Valladolid
Las quejas de un centenar de vecinos de un edificio de Laguna: «Llevamos semanas sin tele y meses sin poder cerrar el garaje»Los inquilinos de varios bloques de protección oficial de la calle Miño están hartos de la pasividad del propietario ante el deterioro de las viviendas
En corrillo, como cualquier grupo de vecinos reunidos en uno de los cuatro portales afectados de la calle Miño, en Laguna de Duero, se van ... contando unos a otros los problemas (muchos de ellos comunes y otros propios de cada vivienda) pero la diferencia es que en esta comunidad reina en todos la misma sensación de hartazgo e indignación. «Es que es una tras otra, una vergüenza», coinciden. Todos ellos tienen firmado un contrato de alquiler de viviendas de protección oficial sin opción a compra y todos aseguran que comunicarse con el propietario para que solucione cualquier problema es «misión imposible».
Y la lista de quejas no es precisamente escasa en estos bloques construidos en el año 2.000. Los problemas de humedad son más que visibles en las zonas comunes, imposibilidad de acceso a los contadores de suministro, los picaportes y buzones están deteriorados, falta de extintores y algunos de ellos están vacíos y sin revisar, la puerta del portal no cierra y sufren averías de servicios con frecuencia como la que dejó a los vecinos del número 26 sin ascensor durante mes y medio. «Vivo en un tercero y tengo un 56% de discapacidad, imagínate cómo lo pasé esas semanas», cuenta sin separarse del bastón Javier Fernández, uno de los 96 vecinos de estos bloques de cuatro alturas situados en Laguna.
Pero la gota que ha colmado el vaso en esta comunidad en la que se acumulan los desperfectos desde hace años ha sido la avería por la que llevan más de dos semanas sin posibilidad de ver la televisión y sin opción, desde hace más de dos meses, de cerrar las puertas del garaje que afecta a los números 18, 20, 24 y 26 de la calle Miño.
El propietario (Testa Homes) vendió el bloque 22 completo que estaba vacío y el comprador tomó la decisión de cortar la luz hasta dar un nuevo uso al edificio, pero esa decisión les ha afectado a todos. «Desde entonces están las puertas sin uso y abiertas 24 horas al día, por la noche se mete la gente y, al parecer, han robado una moto. Estamos expuestos a lo que te puedas encontrar aquí, a oscuras», lamenta Miguel Ángel Villagra, uno de los afectados. En su caso, el hecho de que las puertas del garaje estén 24 horas abiertas le trae muy malos recuerdos. «Por algo parecido me destrozaron la bicicleta que tenía en el garaje cuando estuve viviendo en otra de las viviendas que tiene Testa aquí», además de las viviendas de la calle Miño, tiene varios pisos también de protección oficial en la calle Tajo de la localidad.
Y en esas están, luchando desde hace años para que el arrendatario de estas viviendas de protección oficial les dé una solución. «No es ni medio normal la falta de soluciones y de respuesta que tienen, es de risa», dice Jesús Busnadiego. De hecho, este periódico ha intentado sin éxito contactar (tanto por vía telefónica como por vía telemática) en varias ocasiones con la inmobiliaria.
Algo que no sorprende a los vecinos de unos edificios en los que a la falta de mantenimiento en zonas comunes se les suman los desperfectos en el interior. «Me he tenido que pagar la reparación de los azulejos de la cocina que se me saltaron en una pared por las malas calidades y la avería de la caldera», comenta un afectado.
Y a su vez, Villagra añade un punto de surrealismo más a esta comunidad donde se acumulan los problemas. «Te dan un plazo de 30 días desde que entras a vivir en los que se hacen cargo de los desperfectos, después de ese mes de gracia que te dan ya no te arreglan nada porque alegan que se debe al uso. Es tremendo», dice, y a la vez reconoce que fue uno de los pocos afortunados a los que le repararon la caldera. «Son viviendas muy mal aisladas que pueden bajar fácilmente en invierno a los 15 grados».
Subida de alquiler
Lo que no sabía una de las vecinas es que le habían subido a 102 euros, el precio de la comunidad. «Me acabo de enterar ahora mismo y porque lo hemos hablado nadie me había notificado nada», dice estupefacta mientras lee la factura. Entre esto y el alquiler que pago me voy a los 600 euros fácil. «No hay derecho a que nos tengan así y a que el propietario esté a 250 kilómetros de aquí y no se preocupe por nada», salta con indignación.
El de los precios es otro de los problemas con los que se han topado. «Me han subido el precio sin aviso de 419 a 595 pese a que vivo sola y tengo una pensión mínima. Me dijeron que o pagaba o que en diez días iba a la calle», lamenta Isabel Martín. Aunque la subida de precios la padecen muchos de los vecinos a la hora de renovar el contrato de alquiler, no sabían que cada uno paga una cosa. «Me acabo de enterar de que no todos pagamos lo mismo y eso que tenemos los mismos metros. Uno está pagando 400, otros 541 y otros casi 600. Que alguien me lo explique, por favor», dice Inma Domenech.
Eso sí, esta vecina tiene clara una cosa «están haciendo todo lo posible para que nos vayamos y así alquilarlo de nuevo a precios mucho más caros», asegura esta vecina, que se despeja de toda duda al encontrar el reciente anuncio en un portal de vivienda en el que aparece uno de los pisos de la calle Miño anunciado por 700 euros al mes. «Ya sí que no tengo duda, quieren que nos cansemos, pero no lo van a conseguir», asegura.
«Vamos a recoger firmas porque estamos todos los vecinos igual, esto lo sabe también la Junta porque hemos hablado con ellos pero nadie nos hace caso. Iremos a Consumo a ver si pueden ayudarnos alguien, lo que sea con tal de solucionar esto porque tenemos derecho a una vivienda digna, que es por lo que estamos pagando», finaliza Isabel.
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