a su vez, también con otras materias que domino más, como son el patrimonio cultural, el arte, etc.
–Con lo cual, miel sobre hojuelas para usted.
–Conste que el vino es algo muy vinculado a mí. Soy de un pueblo zamorano que se llama Jambrina del Vino y trabajo en el Monasterio de Valbuena, que está a 8 kilómetros de Pesquera y a 300 metros de Vega Sicilia, en plena Ribera del Duero. El vino es para mí algo que forma parte de mi día a día. Veo evolucionar las bodegas a diario, la vendimia... Al Monasterio viene un número muy importante de gente, a la que le apasiona este tema, desde Argentina, México, Estados Unidos...
–¿A qué vienen?
–A conocer y a comprar vinos.
–¿Le aceptaron en Taiwán a la primera su propuesta?
–La estructuramos en capítulos y presenté como modelo el de la Ribera del Duero para que Chia-Ming Hsu pudiera presentarlo allí a las editoriales más conocidas de Tai Pei, la ciudad en la que vive, y hacerles la propuesta. Todo empezó así. La presentó, nos la aceptaron y, a partir de ahí, ya se empezó a elaborar el libro. Que no deja de ser un libro con ese nexo de unión del vino pero con una carga importante de invitación a conocer la cultura, el arte y el patrimonio de la Península Ibérica.
–Oiga, ¿lo de dirigirse a los chinos con su proyecto editorial es porque son muchos?
–Sí, es un mercado muy amplio, y también un mercado muy creciente a nivel de demanda de vino. Y porque también es para ellos desconocido lo que son los vinos de la Península Ibérica. En China, en Taiwán, en toda esa zona de Asia, lo que conocen son fundamentalmente los vinos franceses e italianos.
–Llegaron antes que los españoles...
–Hay publicaciones, no de este tipo, pero sí muchas, en las que se habla de las grandes bodegas de Francia e Italia. Sin embargo, el mercado español en los últimos años está creciendo significativamente, o lo estaba haciendo hasta la llegada del covid, pero todavía no había explotado en la medida de cómo podrá hacerlo, yo creo, de cara a los próximos años.
–Total que, observaron, analizaron y aprovecharon que había un hueco por cubrir. ¿Es así?
–España está entre los tres primeros productores de vino a nivel mundial y entre los tres primeros exportadores, lo que pasa es que no circunscrito a ese mercado asiático que, poco a poco, se va abriendo. El trabajo de este libro es algo novedoso porque allí no había ninguna publicación que presentase bodegas de España y Portugal y vinos de España y Portugal.
–¿Por qué abrieron el abanico a la Península Ibérica en lugar de centrarse solo en España?
–El vino, aunque ya estaba antes, lo pusieron en más boga los romanos, que romanizaron la Península Ibérica; después se retomó en el siglo XII con los monjes del Císter provenientes de Francia y resulta que Portugal es otro de los grandes productores de vino del mundo.
–Y, claro, siendo usted zamorano, ¿es de imaginar que la mirada a Portugal es inevitable?
–¡Desde luego que sí! Si es que nos unen muchas cosas y hay un flujo tremendo desde hace décadas de portugueses a España y de españoles a Portugal. Quizás los que no viven tan cerca de la frontera no lo sienten así. No obstante, para nosotros incluir la Península Ibérica en conjunto, con Portugal, era una manera de internacionalizar más el proyecto.
«Lo que he escrito no deja de ser un libro con el nexo de unión del vino, pero con una importante carga de conocer la cultura»
–Seleccionaron 10 denominaciones de origen españolas y portuguesas de las más de 70 que hay. ¿Cómo es posible hacer semejante selección sin dejarse fuera lo esencial?
–Decidimos que dentro de las 10 estuvieran al menos seis de las más reconocidas a nivel mundial y que se hallaran repartidas geográficamente a través de la Península Ibérica, de tal forma que se pudiera ir desde el Vinho Verde, que está al oeste de Portugal, al Penedés, al este de la Península, y desde el norte, con La Rioja, hasta el sur, con Jerez, pasando por el centro con las denominaciones de origen de Castilla y León; y ahí sí quise que estuvieran las más representativas.
–Pero, ¿de verdad es suficiente con esas diez denominaciones de origen (Toro, Ribera del Duero, Rioja, Rueda, Penedés, Ribera del Guadiana, Jeréz, en España, y Vinho Verde, Oporto y Alentejo, en Portugal) para que los chinos puedan hacerse una idea aproximada de la cultura ibérica? ¿Cómo es posible?
–Hay muchos tipos de vinos, pero es cierto que con esas diez denominaciones uno puede comprender climas, terrenos, variedades, desde vinos dulces como los de Oporto a espumosos como los del Penedés; y rosados, blancos, tintos... Hay una enorme variedad. Y es verdad que hay zonas que no han sido incorporadas al trabajo final, pero el que decidimos al final es un muestrario amplio que, a través de diez ejemplos, ayudan a conocer no solo los vinos que se producen, sino los lugares y los entornos en los que se elaboran.
–En su libro, ¿dónde termina el querer hablar de vino y dónde empieza el utilizarlo como vehículo para hablar de arte, historia, patrimonio, personajes...?
–Está planteado de forma muy sencilla: se trata de dar a conocer las denominaciones de origen desde el punto de vista de su historia, con todo lo que conlleva de producciones, tipos de uva, terrenos... Y sobre todo y, fundamentalmente, que es lo que a los chinos les interesa, cosas concretas...
–Que concretando son...
–Bodegas específicas con producciones y vinos determinados. De ahí que, además de todo lo que tiene que ver con las diez denominaciones de origen, hayamos seleccionado por cada una de ellas hasta cuatro bodegas y hablemos de ellas, de lo que ofrecen a los visitantes y a los turistas. Es lo que más les interesa: conocerlas y adquirir sus productos. Por eso están mayoritariamente los complejos bodegueros más grandes de los dos países.
–¿Cómo es posible que, con las miles de bodegas que hay en España, hayan sido capaces de reducir a cuatro decenas las que presentar a los chinos? ¿Qué ha primado? Porque usted no ha hecho una guía comercial, es decir, las bodegas no han pedido estar, es usted el que las ha seleccionado...
–Ha primado que fueran bodegas de reconocido prestigio internacional, que tuvieran unas instalaciones amplias en las que hay actividades que el visitante pueda desarrollar. Que tengan restaurante, spa, actividades de catas, participación en vendimia, tienda para comprar vino y que estén localizadas de tal forma en su denominación de origen que permitan, a la vez, visitar ciudades y pueblos de tal manera que a la vez que conoces la bodega conozcas la zona, con todo lo que esta conlleva.
–De las seleccionadas en su libro, ¿venden todas en China?
–Muchas, sí. Y dentro de esos vinos, cuando les decía a ellas que seleccionasen hasta tres, les pedía que indicasen cuáles son los que están actualmente a la venta en el mercado chino. Eso lo valora mucho el consumidor asiático de vinos.
–La publicación del libro coincidió en el tiempo con el estallido de la pandemia.
–Se juntaron dos factores un tanto complejos. Por un lado, la pandemia y, por otro, los problemas de política internacional entre China y Taiwán. Es muy común que todo lo que se publica en Taiwán acabe publicándose después en China. Pero en este momento, la editorial ha aconsejado paciencia precisamente por esos dos factores. Eso sí, en todas las ferias y certámenes en los que ha sido posible ha estado presente allí el libro y la intención es publicarlo en China.
«A la Ribera del Duero, por ejemplo, vienen muchos turistas de México, Estados Unidos, Argentina...»
–La pandemia lo ha paralizado todo, empezando por el turismo. Su libro está íntimamente ligado a este sector. ¿La situación, ahora con una tercera ola que parece indomable, le hace ser pesimista sobre el futuro de un sector tan importante en la economía de la Península Ibérica?
–Veo el futuro con esperanza. Las ventas del libro, en las circunstancias en las que estamos van bien, según indica la editorial. Y mantengo esa esperanza de que en cuanto esto pase la gente recupere las ganas de viajar y descubrir sitios.
–El mercado asiático es la madre de todas las fuentes emisoras de turistas. ¿Son los vinos españoles suficiente imán para atraerlos hacia España en lugar de hacia Italia y Francia?
–El vino, la presencia cultural que lo acompaña y todo lo que lo rodea en todas sus dimensiones. Para los turistas asiáticos tienen mucho tirón nuestras tradiciones. Por eso hago mucho énfasis en el libro en la gastronomía y en las festividades típicas, porque eso les llama muchísimo la atención. Es un todo.
–La publicación de este trabajo es un proyecto 100% privado.
–Sí, por completo. ¿Por qué lo pregunta?
–Llama la atención: en ese mundo de las publicaciones, más las orientadas a turistas, lo completamente privado no abunda.
–Me gusta mucho viajar y mientras estaba con el libro, en lugar de ir a este o a aquel sitio, aproveché para recorrer las diez denominaciones de origen que aparecen. Y todo sufragado por mí.
–De su experiencia como turista, ¿qué puede decir de este tipo de publicaciones?
–Hay muchísimas guías hoy en día de ciudades y lugares y la gran mayoría tienen el mismo corte. La mía tiene la originalidad de mezclar un elemento tan esencial y tradicional, pero a su vez en cierto modo elitista, como es el vino, con aspectos históricos y artísticos. Al final, es un viaje para recorrer zonas que son denominaciones de origen de vino, territorios más pequeños que una provincia o una región, pero suficientemente grandes como para que haya variedad de ciudades, pueblos, edificios emblemáticos, arquitecturas históricas y modernas y museos del vino, en los que también hago hincapié. ¡En España hay más de cincuenta museos dedicados al vino!
–¿Estamos preparados los españoles para entender las necesidades de los turistas asiáticos? ¿Los vemos como algo más que una fuente segura de ingresos fáciles y en cantidad?
–Absolutamente, sí. Lo que he comprobado con este trabajo es que hay un nivel muy alto de profesionalización en España para atender muy bien a los turistas asiáticos. Eso sí, lo traen todo previsto, absolutamente todo.
–Entonces, ¿volverá a ser el mercado asiático salvavidas del sector turístico español?
–Sin duda porque el turismo vitivinícola ha crecido en los últimos diez años de manera muy significativa, mucho, a nivel nacional e internacional y dentro de este, Asia está experimentando un aumento bastante acusado.
–Uno escribe un libro en chino tradicional, encima sobre vino, y parece que se autocoloca de por vida el listón muy alto.
–Sí, la verdad es que ha sido complejo el desarrollo y no le miento, me he adaptado también a la demanda y los gustos de este sector tan amplio.
–¿Por qué denominación de origen aconseja que se inicie el viaje que propone por la Península?
–Son tan diversas y todas tan significativas que... No sé... Le diría, a lo mejor, que la Ribera del Duero porque es a la que estoy más vinculado: ofrece un paisaje maravilloso, al margen de un servicio de restauración y alojamientos fascinante, y una cantidad inmensa de monumentos históricos y artísticos. Pero también las demás. En La Rioja, puedes disfrutar de vinos magníficos, de bodegas impresionantes... En Portugal, ¡qué no decir de Oporto!, en mi opinión una de las ciudades más bonitas del mundo, con una zona vitivinícola en la que se elaboran unos vinos impresionantes. He procurado que se pudiera hacer por cada denominación de origen un recorrido lineal, señalando las formas de acceso, es decir, cómo llegar a esa zona, si por avión o por tren, si desde Madrid o desde el sur, con todas las conexiones para que ellos puedan decidir y venir.
«Para los turistas asiáticos tienen mucho tirón nuestras tradiciones»
–¿Qué prepara tras este libro?
–Me gustaría que, si una vez pasado esto el libro, sigue gozando de aceptación y se demanda algo semejante o paralelo, poder desarrollarlo. Ha sido gratificante. Un proyecto de este tipo, internacional, que está en librerías de lugares a 15.000 kilómetros de aquí... Si con este trabajo consigo que haya un número de personas que lo abran, les llame la atención y decidan venir hasta España a conocer los lugares que aparecen o comprar los vinos allí, encantadísimo.
–Usted trabaja en un proyecto fascinante como Las Edades del Hombre, es doctor en Historia del Arte, ha hecho una guía en chino tradicional sobre los vinos de la Península Ibérica. ¿Ya sabe qué quiere ser de mayor?
–Quiero seguir vinculado al mundo cultural y trabajando en una Fundación tan potente como Las Edades del Hombre. Todo siempre relacionado con el arte.
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