Gonzalo Arguiñano: «Con mi fichaje me tocó la lotería, deportivamente y a nivel personal»
El central cayó de pie en Valladolid ya que pronto entusiasmó a Cantatore, que cambió el sistema para hacerle hueco en la zaga. «Tuve la gran suerte de jugar con él», asegura
Cuando Cantatore ponía el ojo en un jugador rara vez se equivocaba. Le pasó con Fernando Hierro en la famosa escena en la que el ... técnico chileno decidió quedarse con el malagueño tras un entrenamiento cuando su hermano Manolo lo había recomendado para el filial; le pasó con Minguela, y también con Gonzalo Arguiñano, con el que se quedó prendado tras darle la oportunidad en un partido de Copa hasta el punto de cambiar su habitual sistema de cuatro para hacerle hueco. «Era un gran psicólogo que te hacía ver que no eras inferior a nadie. Tuve la gran suerte de jugar con él. Trabajaba muy bien tácticamente y te hacía sentir bien en el campo», recordando una de sus frases habituales: 'Si usted juega mal, la culpa es mía', solía repetir Cantatore a sus jugadores.
Gonzalo Arguiñano (Lemona, Vizcaya, 1962) recaló en 1987 procedente de Sestao, y en Valladolid jugó tres campañas (87-90) antes de ocupar puesto de central en Burgos (90-92), Lleida (92-95, donde volvió a coincidir con Ravnic), Hércules (95-96, donde jugó con Jankovic) y Albacete (96-97).
«Aquella temporada fue el hito más importante de mi carrera, no solo por la final sino porque nos permitió jugar la Recopa. Fíjate que luego jugamos con el Mónaco de Wenger y George Weah, que nos eliminó en los penaltis», reconociendo hoy que le tocó la lotería con su fichaje por el Valladolid, «deportivamente y también a nivel personal». Del partido recuerda el calor, «hacía calor asfixiante», y la batalla que presentó el Valladolid. «Salimos con la cabeza alta porque dimos la cara».
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