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El cuerpo sin vida de la mujer fue encontrado el 21 de febrero en avanzado estado de descomposición tendido sobre la cama de matrimonio ... de una habitación de una humilde pensión situada en la primera planta del edificio del número 1 de la calle Montero Calvo. Un primer examen forense situó su fallecimiento en torno a diecisiete días antes y la posterior investigación determinó que la mujer, P., de 41 años y de origen chileno, se había alojado allí apenas unos días antes, el 28 de enero, en compañía de un varón con el que había iniciado una relación sentimental y que había abandonado precipitadamente el alojamiento el mismo 4 de febrero en el que se sitúa el fallecimiento. ¿Por qué huyó? El escenario y la huida parecían apuntar a una posible muerte violenta. Pero el primer examen forense no fue concluyente en cuanto a las causas. Así que semanas después, aún con el sospechoso huido, se realizaría una segunda autopsia. «Todo apunta a una posible muerte por asfixia o, en cualquier caso, de origen violento, pero sigue sin estar clara la causa», reconocen fuentes del caso antes de adelantar que se ha realizado una tercera autopsia para intentar concretar de manera fehaciente cuál fue la causa de la muerte.
El cuerpo de la víctima, entre tanto, continúa en las cámaras del Instituto de Medicina Legal y sus familiares, que residen en el extranjero, esperan aún su posible entrega. El principal sospechoso del posible crimen, J. A. S., de 45 años, pudo ser localizado y detenido dos meses después del hallazgo del cadáver, el 22 de abril, en la localidad navarra de Tudela, junto a su actual compañera sentimental. El titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer acordó dos días después su ingreso en prisión por un posible delito de homicidio e imputó inicialmente a su novia otro delito de encubrimiento. La investigación, no obstante, se mantiene bajo un estricto secreto de sumario a la espera de un hipotético resultado concluyente del tercer examen forense del cuerpo.
La víctima, una mujer de 41 años que llevaba tiempo en el país y que había obtenido la nacionalidad, había sido beneficiaria de los servicios sociales, si bien precisamente poco antes de su muerte había logrado una prestación social que le permitió albergarse en la citada pensión en compañía del ahora sospechoso, con el que había iniciado una relación sentimental apenas un mes antes de los hechos. Su muerte pareció inicialmente debida a causas naturales, si bien el resto de indicios apuntaban en sentido contrario. La investigación continúa abierta.
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