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José Javier C. F., un inspector de Hacienda de 59 años, se enfrenta a una condena de 25 años de prisión si prospera la petición ... unánime que todas las acusaciones realizarán ante el jurado popular que le juzgará en la Audiencia de Valladolid. En junio de 2021, cuando se encontraban confinados en el chalé familiar de la Urbanización Santa Ana porque habían dado positivo en coronavirus, el hombre zanjó la discusión que mantenían sobre los términos de su separación propinando más de veinte puñaladas a su esposa en presencia de la hija mayor. La pareja continuaba viviendo bajo el mismo techo en el domicilio familiar del número 37 de la calle Montreal junto a sus dos hijas, de 19 y 17 años, pese a estar en trámites de divorcio.
La Fiscalía, la acusación particular, la acusación popular que ejerce la Asociación Clara Campoamor y la Junta de Castilla y León solicitarán a los miembros del jurado un veredicto de culpabilidad para el encausado, a quien le atribuyen en sus respectivos escritos de acusación un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. Fuentes del caso, que ha instruido el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 de Valladolid, han apuntado que el acusado no admite su culpabilidad en la muerte de su esposa, motivo por el que ha rechazado un acuerdo para declararse culpable (lo que rebajaría en varios años la condena propuesta y no haría necesario celebrar el juicio). También indican que, incluso, podría basar su defensa en una supuesta negligencia o mala praxis médica, ya que se escuda en que su mujer todavía seguía con vida cuando fue trasladada al complejo hospitalario, donde falleció poco después.
Los forenses certificaron que la víctima recibió entre quince y veinte puñaladas, en su mayoría propinadas por la espalda y un costado, a la altura del tórax, aunque su cuerpo presentaba también cortes por delante y en las manos, heridas estas últimas de posible carácter defensivo.
José Javier C. F., que tuvo que superar el coronavirus, ingresado y aislado en el módulo penitenciario del Hospital Clínico antes de poder pasar a disposición judicial, fue conducido posteriormente a prisión, donde permanece desde entonces a la espera de juicio.
Los hechos que se le imputan ocurrieron el 21 de junio de 2021 pasadas las cuatro y media de la tarde en el adosado familiar de la calle Montreal, cuyo patio posterior da al Camino Viejo de Simancas. La verja de la entrada principal, situada en el número 37. En su interior estaban confinados la tarde de autos África y José Javier, una pareja que se encontraba en trámites de separación y que, según confirmaron ayer fuentes de la investigación, «dormían en plantas separadas pese a compartir aún la vivienda». Los dos llevaban en torno a una semana confinados después de haber dado positivo por coronavirus y las mismas fuentes apuntaron a que «las discusiones eran frecuentes y la convivencia entre ellos estaba muy deteriorada». Y en estas circunstancias, con sus hijas también presentes, se produjo una fuerte discusión entre la pareja. Un testigo, de hecho, declaró que escuchó a uno de ellos gritar que «no te vas a quedar con la casa y con mis hijas». En un momento dado, el hombre habría cogido un cuchillo de cocina de, al menos, quince centímetros de hoja y comenzado a asestar puñaladas a su mujer.
La hija mayor del matrimonio, que presenció la brutal agresión, fue la que avisó al 112 a las 16:42 horas. El examen externo del cuerpo de la víctima confirmó que presentaba «entre quince y veinte heridas incisas y cortes superficiales» por todo el cuerpo, si bien muchas de ellas se concentraban por la espalda y un costado, aunque también tenía cortes y heridas por delante y de aparente carácter defensivo en las manos. Los sanitarios, pese a todo, consiguieron estabilizarla y trasladarla con vida al Clínico, donde perdería la vida apenas cuatro horas después.
Su marido, José Javier C. F. tuvo que ser también evacuado en ambulancia al Río Hortega con cortes superficiales en las muñecas fruto de un tímido intento autolítico. Sus lesiones no presentaban gravedad y esa misma noche fue trasladado al módulo penitenciario del Clínico, donde permaneció aislado al estar contagiado con el virus. El sospechoso carecía de antecedentes policiales y no constaban denuncias por malos tratos en la pareja. Las fuentes de la investigación consultadas coinciden en apuntar que la convivencia entre ambos estaba «muy deteriorada» y el confinamiento por sus dos positivos fue la mecha que hizo estallar la violencia que culminó en la agresión que costó la vida a África.
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