

Mi plan favorito en Valladolid
Gustavo Martín Garzo: «Me gusta dejarme sorprender con un buen vino en la Microbodega Urbana»El escritor vallisoletano repasas sus platos favoritos y reflexiona sobre la relación entre el vino y la cultura
«El lenguaje es vino impregnado en los labios», decía Virginia Woolf, una frase que suscribe el escritor vallisoletano Gustavo Martín Garzo. Cuando entra en la Microbodega Urbana, situada junto al Mercado del Val, siempre le espera su amigo Roberto del Campo con una copa para descubrirle un nuevo vino que, conocedor de sus gustos, sabe que disfrutará. Se trata de un lugar donde saborear un buen caldo, hablar de viñedos y taninos e incluso refugiarse en un rincón y embriagarse de inspiración para un nuevo libro. «Me gusta charlar con Roberto, aprendo mucho de él sobre vino y me dejo aconsejar y sorprender. Conoce mis gustos y siempre acierta», asegura. Le ocurrió por ejemplo con La Mejorada, una bodega de Olmedo que se encuentra ahora entre sus favoritas tras probarla en este local.



Además de la amplia variedad de vinos, la Microbodega Urbana, abierta desde hace doce años, cuenta con una pequeña carta de pinchos y raciones: tabla de quesos, tostas, patés, pimientos rellenos, bacalao ahumado, jijas, morcilla, lacón, sardinas, zamburiñas.... y ofrece una tapa gratis con la consumición. «Con el vino siempre te ponen algo, normalmente embutido o quesos de la zona, algo que en Valladolid no es muy común», valora. El local, un punto de encuentro para expertos y aficionados al mundo del vino, también acoge catas abiertas al público algunos jueves y también privadas.
Noticias relacionadas
Gustavo Martín Garzo considera que el vino «es algo más que una bebida, tiene un poder especial para iluminarte. Es fuente de conocimiento, una experiencia que tiene que ver con la conciencia de estar vivo y que surge de la insatisfacción, de pedir a la vida algo más. Por eso ha estado presente en todas las culturas. En el mundo hebreo es Noé el que descubre el vino justo después del diluvio. Yahvé ha destruido el mundo porque está enfadado con los hombres y le da a Noé la vid. Yo creo que Yahvé de alguna forma se arrepiente de lo que ha hecho y le entrega a Noé un fruto de ese paraíso que ha perdido como una manera de establecer un nuevo puente, una nueva conexión con los hombres», interpreta. Eso sí, aclara que es importante escoger un buen vino y beberlo con moderación.
También disfruta mucho de comer de tapas, un acto que le conecta con su infancia. «Las tapas me recuerdan a ese bocado que te daba tu madre cuando estaba haciendo unas croquetas antes de que llegaran a la mesa, recién hechas, como a escondidas». Y no tiene ningún problema en mojarse y señalar las que para él son las mejores. «En Valladolid me quedo con las de El Corcho, que son exquisitas», sentencia. Otros de sus imprescindibles son el Obama en la Casa Blanca de Los Zagales, el morcón de La Criolla (lomo, seta y pimiento) y el pincho de tortilla del bar Postal. «la tortilla de Ángeles es inmejorable. Siempre digo que de vez en cuando siento la llamada de la selva, como el libro de Jack London, y tengo que abandonar todo para irme allí a comer tortilla», confiesa. En su lista de platos favoritos tampoco pueden faltar el lechazo, como el que prepara El Figón de Recoletos, las mollejas, especialmente las de La Criolla y los pichones típicos de la zona de Tierra de Campos.

Cierra su ruta gastronómica con tres restaurantes: Mercè, El Consejero del Rey y GastroLava, donde «todo está muy cuidado, la cocina e incluso la vajilla». Y es que para Gustavo Martín Garzo, comer no es solo llenar el estómago, sino que en lugares así se convierte en «una ceremonia, una eucaristía donde no importa solo la comida sino también todo lo que la rodea».
La próxima semana
El domingo 13 de julio conoceremos el plan favorito del humorista vallisoletano Quique Matilla.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.