Ravnic: «Me halaga que aún se me considere uno de los mejores porteros de la historia del club»
El meta croata, hoy en Rijeka al frente de un negocio familiar, se ganó pronto al aficionado pese a llegar para reemplazar a Fenoy
Llegó en un momento delicado por la presencia en la portería del 'loco' Fenoy, ídolo de masas, y su sobriedad y eficacia acabaron por ganar ... ambos pulsos. Primero destronó a Fenoy y después se ganó el cariño y respeto del aficionado. Con conocimientos de italiano, en cuanto supo que recalaría en Valladolid, mayo de 1988 -después de renunciar a una oferta de Bélgica que duplicaba su sueldo-, se puso a estudiar español para adelantar trabajo. Dos meses después se plantó en Zorrilla como portero titular e intérprete de sus compatriotas Jankovic y Miljus.
Mauro Ravnic (Rijeka, 1959) superó hace una década una batalla contra la leucemia y ahora regenta un negocio familiar (cafetería) en su localidad natal. Mantiene frescos en la memoria todos los detalles de aquella época, también los que rodearon a la final ante el Real Madrid.
El más veterano de aquel vestuario, considerado uno de los tres mejores porteros de la historia del Real Valladolid, jugó cuatro años en Zorrilla antes de retirarse en Lleida tras dos temporadas. Antes de aquella del Calderón ya había jugado finales en Croacia y eso le dio cierta ascendencia en el vestuario del Real Valladolid. «Le tengo mucho cariño a la ciudad y al club, y me halaga que se me siga considerando uno de los mejores», sostiene Ravnic que vuelve de vez en cuando a Lleida, donde terminó su carrera deportiva, para ver a sus dos hijas. «Hicimos un buen equipo con un excelente entrenador, y la pena fue no marcar porque nuestro partido fue magnífico».
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