

Inés Retortillo: «Valladolid es muy agradecida de enseñar y tiene un gran potencial turístico»
La guía turística, que lleva más de tres décadas enseñando los atractivos e historia de la ciudad, asegura que muchos visitantes se «sorprenden» ya que suelen venir con expectativas «más bajas» que en otros lugares
Inés Retortillo, que ejerce su profesión desde hace más de 30 años, es guía turística en Valladolid, una ciudad que, reconoce, sorprende a sus visitantes.
-¿Cómo y por qué decidiste hacerte guía turística?
-Bueno, la verdad es que de siempre me ha gustado todo lo que rodea al turismo, aunque en los años en los que yo era estudiante universitaria aquí no lo había. Aunque es cierto que me llegó un poco de carambola. Al final, estudié técnico de Empresas y Actividades Turísticas, que era una carrera media, como había antes, técnico, y después pues tenías varias posibilidades, hoteles, agencias, o ser guía de turismo. Y bueno, me habilité en la Comunidad Autónoma de Castilla y de León, que son las que tienen las competencias en materia de turismo, y a través de un compañero nuestro pues empecé.
-¿Cómo fue tu primera visita?
-Pues fue una visita con un grupo de la tercera edad en la que iba bastante nerviosa porque pensé que sabían más que yo. Luego me di cuenta de que no, de que vienen a conocer lo que realmente tú conoces y les quieres transmitir. Eso es lo que buscan y así es como llegué realmente a convertirme en guía turística.
-Llevas muchos años en la profesión...¿cómo ha evolucionado el turismo en Valladolid?
-Llevo desde el año 92 y sí que te puedo decir que el turismo ha evolucionado bastante. La verdad es que antes prácticamente no había turismo. Fue a través de la primera iniciativa que tuvo la Oficina de Turismo, en la que yo también he estado trabajando, se planteó el hecho de hacer visitas turísticas que no se cobraban, evidentemente. Antes se entendía como una acción más, con tus impuestos lo pagas, y evidentemente, en vez de hacer un folleto en papel, era mucho mejor transmitirlo de forma oral. Después ya derivó en que las administraciones públicas comenzaron a cobrar este servicio, han empezado a no contar con profesionales de las asociaciones de las ciudades para realizar las visitas, etc. Pero bueno, pues al final uno se va labrando su futuro y hay alternativas. Te puedes meter en la Asociación de Guías Oficiales, de Valladolid o en la de Palencia en mi caso porque trabajo en ambos sitios. Y también se puede pertenecer como yo a la Federación de Guías de Castilla y León, estar dentro de CEFAPIT -que es la asociación a nivel nacional- y DEFER -a nivel europeo-. Al final estamos cubiertos por casi todos los sitios.
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-Visto desde dentro.... ¿qué quieren ver los turistas cuando vienen a Valladolid? ¿Qué les sorprende?
-Valladolid es una ciudad muy agradecida a la hora de hacer una vista guiada porque la gente cuando vas a Segovia o Salamanca ya sabe más o menos lo que va a haber. Entonces tú lo tienes que hacer muy bien para cubrir las expectativas que ellos tienen, que normalmente son muy altas. Pero cuando vienen aquí, pues a lo mejor vienen un poco para ver los monumentos, para saber un poco la historia, para comer, para tapear, que es lo que más llama la atención hoy en día. La verdad es que tenemos un gran potencial en lo turístico, y cuando llegan aquí se encuentran con una ciudad que ha sido la capital del reino, que tenemos cuatro partes del casco histórico que son todas espectaculares, etc. Cuando ven que tenemos una historia muy arraigada, unas tradiciones muy arraigadas, pues descubren una ciudad que realmente es fácil transmitirla y enseñarla, porque las expectativas no suelen ser tan altas.
-De hecho, está extendido el concepto, sobre todo aquí en Castilla y León, de que Valladolid es quizá 'la más fea' o 'de las más feas' en cuanto a capitales que visitar...
-La verdad es que no tiene mucho sentido. Por ejemplo, Valladolid es la única que ha sido capital del reino, el resto no, salvo de forma puntual. Pero como capital del reino, cuando ya éramos la nación española, solamente esta Valladolid. Esto suele sorprender bastante a los turistas y además se plasma en la ciudad evidentemente. Tenemos los restos de ese Valladolid real y también este Valladolid gremial que tenemos aquí en la calle Platerías, por ejemplo, y que es una auténtica maravilla y el ejemplo de la europeización que tuvo Valladolid con el rey Felipe II.
-Desde hace unos años ya han surgido otras maneras de hacer turismo al margen de los guías de toda la vida, como pueden ser los Free Tour o incluso aquellos turistas que optan por organizarse una 'guía' con la Inteligencia Artificial entre otras, ¿qué te parecen estas otras formas de hacer turismo?
-A ver, desde mi punto de vista el intrusismo se persigue o se debería. El problema es que todo eso ha llegado a un punto que se ha adaptado la alegalidad a la legalidad y entonces aquí no se persigue absolutamente nada. Pero bueno, prefiero no decir mucho más porque es la comunidad autónoma la que tiene las competencias en materia de turismo. Si tú quieres trabajar y ser guía en la comunidad autónoma de Castilla y León, sabes donde tienes que habilitarte, que es en la comunidad autónoma de Castilla y León, y no hacerlo, por ejemplo, en otras comunidades autónomas -con más facilidad de acceso- para luego volver a trabajar aquí.
-Tanto en formato como en forma, ¿cómo han evolucionado las visitas con todos los cambios que ha habido en estos más de veinte años de oficio?
En muchas formas. Por ejemplo, ahora también tenemos otro tipo de turismo más individualizado que nos ha hecho adaptarnos a todos. En este sentido, nosotros también hacemos otro tipo de visitas compartidas además de Valladolid como a la Tordesillas Real y Comunera o al Museo Nacional de Escultura. Intentamos amoldarnos a estas nuevas formas de turismo. Evidentemente utilizamos las plataformas, que hoy día hay muchas incluyendo una bastante conocida que nació aquí en Valladolid. Pero no dejarán de ser plataformas que tienen posicionamiento online pero no guías, ni servicios. Simplemente venden nuestros productos.
-Le damos la vuelta a la pregunta, ¿qué es el valor fundamental, el factor diferencial que tenéis los guías turísticos respecto a estas otras fórmulas?
-Pues sobre todo nosotros mismos, que evidentemente somos el terruño, y el terruño pues sabe transmitir lo que tenemos aquí. Y además, como no somos la IA, vemos la cara del turista, nos adaptamos al grupo que tenemos para contar unas cosas, no contar otras, entender la sensibilidad que tiene ese turista, la tipología de grupo que tiene, y les intentamos dar lo que ellos vienen buscando. Les damos todo ese servicio. Y eso simplemente lo podemos saber cuando tenemos un trato como el que tenemos tú y yo ahora, que nos estamos mirando la cara y estamos aquí hablando.
-Desde tu experiencia y a modo de consejo para todo el que quiera visitar Valladolid, ¿qué tres sitios no deben perderse los turistas al visitar la ciudad?
Uf, me lo pones muy difícil con solo tres imprescindibles. Creo que el Colegio de San Gregorio es un referente, primero porque ninguna otra provincia de Castilla y León tiene un museo nacional como este que tenemos nosotros aquí, que tenemos la gran suerte de además tener también la Casa de Cervantes. Así que, por eso, yo creo que el Museo Nacional de Escultura es una joya por dentro y por fuera, tanto el contenedor como el contenido, que no hay que perderse. Aunque te diré que es la visita que menos nos demandan porque la gente tiene miedo a que les enseñemos escultura por escultura y les resulte pesado. Y eso no es así. Luego descubren que realmente hacemos una visita muy buena, tanto del entorno como de todo el apartado artístico y escultural como tal. Otro punto importante, es la zona es de tapeo. Es decir, tomarse una tapa y un vino aquí en Valladolid yo creo que es el mejor colofón que puede tener cualquier visita turística. Y el turismo no es solamente historia y monumentos. El turismo es una forma de vida, una forma de hacer, una forma de expresarse. Y otro punto que me gusta mucho y no dejaría pasar podría ser la zona del Pasaje de Gutiérrez y el Valladolid Decimonónico, aunque sea menos conocido. Ese entorno extramuros, fuera de la segunda muralla que llega a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, que llega con la Revolución Industrial de las fábricas de harina y el ferrocarril y que trajo esas novedades como los edificios de estilo ecléctico, modernista, los teatros... también el Campo Grande, que es otra forma de ver la ciudad más allá del punto de vista histórico y turístico.
-Y, por contra, ¿algo que no hayas comentado, que la gente no se espere y que sea poco conocido pero que no se puede dejar de visitar al pasar por Valladolid?
Pues aquí me has pillado un poco, la verdad [ríe]. Realmente creo que hoy en día, como se lleva tantos años publicitando el turismo, ya quedan muy pocas cosas desconocidas por así decir. Antes sí que podría haber unas cuantas, pero ahora no lo sé. De decir una, te diría la zona conventual y palaciega, la que conforma el primer recinto amurallado. Esa zona del entorno de la calle San Ignacio de Loyola, San Agustín, Santo Domingo de Guzmán, etc. Creo que esa zona puede ser menos conocida que otras porque además, no es una zona peatonal como las que solemos ir con los grupos, como puede ser hoy en día esta calle Platerías. Pero realmente es una zona que llama mucho la atención por ver patios de esos palacios que todavía nos quedan. O esa zona conventual que todavía tiene esa imagen medieval que no tenemos en esta zona tras el incendio que asoló esta parte de la ciudad en 1561.
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