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Sal Gorda: «Venir a comer a Pico Fino es una apuesta segura»El trío musical vallisoletano muestra sus rincones gastronómicos favoritos del centro y del barrio de La Rondilla
Jesús Martín (guitarra), David González 'El Peri' (voz) y Pedro Pérez (percusión) se unieron hace ya 18 años para crear el grupo de música con ... aire flamenco Sal Gorda. Su plato favorito, de la Taberna Pico Fino, tiene un nombre gamberro que casa mucho con el carácter juguetón de ese trío vallisoletano: 'los cojones del galán', que lleva huevos fritos con patatas, pulpo braseado y langostinos al ajillo. «Está divino», aseguran, aunque también destacan las almejas y las mini hamburguesas. «Es que está todo bueno, prácticamente Tomás nos pone de comer lo que él quiere. Y si le decimos que nos saque un vinito siempre elige uno espectacular. Venir aquí es una apuesta segura. Por eso siempre celebramos aquí las cenas de empresa», bromean. Y es que se enamoraron de la cocina de Tomás Rodríguez cuando trabajaba en El Jero, en la calle Correos.
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Uno de los aspectos que más les gusta de Pico Fino es su equilibrio entre innovación y disfrute. «Es un lugar de alta cocina pero nunca sales con hambre. De hecho alguna vez hemos salido de aquí y hemos tenido que ir a andar para ver si bajábamos la cena», aseguran entre risas. En cuanto a sus postres, se ven incapaces de elegir uno. «Siempre nos ponen un plato variado, preferimos que nos traigan todos», explican.
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Otro de sus rincones gastronómicos favoritos es Martín Quiroga, en la Plaza de las Brígidas. Fuera del centro, David González 'El Peri' saca pecho con su barrio, La Rondilla. «En La Orensana siempre vas a triunfar con la oreja, el torrezno... está todo buenísimo, hasta el tomate», asegura. También recomienda Tívoli, «famoso por sus patatas a la importancia» y Casa Azcona, que cuenta con un menú «casero, barato y espectacular, y con unos postres que son para morirse».
En verano reconocen que su agenda está repleta de conciertos, aunque afirman que desde la pandemia el estilo de vida de la gente ha cambiado mucho. «Antes la mayoría de las actuaciones eran por la noche. llegábamos prácticamente de día tras acabar, recoger... ahora se demanda mucho más el tardeo, algo que nos viene muy bien para pasar tiempo con la familia».
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