Malestar entre los comerciantes tras el corte peatonal por los actos de Isabel la Católica
Un tramo de la calle Marqués del Arco estuvo cerrado al paso de viandantes durante aproximadamente dos horas y media
El corte peatonal de la calle Marqués del Arco efectuado el sábado por los actos conmemorativos de la proclamación de Isabel I como reina de ... Castilla ha desatado el enfado entre multitud de comerciantes y vecinos. La restricción al paso de viandantes durante dos horas y media impidió a muchas personas acceder a sus viviendas y obligó a las tiendas a cerrar antes de lo previsto al no haber clientes. Fuentes municipales aseguran que es una decisión que se tomó para «garantizar la seguridad» de los asistentes al desfile y la recreación histórica en el enlosado de la Catedral.
Media docena de comercios, principalmente tiendas de suvenires, se vieron afectados directamente por el corte peatonal en un tramo de unos 150 metros de longitud, que discurría desde la puerta de la Catedral hasta la confluencia con la calle Doctor Castelo, según detallan los testimonios recabados. Sin embargo, el perjuicio se extendió también a los establecimientos de otras zonas aledañas, como es la plaza de La Merced o la calle Daoiz, que lamentaron un desplome en la afluencia de público durante la celebración del evento central de Isabel la Católica.
«Nos avisaron del corte con tres días de antelación y tuvimos que cambiar todas las citas»
Juan Caballero
Old Town Tatto
«Nosotros decidimos seguir abiertos y estuvimos desde las 18:00 horas mirando»
José
Suvenir La Catedral
El Ayuntamiento informó de las restricciones a los negocios más perjudicados por medio de una carta, ya que eran una novedad respecto al año pasado. «En un principio nos dijeron que se iban a producir cortes intermitentes, pero la realidad ha sido diferente: cerraron la calle a cal y canto», relata Jaime Hernanz, al frente de Kukul Segovia. La prohibición al paso comenzó a las 17:45 horas, cuando llegó la comitiva real, y hasta las 20:15 horas no volvió a reabrirse la vía al público, según fuentes municipales, que defienden que fue una medida necesaria para facilitar la llegada con total seguridad de los nueve caballos y de los participantes en el desfile.
«Al final tuvimos que cerrar por aburrimiento», asegura Hernanz. «Nosotros decidimos quedarnos y estuvimos desde las 18:00 horas mirando», indica a su vez José, de la tienda de suvenires La Catedral. El impacto que tuvo el cierre sobre la actividad fue muy negativo. «No venía nadie porque no podían entrar», añade el vendedor. La mayoría de las tiendas del tramo afectado no abrieron sus puertas en toda la tarde. Ejemplo de ello es el estudio de tatuajes Old Town Tattos Shop, donde su trabajador Juan Caballero explica que «teníamos algunas citas concertadas pero las tuvimos que cambiar a otro día porque la gente no iba a poder asistir». «Nos avisaron del corte con tres días de antelación», declara.
«El turismo masivo no nos viene bien; cuando la calle va con mucha gente no nos ven»
Jaime Hernanz
Kukul Segovia
«Creen que este tipo de eventos nos beneficia, pero yo otros sábados he facturado más»
«Una cosa es cortar 20 minutos y otra es hacerlo durante dos horas y media», sostiene Kenia, de The Vegolina, cuya fachada sirvió de límite para colocar las vallas que impedían el acceso a la zona del enlosado de la Catedral. Si bien es cierto que la entrada a su tienda seguía estando libre, lamentó la misma caída de clientes que el resto de negocios. «A nosotros no nos dijeron nada, no sabíamos cuánto iba a prolongarse el cierre y muchos comerciantes de más abajo subieron a preguntar», afirma.
Vigilancia continua
Los agentes policiales vigilaron continuamente este espacio, el cual desalojaron al completo minutos antes del corte. «Una señora vino aquí para ir a casa de su madre, que vive sola, y no la dejaban pasar», relata Mila, de suvenires La Catedral. Los comerciantes pudieron observar escenas de indignación entre muchos asistentes, ya que muchos consideraron que la medida estaba dirigida a evitar que se pudiera ver la recreación histórica desde fuera y sin pagar.
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En cualquier caso, los negocios de la calle Marqués del Arco coinciden de manera unánime en una reflexión: el turismo masivo no supone un beneficio para su actividad. «Cuando la calle va con mucha gente, no nos ven; la organización de macroferias tan seguidas es algo que no nos viene bien. Lo que sí que notamos es el turismo de calidad, que pernocta y disfruta de la ciudad, que pasea tranquilo», señala Hernanz, de Kukul Segovia. «Aquí se sigue mirando el número: cuantos más turistas vengan, mejor, pero esa no es la realidad», puntualiza. «Yo otros sábados he facturado mucho más», apostilla Kenia.
Precisamente, el balance que ha realizado el Consistorio sobre los actos de Isabel la Católica se basa fundamentalmente en cifras. «El evento organizado por el área de Turismo se consolida y congrega a alrededor de 55.000 personas», aseguró la entidad en un comunicado. También hizo hincapié en que la recración agotó el afoto en los dos pases y que la ocupación hotelera rozó el cien por cien el sábado, mientras que el viernes se situó en un 90% y el domingo, en un 70%. El Ayuntamiento especifica que el volumen de negocio en el mercado medieval se incrementó, ya que los puestos segovianos estimaron un repunte de las ventas del 25% respecto a 2024.
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