El pequeño comercio de Segovia, «en peligro de extinción»: 556 tiendas menos en quince años
El tejido de locales de la provincia ha perdido una cuarta parte de los locales que lo conformaba en 2010, y la tendencia descendente no cesa
El alambre sobre el que deambula el pequeño comercio es un poquito más ancho, pero el equilibrio continúa siendo harto difícil. Hay empresarios que pierden ... el paso, caen y se ven obligados a bajar la persiana para siempre. Otros, la mayoría, continúan bamboleándose sobre el vacío, haciendo malabarismos pero aferrándose fuerte a la pértiga para conservar la estabilidad. Y los hay que han ganado seguridad a pesar del vértigo. Como cuenta el presidente de la Agrupación de Comerciantes de Segovia (ACS), Manuel Muñoz, es un sector económico que «se adapta muy bien» a las circunstancias, por muy mal que vengan dadas y por muy fuerte que soplen los vientos en contra para amenazar la permanencia de los negocios.
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Un paseo por las principales arterias comerciales de la capital deja un reguero de locales cerrados y vacíos que otrora tuvieron vida gracias al despacho cotidiano a la clientela. Las tiendas tradicionales, las de toda la vida, las clásicas que presumen de ofrecer la cercanía al ciudadano van cayendo al vacío sin red. Establecimientos desocupados que aguardan nuevos inquilinos. Hay ejes como José Zorrilla, Somorrostro, Muerte y Vida y San Francisco en los que abundan las verjas bajadas con pintadas que delatan el abandono; escaparates que solo muestran el polvo acumulado; luminosos apagados y cojos de letras y carteles de 'se alquila' o 'se vende'. Antes rezumaban actividad.
No son estampas ocasionales. La Federación Empresarial Segoviana (Fes) hizo un estudio hace más de un año. Este informe transitaba por cada calle para contabilizar el número de locales comerciales que existen en la capital, catalogar el tipo de negocio al que se dedican y recabar el número de ellos que permanecen cerrados. El recuento reveló que el 22% de los 2.150 establecimientos registrados durante ese trabajo de campo tenía las persianas bajadas de manera constante. Es decir, casi uno de cada cuatro. En total, cerca de medio millar (470), repartidos en diferentes zonas de la ciudad.
En la provincia el panorama es más desolador porque la rotación que se observa en la ciudad -tiendas que echan la verja y reabren al poco tiempo con otro tipo de productos en venta- no se da en los pueblos. La concentración de los comercios en las grandes localidades de Segovia ha ido borrando del mapa tiendas que fueron atendieron a distintas generaciones hasta que agotaron las vidas que les dieron los relevos. Sus cierres son causa y también efecto de la despoblación que acusa el medio rural más disperso y diseminado. El botón de muestra son los despachos de alimentación que se han quedado sin clientes en pueblos cuyos padrones agonizan. Esa red de ultramarinos ha ido mutando en menos negocios y de mayores dimensiones, una apuesta sustentada en ubicaciones con un amplio radio de clientes, fundamentalmente el alfoz de Segovia, donde cadenas de supermercados han ido abriendo superficies.
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El 53,7% de los negocios de la provincia están ubicados en cinco términos municipales: la capital, El Espinar, Nava de la Asunción, Cantalejo y Cuéllar. Mientras, 74 localidades que entre todas suman una población censada de 5.266 vecinos, no tienen un solo comercio activo. Ni para comprar el pan ni para hacerse las uñas.
44 cierres en un año
Hay que recurrir a las cifras para tomar el pulso al sector. El Instituto Nacional de Estadística (INE), al dar cuenta de la denominada Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), acredita el goteo de desapariciones que sufren las pequeñas tiendas de proximidad desde hace al menos quince años, que no se compensan con los traspasos. Esos datos oficiales se remontan a 2010. A lo largo de tres lustros, en la provincia solo ha habido un ejercicio con saldo positivo. Fue 2017, la excepción que confirma la triste regla de la cascada de cierres que marca el devenir del comercio tradicional. Ese curso acabó con más locales abiertos que con los que empezó a deshojar el calendario.
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Fue una anomalía, porque los otros catorce años acabaron en números rojos. Más cierres que aperturas. El último estudio del INE se refiere a 2024 y permite revisar la evolución de los diferentes nichos. La citada clasificación se anotó el pasado ejercicio, en el total de todas las actividades económicas registradas, un aumento de los establecimientos en activo. En concreto, 12.314 frente a los 12.206 que había doce meses antes, lo que supone un leve crecimiento del 0,8%.
12.314 establecimientos
estaban en activo al cierre del año pasado en la provincia de Segovia, sumando todas las actividades económicas contempladas por la CNAE.
1.759 locales
dedicados al comercio minorita permanecían abieros al finalizar el año pasado en la provincia de Segovia, según el INE.
No dio para tirar ni medio cohete, ya que es el segundo volumen de negocios operativos más bajo de los últimos quince años. Incluso en las épocas de los azotes más duros propinados por la crisis generalizada financiera, a comienzos y mediados de la pasada década, había más actividades al pie del cañón prestando sus servicios a los segovianos.
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En lo que atañe al pequeño comercio, representa el 14,2% de todo el conglomerado de segmentos económicos contenidos en la CNAE. Es el mayoritario, seguido del sector que engloba a las empresas que se dedican a la construcción de edificios. Estos dos son los únicos que superan los mil establecimientos en la provincia.
Si se echa la vista atrás, en tres lustros los segovianos nunca han tenido menos tiendas de proximidad. Entre 2023 y 2024 hay que lamentar 44 bajas, lo que representa una merma del tejido comercial al por menor del 2,4%. Pasa de 1.803 a 1.759 locales. Pero la hemorragia de cierres de este tipo de tiendas de cercanía es mucho más aparatosa si la comparación se remonta quince años atrás, como permite el Instituto Nacional de Estadística. En este lapsus de tiempo han desaparecido más de medio millar de establecimientos. En década y media, 556 clausuras definitivas. Es prácticamente una cuarta parte de los pequeños negocios que estaban en activo en 2010.
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Con la realidad que retratan los números publicados por la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, no es de extrañar que el presidente de la Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS), Manuel Muñoz, pida el auxilio de las administraciones para evitar la muerte de estos servicios que van más allá de los artículos que ofrecen en sus estanterías y escaparates, ya que también son puntos de encuentro para los vecinos de los barrios que ven impotentes cómo se van quedando sin esos despachos de convivencia y aprovisionamiento.
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El representante empresarial eleva el deseo a la categoría de reto: «que las administraciones se lo tomen en serio y que luchen de verdad con medidas necesarias porque el comercio minorista es una especie en extinción». Las formas en del torniquete que han de apretar con voluntad e intención para impedir que el sector siga sangrando pasan sobre todo por dotaciones económicas, «presupuestos de verdad» destinados a los pequeños negocios de proximidad. Las ayudas son bienvenidas como salvavidas, pero hace falta oxígeno.
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