Ismael Ruiz, 24 años con un riñón trasplantado
«Estaba en las piscinas de Fasa cuando me llamaron y ahí sigue el riñón, me tocó uno valiente»Ismael Ruiz es un trasplantado veterano que tiene en el Clínico de Valladolid su «segunda casa» y destaca la oportunidad de vida que ha supuesto el injerto renal
Ismael Ruiz es un veterano de los trasplantes de riñón. Le injertaron uno en el Hospital Clínico de Valladolid hace 24 años y ahí sigue, ... funcionando. «Me tocó un valiente», asegura para referirse al órgano que le ha permitido, cuidándose mucho, hacer una vida que puede considerarse normal. Viajar sin estar pendiente de programar donde hacerse la diálisis. Ir al pueblo a cuidar los frutales sin fecha de vuelta a Valladolid. Olvidarse de las fístulas que le provocaban los pinchazos para conectarse a la máquina. Cosas a las que solo das importancia cuando te toca pasar por ellas.
La asociación Alcer Valladolid aspira a convertirse en un espacio de apoyo para los enfermos renales
«Estaba en las piscina de Fasa cuando me llamaron. Y desde allí, al Clínico para el trasplante», recuerda Ismael. Era 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol. Año 2001. Para que una persona reciba un órgano debe haber otra que lo done. El que dio vida a Ismael era de un joven fallecido en accidente de tráfico, en una época en la que la carretera se cobraba cifras de víctimas que hacen temblar a las que hoy nos siguen asustando. Sus dos riñones sacaron de diálisis a dos enfermos de Valladolid. En el caso de Ismael, el órgano que recibió dura y dura. Y eso que no lo ha tenido fácil, porque la mochila de su historia clínica ha ido sumando peso: un cáncer de próstata con un tratamiento complicado, un problema de vesícula que le llevó hasta la UCI con un pronóstico vital muy comprometido... «Y ahí sigue el riñón», recalca esta semana, justo de vuelta de una de sus revisiones trimestrales en el Hospital Clínico.
«Es nuestra segunda casa», asegura Carmen Martínez, esposa de Ismael y presidenta en Valladolid de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades de Riñón (Alcer), entidad que llevaba cinco años sin actividad y que han reactivado «desde cero» para prestar apoyo a pacientes y colaborar con los profesionales que les tratan. «A quien empieza y le dicen que tiene una insuficiencia renal se le puede caer el mundo encima. Nosotros podemos apoyarles desde la experiencia», apunta Carmen. Ismael tiene 75 años y debutó en la enfermedad renal recién casado. La espoleta fue una hipertensión arterial que le provocaba fuertes dolores de cabeza y que terminó afectando al riñón de manera silenciosa, sin síntomas que dieran la cara a tiempo.
Este trasplantado trabajaba en la factoría automovilística que ligó Renault a Valladolid. Una empresa potente. Eso le permitió al inicio no tener problemas con las consultas y las bajas médicas que provocaba su insuficiencia renal. «El padre del jefe que tenía había pasado por lo mismo y entendía mi situación», comenta Ismael.
Camino de las tres décadas trasplantado y conviviendo con una insuficiencia renal desde los 28 años, cree que ha sido clave en su caso seguir a pies juntillas las pautas de cuidado que le han marcado desde la consulta. «Se cuida muchísimo y se deja cuidar», precisa Carmen, que destaca los avances que han vivido en este tiempo. Por ejemplo, la diálisis peritoneal que puede hacerse en casa incluso mientras se duerme y da más libertad a los enfermos. «Todo es el cuidado y que la gente lo coja a tiempo», remarca Ismael Ruiz, que es historia viva del trasplante de riñón en Valladolid. Recuerda que le operó la doctoral Lola Rivero. «Era la uróloga a la que le tocaba, un encanto», coincide la pareja. «Estamos agradecidísimos al hospital, a los médicos, enfermeras, auxiliares... a todos. Una sanidad como la que tenemos aquí no la hay en otros lugares», remarca la presidenta de Alcer, que demanda a la Administración inversión para mejorar las instalaciones del Clínico en las que trabajan «unos profesionales fabulosos».
Segunda casa, segunda familia
Si este hospital es la segunda casa de la pareja, el personal sanitario se han convertido en una segunda familia. Ismael enumera el listado de médicos que le han atendido y le atienden en este momento. A algunas de sus doctoras más recientes les cita por su nombre de pila y traslada un recuerdo especial para el doctor Palencia, «más que un médico, un amigo, por el cariño con el que te trataba».
El trigésimo aniversario del primer trasplante de riñón en Valladolid ha venido a coincidir con el resurgir de Alcer, una asociación que aspira a tomar brío en el asesoramiento y el apoyo a las personas con enfermedades renales. «Tenemos las puertas abiertas», invita Carmen, que es en este momento su presidenta, y que cuenta con Rubén Job García como vicepresidente y portavoz, María Teresa San José como secretaria y Francisco Bermejo en funciones de tesorero.
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