Carnero esgrime 'in extremis' un estudio de tráfico que considera «inasumible» compaginar las obras de la estación y Ariza
El informe de Movilidad alerta de importantes afecciones a la circulación en los entornos de la terminal ferroviaria y del Paseo de Zorrilla
Hasta este pasado lunes, Jesús Julio Carnero había esgrimido el «sentido común» para justificar su oposición a licitar los tres pasos de Ariza. No ... había ninguna base técnica. Si se inciaban las obras, argumentaba en todas sus comparecencias, el «caos circulatorio» estaba asegurado, teniendo en cuenta la magnitud de la intervención ya en marcha, aunque aún de forma tímida, en la estación de trenes de Campo Grande.
En el tenso encuentro de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad celebrado ayer, el alcalde entregó a José Antonio Santano, secretario de Estado de Transportes, un estudio fechado el jueves de la semana pasada, casi en tiempo de descuento ante la crucial reunión, que concluye que resultaría «inasumible» la coincidencia de las actuaciones previstas si se quiere mantener una situación aceptable de la circulación entre los ámbitos urbanos de la terminal ferroviaria y el barrio de La Farola.
En el documento, se deja abierta la posibilidad a «proceder a una previa y rigurosa planificación de las obras a realizar tanto en el espacio como en el tiempo, de forma que, a partir de ella, se pueda establecer el calendario de ejecución», pero se iniste en que ese cronograma debe «evitar el solapamiento de actuaciones que hagan inviable el mantenimiento de un nivel de servicio aceptable en el viario disponible». Es decir, que todo a la vez no es recomendable, según consideran los técnicos muncipales.
El informe, de 15 páginas y elaborado por el jefe del Gabinete de Movilidad, Roberto Riol, arranca con una acotación. El estudio es «provisional» porque se ha tomado como base la información facilitada en una reunión mantenida con técnicos de Adif e Ineco el pasado 12 de noviembre, que, «sin duda y, en términos generales, es solo una pequeña parte de la que integra cada uno de los proyectos, además de estar sometida a modificaciones y actualizaciones posteriores». Matizado este aspecto de que no se ha podido elaborar en toda su amplitud al desconocer la programación exacta, el documento analiza las consecuencias que tendrá en la circulación cada una de las intervenciones.
En el caso del túnel para el tráfico rodado entre la calle Hípica (plaza del Ejército) y Adolfo Suárez (Ciudad de la Comunicación), se recuerda que en la franja del Paseo de Zorrilla hay un total de 105 plazas de aparcamiento, que se distribuyen en 55 puestos de zona azul en Hípica y 50 de tipología Adures (uso general, incluso residentes, sin límite de tiempo y con tarifa reducida) en avenida de Irún.
El estudio reconoce que la afección de la obra en la margen de Ciudad de la Comunicación resultaría «mínima», ya que se trata de una calle que actualmente no dispone de salida y el corte del acceso a la misma desde el cruce con la calle Boston «no incidirá sobre la circulación de vehículos ni de peatones».
Sin embargo, sí se advierte de que los vehículos de carga implicados en la ejecución de las obras generarán una serie de movimientos que tanto por la ocupación del viario como las características de sus desplazamientos «implicarán alteraciones en el normal desarrollo del desplazamiento del resto de los usuarios y una reducción en el nivel de servicio de la red, básicamente por el paseo del Arco de Ladrillo y Farnesio».
Donde sí se generarían problemas «importantes», a juicio del Área de Movilidad, es en la otra margen, ya que la colocación del cajón del paso inferior implicaría el corte de tráfico de algunos viales dependiendo de las diferentes fases de la intervención. Entre ellas, habría que clausurar la conexión longitudinal de la avenida de Irún y la conexión entre esta y la calle Hípica. Las vías principales afectadas por el incremento de la congestión a causa de ese cierre serían el Paseo de Zorrilla y el Camino de la Esperanza, la primera principal y la segunda colectora, lo que provocaría una afección de peso «en un entorno crítico por la importancia que ambas tienen en la red principal del viario» de la ciudad.
Respecto al túnel peatonal y ciclista entre la avenida de Irún y la calle Guadalajara, en la zona de Ariza, el estudio señala que requeriría el corte total de primera, entre las calles Álvarez Taladriz y Domingo Martínez, lo que obligaría a desviar el tráfico por otras vías de la red local «con dificultades de capacidad para asumirlos y no disponiendo de itinerarios de fácil lectura y conexión».
Deberían asumir los más de 7.000 vehículos diarios que reciben los dos sentidos de circulación de la avenida de Irún en vías de un solo carril y sentido. Además, se recalca, las plazas de estacionamiento pierden su funcionalidad en un entorno caracterizado por la actividad escolar, la sanitaria, con un centro de salud, y un centro comercial de gran importancia para la ciudad, según recoge en referencia a El Corte Inglés.
El otro subterráneo para viandantes y bicis, que prevé unir la avenida de Irún, a la altura de la plaza del Crepúsculo, y el parque de Las Norias, enclave ahora conectado con una pasarela sobre las vías, requiere el corte total de la confluencia del Camino de la Esperanza con la plaza del Crepúsculo y la calle Esperanto, lo que impide, según el diagnóstico municipal, «la importante interconexión entre la avenida de Irún y el Camino de la Esperanza con una intensidad media diaria de más de 7.000 vehículos, además del acceso a un número importante de plazas de estacionamiento regulado».
Y llega lo que para el Ayuntamiento puede ser la madre del cordero en el caso de que los cuatro tajos coincidieran. Con un plazo de ejecución de 43 meses, Movilidad prevé una afección muy significativa en el tráfico del entorno de la estación de trenes teniendo en cuenta las características de la infraestructura viaria que la rodea, con una capacidad reducida al disponer de un carril de circulación por sentido e algunos tramos, registrar una alta intensidad de tránsito de peatones y ser lugar de paso de varias líneas de autobús.
Movilidad prevé que el viario que más se verá afectado por reducciones en su capacidad, debido a las necesarias ocupaciones motivadas por requerimientos de seguridad y ejecución y teniendo presente que el funcionamiento de la estación va a mantenerse en su integridad, será el más próximo al ámbito de la actuación: Recondo, Estación, Arco de Ladrillo, Puente Colgante, Hospital Militar, Farnesio y Avenida de Segovia.
El vallado perimetral del tajo o la restricción de la circulación de vehículos o de peatones obligará a suprimir el tránsito viandantes por la acera que discurre junto a la estación, disminuirá la capacidad del viario en el entorno e incrementará las demoras «reduciendo, por lo tanto, el nivel de servicio y provocando el traslado de una parte de los movimientos de vehículos a otros puntos de la red, lo que afectará al sistema global de movilidad de la ciudad en todos sus modos».
El documento, donde se recuerda que para el análisis no se han tenido las obras ordinarias que se ejecutan en la ciudad, focaliza los principales problemas que generará la construcción del nuevo edificio de la terminal ferroviaria en las calles Estación, Ferrocarril, plaza de Colón, avenida de la Estación del Norte, paseo de Filipinos, Recondo, Puente Colgante y Hospital Militar, hasta el Paseo de Zorrilla, «sin olvidarnos de su perímetro por el lado del Paseo de Farnesio y la avenida de Segovia».
En el caso de los pasos de Ariza, su construcción, en la franja de la avenida de Irún, desviará el tráfico a las vías con capacidad teórica para asumirla, principalmente hacia el Paseo de Zorrilla. Este incremento de uso de la arteria que une sur y centro de la ciudad conllevará «demoras en sus intersecciones hasta Puente Colgante, ya por debajo de su nivel de servicio por la afección de la remodelación de la estación, con lo que se verán perjudicadas todas sus intersecciones hasta la plaza de Zorrilla, «haciendo que el colapso en toda la zona sea inevitable e inasumible». Esto ocurrirá fundamentalmente «en todas las horas punta y en parte importante del horario próximo a ellas», según sostiene Movilidad.
«Ante el planteamiento de solapamiento de las obras de la estación, con una duración de 43 meses, y las de los pasos inferiores de Ariza con un promedio de 19 meses, resulta imprescindible planificar adecuadamente la concurrencia de actuaciones de forma que se evite el caos circulatorio y de seguridad vial que, de lo contrario, se generará», recalca el informe.
La Plataforma por la Integración cuestiona el estudio
La Plataforma en favor de la Integración Ferroviaria cuestiona la validez del informe de tráfico que ha presentado el Ayuntamiento. Así, subrayan que el propio estudio reconoce que es un documento provisional. «¿Os parece serio paralizar una inversión millonaria y vital para nuestros barrios basándose en un borrador escrito en menos de una semana? Da la sensación de que primero decidieron el 'no' político y luego encargaron este papel para tener una excusa», subrayan. Acotan que de las tres obras de Ariza, dos son pasos inferiores para peatones y bicis. A su juicio, lo que pretende Carnero es meter todo en el mismo saco para «asustar». «¿Desde cuando excavar un paso peatonal colapsa el tráfico de toda la ciudad?», se preguntan. En cuanto a las afecciones en el entorno de la avenida de Irún, la plataforma lamenta que se quiera proteger un tráfico «de atajos» frente a la solución a la circulación que dará el nuevo subterráneo de Hípica. Además, critican que se hayan utlizado fotos de las cámaras de tráfico en vez de aforos reales de vehículos. Respecto a la posible coincidencia de las intervenciones, destacan que «en cualquier ciudad moderna, las obras se coordinan, no se cancelan».
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