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Irene Hompanera, directora de Valorización y Transferencia de la centro tecnológico Cartif. CARTIF
IRENE HOMPANERA. Directora de Valorización y Transferencia de Cartif

«La innovación es la explotación con éxito de una idea que genera valor, aunque tenga riesgos»

ENTREVISTA ·

Rebeca Adalia

Valladolid

Jueves, 9 de octubre 2025, 23:08

Con más de quince años de experiencia en la valorización y transferencia de tecnología, Irene Hompanera ha dedicado su carrera a conectar la investigación aplicada que se lleva a cabo en Cartif con las necesidades reales de la industria castellano y leonesa, principalmente. Como directora de Valorización y Transferencia de Tecnología trabaja con un equipo comprometido en transformar el conocimiento en soluciones tecnológicas innovadoras que impulsen la competitividad empresarial. Su enfoque se centra en el usuario para identificar los puntos de conexión entre problemas a resolver y soluciones tecnológicas para facilitar su implementación efectiva en la empresa y asegurar que la innovación llega donde más se necesita con un mínimo tiempo, riesgo y coste.

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–¿Qué es la valorización y la transferencia de tecnología?

–Para mí, la valorización de la tecnología es el proceso por el cual se genera un valor de los resultados de un proyecto de I+D que es el marco en el que se desarrolla la tecnología. Valor económico, normalmente, pero también suele ir acompañado de un valor social o ambiental en muchos casos. Esta generación de valor pasa porque ese resultado del proyecto de I+D se utilice o explote por un usuario final. Esto significa que no sólo vale con el hecho de generar un nuevo conocimiento o de madurar una tecnología aumentando su TRLs que es en lo que somos expertos los centros tecnológicos, sino que supone que al mismo tiempo se asegure que esa tecnología resuelve un problema real, de un usuario concreto. Por usuario no me refiero a una entidad, que también, sino a alguien concreto de cualquier empresa. Por ejemplo el director de calidad, de marketing o el manager de producción. Se trata que desde el inicio se trabaje en la concepción de una solución tecnológica que resuelva un problema. Y eso a lo que da lugar es a que desde el principio del proceso de generación de la tecnología se va dando el proceso de transferencia en el que, al menos, dos partes, desde su rol de expertos, comparten información para desde la identificación del problema definir la solución. Los términos de valorización y transferencia para mí son la clave para que se lleve a cabo el proceso de innovación, al estar fundamentado el proceso en el diálogo continuo entre oferta y demanda o lo que es lo mismo, entre quien resuelve un problema y el que lo tiene.

–¿Por qué es tan importante para un centro tecnológico como Cartif tener en cuenta esta materia?

–Es muy importante para Cartif y para cualquier centro tecnológico tenerlo en cuenta porque es la única manera de cumplir con nuestro rol. La única razón por la que existe un centro tecnológico es para reducir el riesgo tecnológico entre la ciencia y el mercado. En los centros tecnológicos utilizamos tecnologías habilitadoras y conocimiento a veces propio y a veces creado por otros organismos, como los de investigación, podemos solucionar problemas que afectan directamente a la industria y al tejido empresarial. Y a partir de ahí, se genera aumento de la competitividad y crecimiento económico.

–¿Cómo ayuda el centro tecnológico de Cartif a las empresas?

–Por nuestra parte tratamos de ser una entidad muy líquida en este sentido porque entendemos que cada empresa es diferente y cada persona mucho más. Sabemos que las necesidades de una micropyme que nunca ha hecho I+D son muy diferentes a una entidad multinacional que tiene un departamento de I+D y por eso vamos amoldando nuestro modelo de negocio a esas particularidades concretas para que se fomente la innovación entre todo el tejido empresarial y, sobre todo, entre las que más lo necesitan. Dentro del modelo de negocio diferente, ofrecemos asesoría, por ejemplo, también en la tramitación de incentivos fiscales, para lo cual contamos con el soporte de consultoras especializadas en este tema, así mismo acompañamos en todo el proceso de solicitud de una ayuda pública si se da el caso, damos soporte sobre la protección de la propiedad intelectual e industrial. En definitiva, trabajamos para cubrir todos los aspectos que le confieran riesgo a una empresa que decide innovar. Por eso, a mí me gusta definirnos como una entidad que acolchonamos el riesgo de la innovación en todas sus vertientes: riesgo técnico, financiero y de mercado. Una vez conocidas las prioridades de las empresas, les planteamos nuestra solución tecnológica utilizando nuestros know-how disponible en las tecnologías habilitadoras que formen parte de la solución, así como las infraestructuras y los equipos que se ponen a disposición de la empresa para resolver los problemas identificados.

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–¿Por qué tiene tanta relevancia en la actualidad la transferencia de conocimiento en el ámbito de la innovación?

–Los procesos de innovación tienen mejores resultados cuando existe colaboración entre agentes. Por eso el punto inicial en los procesos de innovación de cualquier organización es elegir y conformar tu propio ecosistema, lo que supone hablar de transferencia de conocimiento entre sus agentes. Porque sin esa transferencia de conocimiento, e incluso, sin el uso del conocimiento transferido, no se da la innovación. Partiendo de que la innovación es la 'explotación con éxito de una idea'. Si sólo está la idea y no se explota, no se genera valor, no es innovación. Como decía, la transferencia en relación con la innovación es un concepto fundamental que en los sistemas de innovación abiertos deberían estar implantados en todas las organizaciones.

–¿Cuáles son las necesidades que demanda el tejido empresarial en términos de innovación?

–Actualmente Cartif está ayudando a las empresas a afrontar tres grandes retos: el de la valorización de subproductos, reducción de contaminantes y desarrollo de nuevos productos, la transformación digital y la transición energética.

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–¿Podrías ponernos algunos ejemplos de transferencia que hayáis aplicado con otras empresas?

–Cartif trabaja en cinco sectores de actividad principalmente que son el agroalimentario, el de automoción, el de construcción, que incluye patrimonio, el de energía y medio ambiente y, por último, el de salud y servicios sociales, y hemos empezado a trabajar este año también en el sector farmacéutico. Algunos proyectos importantes han sido el desarrollo de un andador inteligente y un inodoro para el sector de los servicios sociales junto a los socios de la Fundación Intras y Fundación Asprodes, gracias al apoyo económico de la Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León, y el sistema SOGUN que ha ayudado a la empresa Dragados en el proceso de construcción de túneles indicando el lugar en el que se tiene que inyectar el hormigón.

–Desde tu punto de vista como profesional del sector, ¿qué barreras culturales o estructurales existen para adoptar innovación?

–Para mí, hay un factor que es clave en la mayor o menor aversión al riesgo de los directivos de las empresas. Porque el punto de partida es que para innovar hay que asumir riesgo. Las principales barreras para innovar son la cultural y la económica. Aunque también existen otras dos barreras a las que se enfrentan algunas empresas que es más o menos consecuencia de las otras dos, que es la relacionada con una necesidad imperiosa de medir y el riesgo tecnológico que existe a la hora de desarrollar un nuevo proceso o producto y en este caso centros como Cartif ayudamos a reducir el impacto.

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–¿Por qué cuesta tanto invertir en innovación?

–Nos cuesta innovar porque innovar va de personas y en genera a las personas nos gusta la rutina y nos sentimos cómodos en la zona de confort. Nos cuesta porque la innovación supone desafiar el status quo, el pensar nuevas formas de hacer lo que llevamos haciendo muchos años. Supone dedicar recursos, tiempo y energía. La innovación supone asumir un riesgo. Pero la clave está en que el verdadero riesgo está en no innovar.

–Por último, ¿a qué retos de futuro se enfrenta CARTIF en el ámbito de la transferencia?

–Nos centramos en conseguir garantizar la explotación de la mayoría de los resultados de I+D que genera el centro en los últimos años, en seguir aumentando y afianzando nuestro ecosistema de aliados y colaboradores estratégicos y en acrecentar nuestra capacidad de adaptación a las necesidades específicas de nuestros clientes.

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