Batalla política a pie de obra por la vivienda en Valladolid
La ministra Isabel Rodríguez gira visita un mes después a la misma promoción que ya visitaron Juan Carlos Suárez-Quiñones y Jesús Julio Carnero
«No hay nada nuevo», decía un compañero de la prensa al acabar las intervenciones políticas. Y eso después de 25 minutos de declaraciones. No ... había nada nuevo porque, en realidad, esa promoción de viviendas para alquiler joven que se están construyendo en la calle Campo Charro, en Valladolid, en Parque Alameda, son las mismas que ya visitaron el consejero Suárez-Quiñones y el alcalde Carnero hace un mes. Solo que esta vez les acompañaba la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. El porqué se puede averiguar con una mirada al cartelón de las obras. Abajo, al pie de la infografía, aparecen por orden: «Financiado por la Unión Europea Next Generation EU, Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, Junta de Castilla y León». Y el importe de la ayuda: 7,6 millones de euros. Y en otro cartelón enorme, Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León) y Junta de Castilla y León, junto al presupuesto de adjudicación de la obra, 16.4 millones de euros sin IVA.
El Ayuntamiento, que no figura por ningún lado en los carteles, es el que ha puesto el suelo, por cierto.
Las tres administraciones tomaron la palabra y las tres alabaron las virtudes de la colaboración interadministraciones. Pero las tres acudieron a la cita porque la vivienda, hoy, es el argumento preelectoral por antonomasia y cada cual trata de poner la bandera en lo alto de la obra. Por parte del Ayuntamiento, el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, recordó que había que hablar de la modificación del Plan General para que en el cuartel de La Rubia quepan 600 viviendas y no 200. Y presumió de lo suyo: «Estamos tramitando un nuevo plan de vivienda que alcanzará el horizonte de 2026 a 2030. Este plan de vivienda es una herramienta clave para poder dar respuesta a un problema que no podemos obviar», dijo.
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Después le tocó a Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Medio Ambiente. «La Junta de Castilla y León está construyendo en nuestra comunidad más de 3.000 viviendas en distintos esquemas, uno de los cuales es el que responde a esta promoción. Una promoción de un proyecto realizado y construido por la Junta de Castilla y León de 170 viviendas, con una inversión de más de 22 millones, que en concreto son 8.200.000 euros de fondos europeos, y 14.250.000 euros de fondos del presupuesto de la Junta de Castilla y León».
Y finalmente, la ministra de Vivienda. Que vino a decir que todo eso está muy bien, pero que el dinero europeo no ha caído del cielo, sino gracias al Gobierno. «Solo a través del plan de recuperación han sido 300 millones de euros lo que hemos invertido en la comunidad autónoma y solo en la ciudad de Valladolid hemos superado los 80 millones de euros con distintos proyectos del plan de recuperación que dependen del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Este es uno de ellos», recordó.
Hasta la puesta en escena resultó significativa. Quiñones y Zarandona atendían a los medios con el chaleco fosforito de Somacyl y cascos blancos con pegatinas de la Junta de Castilla y León y Somacyl. Y la ministra, con un chaleco personalizado con la palabra «ministra» y un casco blanco con la pegatina «Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana».
Y proseguía la ministra. «Les hablaba de lo que ya hemos invertido en Valladolid a través del Plan de Recuperación. A través del Presupuesto General del Estado hemos incrementado en más de un 270% la inversión que se ha hecho en este territorio en los últimos años y vamos a seguir haciéndolo. Esa es nuestra disposición por eso, bien lo sabe el consejero, tenemos encima de la mesa ese planteamiento de triplicar la inversión para alcanzar los 7.000 millones de euros en el conjunto de nuestro país en políticas públicas a través del Plan Estatal o a través del PERTE que apoya la industrialización, que apoya al sector». Y eso implica, matizaba, que la Junta también tiene que poner lo suyo.
Cordialidad, alabanzas, agradecimientos y visita a unas obras que pondrán a disposición de los menores de 35 años, por sorteo, unas viviendas de alquiler asequible allá por la segunda mitad de 2026. 170 viviendas, destacaba Suárez-Quiñones. 772 en total en la provincia de Valladolid, añadía. Con dinero de la Junta en un buen porcentaje, recordaba. Y con suelos municipales, recordaría Zarandona. Y con dinero europeo negociado por el Gobierno, insistiría Rodríguez.
En el maremágnum de chalecos amarillos y cascos blancos había otro detalle: los zapatos. O las botas. Periodistas, políticos, asesores e invitados, con calzado inadecuado para pisar el tajo. Infiltrados en el grupete visitador, encargados de obra con botas de seguridad de las que te salvan los metatarsos si se te cae un bloque de hormigón, manchadas de barro. El sueldo medio de los que laboraban allí, en 2024, fue de 1.746 euros al mes, dicen las estadísticas. El precio medio del alquiler en Valladolid es de 9,4 euros por metro cuadrado, dice Idealista. Eso supone unos 564 euros mensuales por un piso de 60 metros cuadrados como los que se estaban visitando. Un 32% del sueldo. La hipoteca media está este año en 128.027,46 euros. Lo que significa, a 25 años, 571 euros al mes. Casi lo mismo, el 32,7%. Y en ambos casos supera el límite de gasto que recomienda el Banco de España respecto a los ingresos netos: un 30%.
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