La Universidad de Valladolid trata de acomodar a los alumnos 'libres' de la Millán Santos
El cambio en la normativa deja solo accesibles 532 plazas en 154 asignaturas, con algunas de las más demandadas reducidas a 1 ó 2
La negociación está abierta, asegura la Universidad de Valladolid. Aunque el cambio de normativa aprobado en enero «por unanimidad» en la comisión correspondiente rebaja ... las opciones de matrícula abierta de los alumnos de la Universidad Permanente Millán Santos -mayores de 40 años-, la vicerrectora de Comunicación y Extensión Universitaria, Carmen Vaquero, asegura que están estudiando la manera de encajar esta modalidad en los grados.
Recuerda Carmen Vaquero que la Millán Santos se creó en un momento en que aún estaban vigentes las licenciaturas, que ahora son grados universitarios sometidos a verificación por las agencias de calidad. «Tenemos que intentar lograr un equilibrio con las necesidades de un grado que tiene características diferentes a las antiguas licenciaturas», justifica Vaquero. «Hay que establecer nuevos criterios. Antes era ilimitado y debe limitarse. En los parámetros para los límites es donde ha habido desencuentro», señala. Y es que la UVA determinó que «el número de estudiantes del programa Millán Santos que accederá a cada una de las asignaturas de Grado no podrá superar el 10% de los alumnos matriculados en la misma». Esto reduce mucho la posibilidad de matrícula precisamente en algunos de los grados que tienen más demanda por parte de los 'mayores', que optan por asignaturas de Humanidades.
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La UVA ha ofertado 523 plazas en 154 materias, de las que 364 se concentran en las 134 asignaturas de Artes y Humanidades. Es decir, que la media de plazas por cada una en esa rama es de 2,71.
Cada estudiante de la modalidad libre puede cursar dos asignaturas y un máximo de cuatro años
Además, antes se permitía que cada uno de los estudiantes escogiera entre 1 y 6 asignaturas de las que se ofertaban, y la norma aprobada en enero la reducía a un máximo de dos asignaturas por alumno, con cuatro cursos de estancia como límite. «En esta modalidad abierta, cada estudiante se podrá matricular como máximo de 2 asignaturas por curso y nunca excederá de 8 asignaturas en el total de su formación», algo que también disgustó a los estudiantes.
Crecimiento continuo
La Millán Santos cuenta con una modalidad estructurada, es decir, con contenidos agrupados por cuatrimestres y asignaturas, a la que se han acogido este curso 1.584 personas. La modalidad abierta, en la que el estudiante escoge libremente las materias que quiere cursar dentro de la oferta de cada centro, cuenta con 273 alumnos.
El curso pasado las cifras que se facilitaron fueron de 1.396 en la estructurada y 314 en la abierta, lo que quiere decir que se ha incrementado la oferta más 'formal' al tiempo que se reducía la de libre elección.
Ambas modalidades venían experimentando un crecimiento casi constante desde el curso 2001-2002, cuando se inauguró la Universidad Permanente. Se comenzó con 180 estudiantes, que pasaron rápidamente a 310, 493 y 580 en apenas cuatro cursos. En ese momento comenzó a impartirse la modalidad abierta, en la que los estudiantes podían elegir entre 500 asignaturas de libre configuración. En aquel momento todavía se impartían las licenciaturas.
Cuando se inauguraron los grados del Plan Bolonia se ofertaban 219 asignaturas 'libres'; ahora son 154
«Con el Plan Bolonia hay que lograr un equilibrio con los grados y con los 'verifica', que exigen una valoración continua», explica Carmen Vaquero. «Hay que velar por que en el centro -en este caso en Filosofía y Letras, el más afectado- se impartan los grados respetando las normas que imponen los 'verifica' por los que se aprueban estos grados», añade. La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) explica que el programa Verifica «evalúa las propuestas de los planes de estudio de títulos diseñados en consonancia con el Espacio Europeo de Educación Superior». Los grados deben renovar su acreditación cada seis años. «Estos estudiantes no se someten a evaluación continua y el profesor da la clase para el grado y si la abre tiene que ser consciente de que se debe al grado», añade la vicerrectora de Extensión Universitaria.
Los alumnos de la Millán Santos argumentan que hay profesores dispuestos a abrir sus clases y reclaman que se vuelva al sistema anterior. «Antes el profesor era el que decidía cuantos alumnos mayores aceptaba en su clase, ahora sigue siendo voluntario, pero la Universidad le impone el número que quiera», decían en un reportaje en El Norte este mismo verano.
«La gente se va matriculando por sorteo y algunos se quedan sin sitio porque algunas asignaturas son muy gustosas y tienen más demanda. Pero nosotros queremos diversificar y que no se centren solo en algunas asignaturas, sino que se rote», explica Carmen Vaquero.
«Quizá haya que revisar algún criterio, en esas estamos. Analizando cuáles son los resultados de la matrícula de este año para ver qué se hace», anuncia. «Estamos en fase de negociación. La renuncia de la directora de la Millán Santos ha surgido en ese momento de negociación -aunque ni la directora ni la vicerrectora han referido si se debe a este conflicto o a motivos personales- y nuestra intención es ver cuál es la realidad de las cosas en función de la matrícula de este año. La oferta es muy amplia, hay muchas asignaturas que se ofrecen. Y hay que analizar las razones por las que la atención se centra en unas asignaturas y quedan muchas que los alumnos no escogen. Que la formación se adecúe a los nuevos títulos y lograr ese equilibrio entre la universidad para mayores y los grados».
En el año 2009-recién inaugurados los grados del Plan Bolonia- se ofrecían 219 asignaturas en la modalidad libre. Hoy son 154.
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