El riesgo de desertización se cierne sobre Valladolid: el 80% de su territorio está degradado
Un informe de la Universidad de Alicante subraya los problema de la provincia, con suelos áridos y acuíferos deteriorados
¿Corre Valladolid el riesgo de convertirse en un desierto? La respuesta lógica es no, al menos si nos fijamos en esa idea generalizada que se tiene de desierto, con sus dunas, sus horizontes de arena, sus oasis de vez en cuando. Por ahí, no. Desde luego que no. Pero si se reformula la pregunta, si la cuestión es si Valladolid está inmersa en un complicado proceso de desertización, entonces la cosa cambia. Porque la respuesta no solo es afirmativa, sino que Valladolid, además, se coloca como una de las provincias más afectadas por este fenómeno en todo el país. El 79,5% del territorio vallisoletano (6.445 kilómetros cuadrados de superficie) está sometido a un grado degradación ambiental que los expertos no dudan en definir como «desertificación». Es la séptima provincia más afectada. La situada más al norte y más al interior del país. El resto están en las islas (Las Palmas) y en el sureste (Alicante, Murcia, Almería, Albacete y Valencia).
¿Qué pasa en Valladolid para que se encuentre en un puesto tan alto en la tabla? ¿Y qué se entiende por desertificación? Las respuestas a estas preguntas están en el Atlas de la desertificación de España, un documento presentado la semana pasada en la Universidad de Alicante (UA) y elaborado con la participación de más de 40 expertos, que han analizado múltiples variables para determinar de qué modo se descompone, destroza y menoscaba el valor medioambiental de un territorio.
«La desertificación no es un problema de futuro ni una amenaza lejana confinada a regiones áridas de continentes remotos. Es una realidad que ya está moldeando los paisajes, economías y comunidades de nuestro país», explica Fernando Tomás Maestre Gil, catedrático, biólogo y profesor de Ciencia e Ingeniería Ambiental en la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, de Arabia Saudí. Lo cuenta en la introducción de este informe, donde, de entrada, se deja una idea clara. «La desertificación no es el avance del desierto ni los desiertos son la etapa final de un proceso de desertificación». No es eso, no.
«Este concepto se ha asentado en el imaginario popular como el proceso de avance del desierto, equiparado, casi en exclusiva, con sequías o erosión», Sin embargo, el territorio está sometido a otros procesos de degradación que, con múltiples factores, provocan «la pérdida de de productividad biológica, económica y de biodiversidad». Y esa suma de factores es la que coloca a Valladolid en una posición peor que otras provincias. Por ejemplo, la pérdida de fertilidad del suelo, el retroceso de la vegetación natural, el incremento de incendios forestales, la disminución de recursos hídricos, el abandono de usos tradicionales del territorio. Hay más: sobreexplotación de acuíferos (ojo a esto en Valladolid), el abandono agrícola, la banalización paisajística con ciertos modelos de desarrollo urbano o turístico.
La Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación la define como «la degradación de zonas áridas, semiáridas y subhúmedo-secas como consecuencia de variaciones climáticas y actividades humanas». Así, hay varios factores que inciden, lo que ha contribuido a que apenas existan mapas fiables sobre desertificación. Eso y que el concepto es «escurridizo», según explican Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional, y Jaime Martínez Valderrama, científico de la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC.
Aún así, la que se acaba de publicar es la aproximación más apurada para que se puedan diseñar estrategias de futuro.
¿Cuál es el punto de partida? Conforme a los criterios apuntados arriba, y a partir de programas de inteligencia artificial, se ha fijado el punto a partir del cual un territorio se puede considerar degradado. El umbral de corte se ha fijado en el 50%. Y eso hay que cruzarlo con el mapa de aridez, que permite «convertir la degradación en desertificación». A partir de ahí es como los expertos concluyen que el 79,5% del territorio vallisoletano está en riesgo, conforme a ese corte del 50%. Si se eleva el umbral al 70% de degradación, entonces la superficie se reduce de 6.445 a 2.474 kilómetros cuadrados (el 30,5%). En este caso, cae de la posición 7 a la 19, con provincias más afectadas aquí como Madrid, Toledo, Granada o Cuenca. Si el umbral llega al punto más extremo, el 90% de degradación, Valladolid no tiene entonces ni un solo kilómetro amenazado. En este caso, las provincias con peores indicadores serían Ciudad Real (el 10,4% de su superficie), Murcia, Albacete o Alicante.

Porcentaje de riesgo de deserticación
Este porcentaje mide el riesgo que tiene un zona de sufrir desertización por sus características actuales.
Zonas áridas
Riesgo del 50%
Riesgo del 70%
Riesgo del 90%
En Castilla y León
Riesgo de desertización
50%
Zonas áridas
70%
90%
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Porcentaje de riesgo de deserticación
Este porcentaje mide el riesgo que tiene un zona de sufrir desertización por sus características actuales.
Zonas áridas
Riesgo del 50%
Riesgo del 70%
Riesgo del 90%
En Castilla y León
Riesgo de desertización
50%
Zonas áridas
70%
90%
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Porcentaje de riesgo de deserticación
Este porcentaje mide el riesgo que tiene un zona de sufrir desertización por sus características actuales.
Zonas áridas
Riesgo del 50%
Riesgo del 70%
Riesgo del 90%
En Castilla y León
Riesgo de desertización
50%
Zonas áridas
70%
90%
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Porcentaje de riesgo de deserticación
Este porcentaje mide el riesgo que tiene un zona de sufrir desertización por sus características actuales.
Zonas áridas
Riesgo del 50%
Riesgo del 70%
Riesgo del 90%
En Castilla y León
Riesgo de desertización
50%
Zonas áridas
70%
90%
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante
Uno de las principales ideas es que la amenaza de la desertificación se cierne sobre las zonas áridas, donde el índice de aridez está comprendido entre 0,05 y 0,65. Esta es la ratio entre la precipitación anual y la evapotranspiración potencial. O dicho de una manera que se comprende mejor, la media del agua que se puede evaporar en un territorio respecto a la que recibe de forma natural. El 67% del territorio español está comprendido como zona árida. Y aquí está uno de los grandes hándicaps de Valladolid, porque el 100% de su territorio entra dentro de esta categoría de falta de humedad en el suelo, que «no dispone de la cantidad de agua suficiente para poder desarrollar procesos conducentes a la génesis de suelos maduros, con una cobertura de vegetación densa». No hay ninguna otra provincia con este pleno. A continuación están Tarragona (97,9%) y Albacete (97,8%). El índice de aridez en las provincias gallegas, Cantabria, Asturias, Vizcaya o Guipúzcoa es del 0%.

Relación entre lluvia y evaporación
Estos valores miden la diferencia entre las precipitaciones de una zona y la evaporación y transpiración de ese agua.
Diferencia (mm)
-200/
0
+1200
600/
800
-1000/
-800
> de
-1400
En Castilla y León
Diferencia (mm)
-200/
0
+1200
600/
800
-1000/
-800
> de
-1400
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Relación entre lluvia y evaporación
Estos valores miden la diferencia entre las precipitaciones de una zona y la evaporación y transpiración de ese agua.
Diferencia (mm)
-200/
0
+1200
600/
800
-1000/
-800
> de
-1400
En Castilla y León
Diferencia (mm)
-200/
0
+1200
600/
800
-1000/
-800
> de
-1400
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Relación entre lluvia y evaporación
Estos valores miden la diferencia entre las precipitaciones de una zona y la evaporación y transpiración de ese agua.
Diferencia (mm)
-200/
0
+1200
600/
800
-1000/
-800
> de
-1400
En España
En Castilla y León
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Relación entre lluvia y evaporación
Estos valores miden la diferencia entre las precipitaciones de una zona y la evaporación y transpiración de ese agua.
Diferencia (mm)
-200/
0
+1200
600/
800
-1000/
-800
> de
-1400
En España
En Castilla y León
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante
La mayor parte de la superficie de Valladolid (el 63,9%) se califica como semiárido, con un índice entre el 0,2 y 0,5. El 36,1% es etiquetado como subhúmedo-seco (entre 0,5 y 0,65). No hay ningún kilómetro cuadrado en la provincia en los valores más extremos de aridez, los calificados como estrictamente áridos o incluso hiperáridos (esos últimos tan solo se dan en Fuerteventura).
¿Por qué un territorio es árido? Hay que tener en cuenta que esta condición llega después de «largos periodos de tiempo (siglos) de funcionamiento de unas condiciones climáticas». Pero también afectan los rasgos geomorfológicos de un territorio. Por ejemplo, los suelos como arcillas o arenas «dificultan el desarrollo de suelos maduros y originan paisajes con escasa cobertura vegetal». «Si convergen litologías blandas y condiciones climáticas de poca precipitación y elevada evaporación, el grado de aridez de un territorio aumenta». Eso ocurre en Valladolid (en la depresión del Duero).

Índice de aridez medio
Este indicador distingue las zonas de España según su grado de aridez.
En España
Destaca la zona norte de la península como la parte no árida mientras que el sur de Almería y las Islas Canarias lo hacen por su aridez.
Hiperárido
Semiárido
Árido
Subhúmedo seco
Zonas no áridas
En Castilla y León
Zonas no áridas
La mayor parte de estas zonas se sitúan en los bordes de la comunidad. La única provincia sin zonas no áridas es Valladolid.
Subhúmedo seco
El centro de la comunidad es la parte donde abunda este índice de aridez, concentra en Zmaora, Salamanca, Ávila, Segovia y Valladolid.
Semiárido
Tres provincias destacan en este indicador: Soria, Salamanca y Palencia.
Castilla y León no tienen ninguna parte del territorio dentro de los índices árido e hiperárido.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Índice de aridez medio
Este indicador distingue las zonas de España según su grado de aridez.
En España
Destaca la zona norte de la península como la parte no árida mientras que el sur de Almería y las Islas Canarias lo hacen por su aridez.
Hiperárido
Semiárido
Árido
Subhúmedo seco
Zonas no áridas
En Castilla y León
Zonas no áridas
La mayor parte de estas zonas se sitúan en los bordes de la comunidad. La única provincia sin zonas no áridas es Valladolid.
Subhúmedo seco
El centro de la comunidad es la parte donde abunda este índice de aridez, concentra en Zmaora, Salamanca, Ávila, Segovia y Valladolid.
Semiárido
Tres provincias destacan en este indicador: Soria, Salamanca y Palencia.
Castilla y León no tienen ninguna parte del territorio dentro de los índices árido e hiperárido.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Índice de aridez medio
Este indicador distingue las zonas de España según su grado de aridez.
En España
Destaca la zona norte de la península como la parte no árida mientras que el sur de Almería y las Islas Canarias lo hacen por su aridez.
Hiperárido
Árido
Semiárido
Subhúmedo seco
Zonas no áridas
En Castilla y León
Zonas no áridas
La mayor parte de estas zonas se sitúan en los bordes de la comunidad. La única provincia sin zonas no áridas es Valladolid.
Subhúmedo seco
El centro de la comunidad es la parte donde abunda este índice de aridez, concentra en Zmaora, Salamanca, Ávila, Segovia y Valladolid.
Semiárido
Tres provincias destacan en este indicador: Soria, Salamanca y Palencia.
Castilla y León no tienen ninguna parte del territorio dentro de los índices árido e hiperárido.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Índice de aridez medio
Este indicador distingue las zonas de España según su grado de aridez.
En España
Destaca la zona norte de la península como la parte no árida mientras que el sur de Almería y las Islas Canarias lo hacen por su aridez.
Hiperárido
Árido
Semiárido
Subhúmedo seco
Zonas no áridas
En Castilla y León
Zonas no áridas
La mayor parte de estas zonas se sitúan en los bordes de la comunidad. La única provincia sin zonas no áridas es Valladolid.
Subhúmedo seco
El centro de la comunidad es la parte donde abunda este índice de aridez, concentra en Zmaora, Salamanca, Ávila, Segovia y Valladolid.
Semiárido
Tres provincias destacan en este indicador: Soria, Salamanca y Palencia.
Castilla y León no tienen ninguna parte del territorio dentro de los índices árido e hiperárido.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante
Ahora bien, aunque los suelos áridos son un componente necesario, no es exclusivo. «La acción del ser humano es fundamental» para la gestación de «dinámicas de desertización».
Así que, a partir de aquí, entran en juego otros factores. Por ejemplo, «el uso de los recursos naturales por encima de la tasa de regeneración de forma permanente». Por decirlo de una manera más clara: se gasta más agua de la que se tiene. Valladolid está en niveles altos y «extremadamente altos» de estrés hídrico, que es «la relación entre la demanda total de agua y la disponibilidad de agua renovable». Se entiende que un territorio está en un punto extremadamente alto cuando consume más del 80% de los recursos de agua dulce disponibles (así está el 42% del territorio español).

Estrés hídrico
La diferencia entre el agua existente estiamada y la demanda de la misma, dan como resultado este índice.
En España
El sur de España, gran parte de Castilla y León y las Islas Baleares son las zonas del país con mayor estrés hídrico.
Bajo
Bajo-medio
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
En Castilla y León
Casi la totalidad de la comunidad sufre estrés hídrico alto o extremadamente alto.
Bajo
Bajo-medio
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
Situación de las masas de agua subterránea
Con este mapa se puede ver el estado, tanto en cantidad como en calidad, del agua subterránea que tenemos.
En España
La mayor parte del territorio cuenta con agua en buen estado, pero la zona central de las dos Castillas es la que muestra peores resultados.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
En Castilla y León
El agua subterránea en peor estado se encuentra en la confluencia de Ávila, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
Zonas vulnerables y masas de agua contaminadas por nitratos
En España
La zona centro de las dos Castillas, la Comunidad Valenciana, Cataluña y la zona oeste de Andalucía son las partes más vulnerables de España.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
En Castilla y León
Valladolid es la provincia con más zonas vulnerables y con más masas contaminadas y León la que menos.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Estrés hídrico
La diferencia entre el agua existente estiamada y la demanda de la misma, dan como resultado este índice.
En España
El sur de España, gran parte de Castilla y León y las Islas Baleares son las zonas del país con mayor estrés hídrico.
Bajo
Bajo-medio
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
En Castilla y León
Casi la totalidad de la comunidad sufre estrés hídrico alto o extremadamente alto.
Bajo
Bajo-medio
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
Situación de las masas de agua subterránea
Con este mapa se puede ver el estado, tanto en cantidad como en calidad, del agua subterránea que tenemos.
En España
La mayor parte del territorio cuenta con agua en buen estado, pero la zona central de las dos Castillas es la que muestra peores resultados.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
En Castilla y León
El agua subterránea en peor estado se encuentra en la confluencia de Ávila, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
Zonas vulnerables y masas de agua contaminadas por nitratos
En España
La zona centro de las dos Castillas, la Comunidad Valenciana, Cataluña y la zona oeste de Andalucía son las partes más vulnerables de España.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
En Castilla y León
Valladolid es la provincia con más zonas vulnerables y con más masas contaminadas y León la que menos.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Estrés hídrico
La diferencia entre el agua existente estiamada y la demanda de la misma, dan como resultado este índice.
En España
Bajo
Bajo-medio
El sur de España, gran parte de Castilla y León y las Islas Baleares son las zonas del país con mayor estrés hídrico.
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
En Castilla y León
Casi la totalidad de la comunidad sufre estrés hídrico alto o extremadamente alto.
Bajo
Bajo-medio
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
Situación de las masas de agua subterránea
Con este mapa se puede ver el estado, tanto en cantidad como en calidad, del agua subterránea que tenemos.
En España
La mayor parte del territorio cuenta con agua en buen estado, pero la zona central de las dos Castillas es la que muestra peores resultados.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
En Castilla y León
El agua subterránea en peor estado se encuentra en la confluencia de Ávila, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
Zonas vulnerables y masas de agua contaminadas por nitratos
En España
La zona centro de las dos Castillas, la Comunidad Valenciana, Cataluña y la zona oeste de Andalucía son las partes más vulnerables de España.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
En Castilla y León
Valladolid es la provincia con más zonas vulnerables y con más masas contaminadas y León la que menos.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Estrés hídrico
La diferencia entre el agua existente estiamada y la demanda de la misma, dan como resultado este índice.
En España
Bajo
Bajo-medio
El sur de España, gran parte de Castilla y León y las Islas Baleares son las zonas del país con mayor estrés hídrico.
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
En Castilla y León
Casi la totalidad de la comunidad sufre estrés hídrico alto o extremadamente alto.
Bajo
Bajo-medio
Medio-alto
Alto
Extremadamente alto
Situación de las masas de agua subterránea
Con este mapa se puede ver el estado, tanto en cantidad como en calidad, del agua subterránea que tenemos.
En España
La mayor parte del territorio cuenta con agua en buen estado, pero la zona central de las dos Castillas es la que muestra peores resultados.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
En Castilla y León
El agua subterránea en peor estado se encuentra en la confluencia de Ávila, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora.
Buen estado
Mal estado cualitativo
Mal estado cantitativo
Mal estado cuantitativo y cualitativo
Demarcación hidrográfica
Zonas vulnerables y masas de agua contaminadas por nitratos
En España
La zona centro de las dos Castillas, la Comunidad Valenciana, Cataluña y la zona oeste de Andalucía son las partes más vulnerables de España.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
En Castilla y León
Valladolid es la provincia con más zonas vulnerables y con más masas contaminadas y León la que menos.
Zonas vulnerables
Masas de agua
contaminadas
Demarcacion
hidrográficas
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante
¿Por qué? En ello influye la expansión de los regadíos, algo que ha sido clave en la explotación de aguas subterráneas en grandes acuíferos. A esto se une el uso incorrecto de fertilizantes y los vertidos incontrolados de purines de explotaciones ganaderas, que han provocado daños por contaminación.
Todo esto confluye para que haya disponible menos agua, tanto en criterios de calidad como de cantidad, algo que afecta a gran parte de la provincia. «Una zona aparentemente en buen estado, se puede considerar degradada al tener en profundidad una masa de agua subterránea deteriorada», explican en el informe.
Así que tenemos, de momento, un suelo muy árido y una acción del hombre que consume las reservas de agua disponibles. Pero hay más factores que influyen, como la erosión del suelo (por lluvia, ríos, escorrentía, viento…), algo vinculado además a la pérdida de cubierta vegetal.
O los incendios, que Castilla y León ha sufrido de forma especial este verano. La superficie forestal ha aumentado en España durante los últimos años, pero este avance ha venido de la mano de un progresivo abandono del campo. «El paisaje se volvió más verde, pero también más vulnerable», alerta el informe. Por eso, la desertización es también «consecuencia directa de estos incendios. En algunos casos, les siguen episodios de erosión y en otros, resulta improbable recuperar determinadas especies». Y la pérdida de biodiversidad influye.

Incendios y erosión del terreno
Un factor importante en la erosión del terreno son los incendios forestales, que hacen desaparecer la vegetación que lo protege.
Incendios forestales ocurridos entre 1968 y 2021
En Castilla y León
Los incendios se concentran en León y La parte oeste de Zamora.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Incendios y erosión del terreno
Un factor importante en la erosión del terreno son los incendios forestales, que hacen desaparecer la vegetación que lo protege.
Incendios forestales ocurridos entre 1968 y 2021
En Castilla y León
Los incendios se concentran en León y La parte oeste de Zamora.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Incendios y erosión del terreno
Un factor importante en la erosión del terreno son los incendios forestales, que hacen desaparecer la vegetación que lo protege.
Incendios forestales ocurridos entre 1968 y 2021
En Castilla y León
Los incendios se concentran en León y La parte oeste de Zamora.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante

Incendios y erosión del terreno
Un factor importante en la erosión del terreno son los incendios forestales, que hacen desaparecer la vegetación que lo protege.
Incendios forestales ocurridos entre 1968 y 2021 en España
En Castilla y León
Los incendios se concentran en León y La parte oeste de Zamora.
Fuente: ‘Atlas de la desertificación de España’ de la Universidad de Alicante
Pero los expertos del trabajo no solo se fijan en estos indicadores naturales, sino que también ponen el acento en cómo los cambios sociales influyen en la desertización del país. «Cada vez más gente vive en las zonas áridas, aumentando la presión sobre sus recursos. La población se ha ido litoralizando desde la segunda mitad del siglo XX». Cada vez más personas viven en las costas, «aunque persisten en el interior grandes núcleos de población como Madrid, Valladolid o Zaragoza». España, dice el trabajo universitario, vive una paradoja demográfica: «Es a la vez un país vacío y muy lleno». Por un lado, está la gran concentración urbana («en zonas áridas y con menos disponibilidad hídrica») y, por otro, el medio rural, «que se ha abandonado de forma precipitada tras miles de años en él». Así que la densidad de población (incluso la ganadera en un determinado territorio) influye.
A la vista de todo esto, el informe presentado la semana pasada concluye que «desertificación no significa la expansión de los desiertos ni puede resolverse con medidas simplistas como plantar árboles en zonas áridas extremas. Es, en realidad, el resultado de prácticas de uso del suelo desajustadas respecto a las condiciones naturales de cada territorio». Y ante esto, recuerda que habría que «estabilizar los niveles de degradación». ¿Cómo? «Reconociendo, primero, que nuestro modelo de vida contribuye a la degradación. Y segundo, compensando ese daño a través de cambios profundos en la producción y el consumo».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión