Las secuelas de las víctimas de la banda del BMW: «Queda el miedo»
Aseguran que han reforzado las medidas de seguridad y piden que la justicia sea «implacable» contra los detenidos
Las respuestas a todos los que se les preguntan cómo se encuentran después de que la banda del BMW haya asaltado su negocio son ... prácticamente las mismas. Tienen secuelas después de que en una madrugada de este verano varios individuos hayan entrado por las bravas en sus negocios. Les genera inseguridades a la par que insisten en que han reforzado las medidas de seguridad para evitar que la historia se repita.
Los ejemplos que se relatan en estas líneas son los de negocios de hostelería que durante la noche les sonó el teléfono para comunicarles que les habían robado siempre en búsqueda de dinero que llevarse de las máquinas tragaperras o de la caja registradora. Son decenas de asaltos a distintos locales los que se le atribuyen a los cuatro miembros de un grupo criminal que fue desarticulado el pasado 4 de septiembre después de un mes prolífico por Valladolid, Palencia, Burgos y Zamora. Desde ese día se encuentran en prisión, pero eso, a las víctimas de la banda del BMW, no les da la tranquilidad absoluta.
Es lo que le sucede a Cristina del Amo, responsable del bar Aquí Mismo de la calle Titanio. Tiene muy reciente el asalto a su negocio, ya que fue uno de los últimos que perpetró antes de que la Guardia Civil explotara una operación en la que pillaron con las manos en la masa a los sospechosos.
A pesar de todo, a Cristina del Amo le ha tocado seguir currando. Ha tenido que seguir levantando cada mañana la persiana para servir cafés sin parar. «A las 5:00 horas sonó la alarma, reventaron las puertas de la calle, entraron y en dos minutos nos desvalijaron el bar. Se centraron en las máquinas tragaperras y el poco cambio que teníamos», rememora la joven hostelera.
En esos 120 segundos de incursión delictiva, los sospechosos se llevaron un botín de unos 4.000 euros de las tragaperras y otro pellizco de lo que quedaba en la caja. «Sabían dónde tenían que ir porque en las imágenes se les ve que van directos a estos puntos. Es más, la máquina de tabaco ni la tocaron. Creemos que sabían que ese día se había recaudado y que no teníamos nada», se lamenta Cristina del Amo en plena hora del almuerzo y veinte días después de los hechos.
Fue la Guardia Civil, según apunta, la que les dijo que detrás del robo estaba la banda del BMW y que se trataba de una persona que acudía con asiduidad al bar. «No hemos vuelto a saber nada más», agrega mientras recuerda robos pasados. «Ya nos pasó hace cinco años. La otra vez entraron por el tejado y el destrozo fue mayor», recalca mientras sigue con la jornada laboral.
«Sabían dónde tenían que ir porque en las imágenes se les ve que van directos a estos puntos»
Cristina del Amo
Bar Aquí Mismo
Con el susto en el cuerpo sigue María del Carmen Pérez, propietaria de la cafetería Las Chatas de La Cistérniga, aunque el golpe de la banda lo recibió el 28 de agosto. Tiene muchas preguntas de las que aún no ha obtenido ninguna respuesta. Esa madrugada se despertó sobresaltada tras una llamada de la central de alarmas. Siguieron varias de la Guardia Civil hasta que se trasladó hasta su negocio para ver 'in situ' que habían entrado en la cafetería. «Entraron por una puerta trasera. No sé cómo supieron de la existencia de ese acceso», se cuestiona la hostelera.
De igual manera, desconoce cómo fueron a por el dinero que guardaba en un habitáculo personal. «Tenía dinero personal para hacer frente a los pagos y cogieron la recaudación de las tragaperras y parte de la de tabaco», apunta sin dar cifras concretas.
A pesar de que ya ha pasado casi un mes desde los hechos, asegura que sigue con miedo. «Lo tienes siempre y sospechas de todo el mundo. Con violencia no hemos sufrido el robo, esperemos que así siga», se consuela desde su puesto de trabajo.
«La justicia debería ser implacable contra estas personas»
Ahora le queda la secuela del miedo y de la incertidumbre. «Pienso que quizás vuelvan, siempre te queda eso de si volverán, pero...», cuestiona antes de recalcar que la «justicia debería ser implacable». «Tenemos aquí una justicia de pandereta. Porque entran por una puerta y salen por otra. Con lo cual, para ellos delinquir es gratis. Hasta para la propia Guardia Civil es frustrante», concluye mientras apostilla que le ha tocado reforzar la seguridad.
Cuatro robos en 25 años
Mismo discurso se escucha detrás de la barra del restaurante La Concha, en el polígono de La Mora de La Cistérniga. Acumulan ya alrededor de unos cuatro robos en los últimos 25 años, el último en la madrugada de este 22 de julio. Saltaron una valla, reventaron el motor de una puerta mecánica y se presentaron en la puerta del local. De la misma forma, en cuestión de minutos, habían saqueado el local, con especial énfasis en las máquinas tragaperras. Esta fue una de las primeras paradas del verano delictivo de la banda del BMW. «Estás trabajando todos los días y te lo joden cuatro», se lamentan.
Tres testimonios vallisoletanos víctimas de la banda del BMW del verano de 2025. Una pequeña muestra de la decena de asaltos a todo tipo de negocios tras semanas intensas para la Policía Judicial de la Guardia Civil hasta que explotaron la operación el pasado 4 de septiembre. Se trasladaron hasta un domicilio en Cigales para pillar en un mismo emplazamiento a los investigados. Acababan de dar palos en varios puntos de la provincia vallisoletana, incluso en Palencia, para concluir el periplo delictivo en bodegas Arzuaga, de donde se llevaron jamones, botellas de vino y el dinero de la máquina de tabaco.
Ese mismo día, la Guardia Civil tenía la autorización judicial para registrar domicilios y naves y en una de esas inspecciones pillaron a los cuatro sospechosos. Hallaron los productos sustraídos antes de que salieran al mercado ilícito.
Esa parte la completaban a través del quiosco Machote de la avenida de Segovia de la capital vallisoletana. Hasta ese punto también se trasladaron agentes de la Policía Judicial para un registro en el que se encontraron cajetillas de tabaco pertenecientes a los estancos asaltados de Burgos (Castrillo de Vega y Estépar) y Benavente (Zamora).
Fueron detenidos los dos responsables del negocio por un delito de receptación, si bien quedaron en libertad con cargos.
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