El juez ordena a Ambuibérica que asuma la desinfección de la ropa de los técnicos del 112

Con fecha del 22 de abril, la juez ha dispuesto en un auto que «procede requerir a dicha empresa a fin de que, en el plazo de 24 horas desde la notificación de esta resolución, se responsabilice del lavado, descontaminación y, en caso necesario, de la destrucción de la ropa de trabajo y los equipos de protección personal de su personal de movimiento de Valladolid, sin que en ningún caso sean los trabajadores los que deban llevarse la ropa a su domicilio a tal fin». Establece el auto que debe fijar un sistema de recogida y devolución en las bases en las que se presta el serviciode la ropa de trabajo de la plantilla, asegurando que, si se contratase tales operaciones con una empresa homologada, deberá asegurar que se envíen en recipientes cerrados y etiquetados con las advertencias precisas». Responde así al requerimiento del sindicato CGT que denunció ante los tribunales «la política de la empresa Ambuibérica como medida imprescindible, además, para evitar el traslado de la posible contaminación de zonas limpias o incluso al hogar del trabajador que realiza su labor expuesto al contagio y así impedir la propagación de enfermedades». Destacan que «estas medidas, básicas y por todos comprensibles han sido siempre rechazadas por la empresa, más atenta al gasto que a la salud de sus trabajadores o sus familiares y demandadas por CGT desde hace tiempo y redoblados nuestros esfuerzos por la actual situación de pandemia».

Indican que «en realidad no es una situación nueva y que los trabajadores del sector siempre han estado expuestos a numerosos riesgos de infección por otras enfermedades sin que la empresa haya mostrado la mínima sensibilidad al respecto, ni se ha controlado su salud de forma general ni se procuran las campañas de vacunación que trabajadores de otros sectores infinitamente menos expuestos disfrutan».

Estos portavoces también critican «el incumplimiento sistemático del convenio, uno de los más bajos de España obligando a sus trabajadores a realizar numerosas horas extras, más de las permitidas por ley y a un precio inferior al marcado por esta por medio de amenazas y chantajes o la falta de mantenimiento de los vehículos de la flota». Asimismo alertan sobre el mal estado de sus instalaciones, «en la mayoría como en Pilarica, donde el habitáculo impide mantener entre nosotros la distancia recomendada, ventilación y medios salubres suficientes». Y aunque el mismo corresponde a Sacyl, reclaman a su empresa que exija condiciones. Todo esto, añade « son las condiciones en las que tiene que sobrevivir una plantilla, los que llaman la primera línea de defensa contra la pandemia, los 'héroes' a los cuales se les aplaude por las tardes pero que están sacrificados a la codicia y el desinterés de empresas y la administración».