Cápsulas que fotografían el intestino rastrean lesiones digestivas a 450 pacientes
El Clínico de Valladolid fue de los primeros hospitales en incorporar a la exploración diagnóstica en 2003 estas 'píldoras' que el enfermo ingiere y desecha de manera natural
No es una película, pero casi, porque el dispositivo envía entre dos y seis fotografías por segundo. Las cápsulas endoscópicas que permiten rastrear el origen ... de hemorragias digestivas ocultas o de una anemia ferropénica, la presencia de pólipos y de lesiones provocadas por la enfermedad de Crohn, además de confirmar o descartar sospechas tumores en el intestino delgado, son dispositivos de uso habitual en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, centro que fue uno de los pioneros en España y el primero de Castilla y León en incorporar esta prueba diagnóstica en el año 2003.
Son dispositivos que requieren un paciente activo, que camine. No valen para personas encamadas
«Hemos hecho, seguramente, más de 5.000 pacientes explorados con cápsula endoscópica, habitualmente unos 400 al año. Este ya hemos superado esa cifra y estaremos en torno a los 450», explica Luis Ignacio Fernández Salazar, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Clínico . Esos pacientes eran al principio de toda Castilla y León. Las cápsulas endoscópicas se emplean ahora también en los hospitales de Salamanca, León, Burgos y Palencia y en los especialistas del centro vallisoletano atienden a pacientes de toda la provincia y a los de Segovia y Soria.
El procedimiento es sencillo. La 'píldora' mide 2,5 centímetros de largo por 1,2 de grosor. El paciente llega en ayunas, a primera hora de la mañana, y se traga el dispositivo, que lleva una cámara en su interior que permite fotografiar el intestino delgado a razón de entre dos y seis imágenes por segundo. No tiene que hacer nada más que pasear para facilitar el desplazamiento del dispositivo dentro de su cuerpo. Una batería con autonomía para siete horas garantiza la exploración completa de los siete metros de tubo intestinal. Cuando el paseo de la cápsula (de un único uso) culmine, será expulsada de forma natural por el recto. Su misión habrá terminado. Para entonces habrá permitido a los especialistas médicos el acceso visual a una parte del aparato digestivo a la que no pueden llegar las endoscopias convencionales.
«La cápsula, una vez activada, empieza a hacer fotografías. El paciente la deglute, alcanza el estómago, alcanza el duodeno y luego, con los movimientos intestinales, la cápsula va progresando a lo largo de todo el intestino delgado, que es el tramo que realmente queremos explorar, porque el estómago y el duodeno lo podemos explorar con gastroscopia convencional y el recto y el colon lo podemos explorar con colonoscopia, pero hay siete metros de intestino sobre los que no hay acceso con la endoscopia convencional y que con la cápsula endoscópica se pueden explorar», precisa el doctor Fernández Salazar.
El Clínico sirve esta cápsula de 'desayuno' a dos pacientes cada día de consulta. El especialista en digestivo destaca lo que han ganado en precisión las imágenes que envía el dispositivo. «Un buen TAC o una buena resonancia magnética también pueden darnos mucha información, pero para el grupo de pacientes para los que esta cápsula es útil no hay mucha alternativa. Se trata de ver principalmente la mucosa», apunta Fernández Salazar. Es algo clave para las personas que tienen diagnosticado la enfermedad de Crohn.
Alternativa al quirófano
¿Cuál era la alternativa a la píldora fotográfica? Pues en los casos más agudos en los que no se encontraba el origen de una hemorragia ni con gastroscopia ni con colonoscopia y el paciente empeoraba ostensiblemente, la opción era el quirófano y la exploración mediante laparoscopia que permitía abrir el intestino e introducir por tramos un endoscopio.
Las cápsulas logran el rastreo y la ubicación de lesiones, pero no tomar muestras para biopsias o las pequeñas intervenciones que los especialistas sí llevan a cabo durante una colonoscopia o una gastroscopia. «Con estas últimas podemos quitar un pólipo o hacer que deje de sangrar una úlcera. Con la cápsula solo vemos», remarca el especialista del Clínico.
Son dispositivos que requieren, además, un paciente activo. La cápsula es inoperativa en personas que problemas de movilidad o directamente encamadas, porque no va a avanzar y no habrá forma de explorar el intestino.
El tamaño de la 'píldora', no siendo excesivo, puede resultar difícil de tragar para algunos enfermos. En esos casos, los profesionales la introducen mediante un endoscopio. Y existen también cápsulas de pega, del mismo tamaño pero sin contenido y deformables, que se prueban en personas en las que se sabe o sospecha que tiene estrechamientos intestinales para comprobar que la real pueda tener paso franco por el intestino y no se quedará atascada.
La Consejería de Sanidad adquirió en septiembre cápsulas y material por valor de 800.000 euros para garantizar el desarrollo de estas exploraciones en el Hospital Clínico de Valladolid.
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