Valladolid
El refuerzo de la plantilla de robos de la Policía Nacional pone coto a los asaltos en casasLa ampliación en un 50% de la unidad desde enero, con un total de trece componentes, merma las preocupantes estadísticas de récord del año pasado
A más policías, menos robos. Proporcionalidad inversa lo llaman los matemáticos. Y parece que ha dado sus frutos. Porque en la unidad de robos de ... la Policía Nacional de Valladolid se respira cierta tranquilidad después de un verano con menos quebraderos de cabeza. Sí, los asaltos a viviendas han disminuido. Han sido unos meses de cierta tregua, sobre todo si se compara con la excepcionalidad del año pasado, con cifras récord. ¿Y qué hay detrás de esa merma en las estadísticas? Pues algo tan sencillo como una mayor presencia policial en la unidad.
Eso se traduce en más agentes para estar en la calle, para visionar imágenes y para investigar. En la actualidad, son trece policías los que trabajan en esclarecer los robos y ese mayor número ha servido para que las cifras de asaltos disminuyan. Eso y el azar, apuntan desde el seno del propio grupo. «La plantilla ha aumentado prácticamente un 50% desde el inicio de este año. Tenemos más material y eso es muy importante de cara a la prevención reactiva», señala el inspector jefe del grupo, quien prefiere mantener el anonimato al hacer gran parte de su trabajo de paisano.
En cifras, el balance de criminalidad, aunque no se incluyan los meses de verano, certifica esas afirmaciones del inspector. Los robos en domicilios en la capital han bajado un 11% en el primer semestre. Han sido 140 casas las asaltadas entre enero y junio de este año por las 158 del año pasado en el mismo periodo. Por el contrario, en negocios han aumentado en este medio año.
Números que la propia Policía Nacional decide no valorar, pero que han dado un gran respiro en estos meses. Con más efectivos, más eficacia. Lo que los matemáticos llaman proporcionalidad directa. «Estamos todos un poco sorprendidos», agrega. Un ejemplo se puso de manifiesto a finales de julio en un edificio de los entornos de Campo Grande, cuando un vecino escuchó ruidos de madrugada en una vivienda que debería estar vacía. A ese punto se trasladó una patrulla, que vio varias puertas marcadas con palillos muy finos en sitios estratégicos.
Marcas, al estilo del método del hilo, que permitían a los delincuentes determinar si la puerta había sido abierta o no y averiguar si el morador se encontraba dentro. Por eso, los agentes procedieron a la retirada de las mismas y pusieron en alerta al grupo de robos. Recogió el testigo esta unidad y 24 horas después las mismas puertas habían sido marcadas, así que establecieron un operativo para pillar a los sospechosos.
Las zonas más afectadas de Valladolid son el centro, Paseo de Zorrilla y Parquesol
El mismo dio sus frutos a los pocos días, cuando vieron a una pareja entrar de madrugada en el inmueble. Se les localizó y no fueron capaces de explicar qué hacían a esas horas en ese inmueble. En el cacheo de seguridad realizado a ambos, los agentes encontraron una llave de un vehículo, el cual se encontraba estacionado en las inmediaciones y en el que pudieron localizar siete destornilladores, uno de ellos de precisión, un imán de gran potencia -utilizado para la detección de oro-, guantes de precisión y un alicate pequeño. Todos ellos útiles básicos y habituales para violentar cerraduras por el método del 'bumping'. «El logro más efectivo es pillarles 'in situ', pero el 90% de las investigaciones son a medio o largo plazo. Sabemos que es difícil cogerles en ese momento», continúa el inspector.
Las dificultades de cazarles con las manos en la masa son muchas, sobre todo porque los sospechosos, en su mayoría, son bandas itinerantes. Hoy pueden estar en Valladolid y mañana en la otra punta del país. «Atacan rápido y se van rápido. A veces no tenemos esa respuesta tan rápida como nos gustaría», prosigue.
Esa situación propicia un trabajo «coral» con otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, tanto de Valladolid como de otras provincias. Un ejemplo se ve estas semanas con los asaltos de la banda del BMW y sus incursiones delictivas por Valladolid y provincias limítrofes. «Saber que han salido de prisión supone que van a volver actuar. Forman parte de esos grupos que no son itinerantes. Los consideramos potenciales autores de robos y los tenemos en 'nómina'. Están más o menos localizados. Pero de momento, en esta ocasión, se están centrando más en el mundo rural», puntualiza.
Sigue la estacionalidad
A pesar de todo, la estacionalidad sigue presente para los que se dedican a entrar en casas ajenas. «No son ignorantes, saben perfectamente que las viviendas quedan vacías en verano», describe sobre unos grupos que actúan en Valladolid.
Y estos tienen, principalmente, nacionalidad croata o georgiana. Son los dos grandes grupos que actúan en territorio nacional. Los de Croacia suelen tener su residencia fijada en Cataluña y Castellón. Suelen ser dos o tres mujeres, aunque en algunas de sus últimas excursiones suelen ir con algún hombre. Se desplazan en vehículos, propios o de alquiler, con matrícula italiana o francesa, además de utilizar documentos identificativos de estas nacionalidades. Emplean el método del resbalón (deslizar tarjetas o utensilios similares para abrir la cerradura) o fuerzan con destornilladores los marcos.
El perfil del asaltante son grupos itinerantes de origen extranjero, principalmente croatas y georgianos
Precisamente, en el delictivo verano del año pasado, la Policía Nacional detuvo a dos jóvenes croatas, en prisión desde su arresto, y que completaron varios asaltos. Su juicio se celebró recientemente y fueron condenadas a tres años y tres meses de prisión.
La otra gran banda es la de los georgianos. Especializados en el 'bumping', dejan menos rastro de su hecho delictivo. Abren las cerraduras con una llave sin forzarlas y al igual que los croatas se mueven por todo el territorio nacional, aunque residen en Madrid. Se desplazan en vehículos propios, en grupos de tres hombres, si bien alguno de ellos no reside en el país todo el año. Entran tres meses como turistas y pueden permanecer ese tiempo de forma legal. Se identifican con su pasaporte georgiano con sello reciente de entrada en España.
Aunque parece que en Valladolid han robado menos, fruto tal vez de ese refuerzo policial, en Palencia, este verano, dos personas de origen georgiano han sido detenidas por hechos similares.
A pesar de que ese perfil extranjero es el que asoma en las estadísticas delictivas, conocen bien la ciudad para perpetrar sus asaltos. Buscan vulnerabilidades en la zona centro, Paseo de Zorrilla, Parquesol... «Realmente es un criterio abierto. Podemos pensar que el centro es más apetecible, pero luego pueden encontrar un bloque en La Victoria con cerraduras más 'fáciles'», describe el inspector jefe de la unidad.
En viviendas unifamiliares, el sur de la ciudad, como el pasado verano, es la zona más atacada. «Este año hemos tenido menos robos, pero suele ser Santa Ana, El Peral...», prosiguen desde la unidad.
En el apartado de recomendaciones, aunque al verano ya se le empiece a decir adiós, además de la importancia de dar apariencia de que hay alguien siempre en casa ya sea con domótica o dejar las llaves al vecino para que suba y baje persianas, desde el grupo destacan la importancia de instalar cámaras en el interior. Eso y alarmas. «Lo recomendamos encarecidamente. De ahí obtenemos información. Además, si el autor ve una cámara puede que se eche para atrás o, tal vez, que continúen con total descaro», analizan.
A eso se añade el consejo de gastarse dinero en una buena cerradura. «Es más económico que cambiar la puerta. Ahora hay cerradura 'antibumping', antiganzuado, 'antiimpressioning', antitaladro...», concluyen desde el departamento antirrobos de Valladolid.
De los pisos a los negocios
Si el balance respecto a las viviendas ha sido positivo, menos halagüeño se ve en los establecimientos de la capital. Se han asaltado más. «Y algunos más perfeccionados», relatan desde el seno de la unidad de robos. Eso sí, destacan un trabajo reciente en colaboración con la Guardia Civil para esclarecer un robo en Global Noria. Este grupo estaba especializado en la comisión de robos con fuerza mediante butrones (abrir un boquete en la pared) en empresas de almacenaje y distribución de material eléctrico de toda la geografía nacional, incluida Valladolid, de las que sustraían cable de cobre que después vendían en chatarrerías. Todos los bienes sustraídos han sido valorados en 567.471 euros, en la capital vallisoletana el palo valorado en 150.000 euros.
En el caso del asalto en la capital vallisoletana, los autores, debido al volumen del material de cobre sustraído, estuvieron durante tres noches seguidas 'trabajando' para conseguir llevarse todo el cobre acumulado.
Los hechos ocurrieron entre el 28 de febrero y el 3 de marzo. Los propietarios, en su denuncia, explicaron que los delincuentes habían sustraído numerosas bobinas de cobre, cuyo peso total oscilaba entre 6.000 y 8.000 kilos, después de cortar la alambrada perimetral y realizar boquetes en la paredes para acceder a sus instalaciones.
Ante la imposibilidad de sacar las pesadas bobinas, las trocearon para sacarlas a los vehículos en los que posteriormente los trasladaron.
La mecánica empleada en sus robos, en este sentido, partía con el alquiler de un vehículo de alta capacidad, tipo furgoneta, con la que se desplazaban, junto a vehículos particulares, a la localidad donde iban a operar en cada situación, siendo su objetivo empresas de almacenaje y distribución de material eléctrico ubicadas en zonas industriales. «Nunca dejamos ninguna investigación aparcada, aunque pase el tiempo. Siempre hay algo que nos haga click en la cabeza y se encajen todas las piezas del puzle para esclarecer un robo», remarcan desde la unidad especializada de la comisaría de Delicias.
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