Valladolid
Investigan a tres trabajadores de La Fiestuki por «mentir» en un juicio por asesinatoLos tres sospechosos del negocio de La Cistérniga ofrecieron versiones «contradictorias» en la Audiencia por un crimen en el verano de 2022 y ahora, en un procedimiento por falso testimonio, se niegan a declarar
14 de mayo del año pasado en la Audiencia de Valladolid. Ese día, en el inicio del juicio por el asesinato de Brayan Lucas en ... el aparcamiento de La Fiestuki en agosto de 2022, el fiscal del caso ya advertía a tres empleados del establecimiento hostelero de las «contradicciones» que estaban manifestando ante el juez. Hasta el magistrado les recordaba que tenían la obligación de decir la verdad y lo que podría suponer un falso testimonio con penas de prisión.
Esa advertencia en la Sala en la primavera de 2024 se ha convertido un año después en un nuevo procedimiento judicial después de que se dedujera testimonio contra tres hombres, empleados de La Fiestuki el día del crimen, y que este lunes, ante la titular del Juzgado de Instrucción número 6, se han agarrado a su derecho a no declarar ante un posible delito de falso testimonio por sus afirmaciones del 14 de mayo de 2024.
Ese día estaban citados a testificar en calidad de testigos por los hechos del 1 de agosto de 2022, cuando Rubén Álvarez acabó con la vida de Brayan Lucas tras dispararle a la altura del pecho en plena madrugada. Los ahora tres investigados fueron esos días «testigos presenciales» de los hechos y en la Audiencia, ante el jurado popular, «cambiaron la declaración» para exculpar al que en ese momento estaba acusado de asesinato. O no sabían quién había sido el autor del disparo o directamente afirmaban con rotundidad que Rubén Álvarez no había sido el asesino.
Durante el juicio, el propio fiscal les recordaba lo que en un principio habían dicho en el lugar del crimen o lo que declararon en fase de instrucción. «Usted dijo que el autor amenazó a todos los que estaban por allí», espetaba en la Sala el acusador público a uno de los ahora investigados. «Sería por lo que contaron», respondía el testigo, que en descargo del acusado repetía que la víctima mortal estaba «drogada, borracha y muy nerviosa».
Uno de los ahora investigados afirmaba por aquel entonces que se encontraba a tres metros de los hechos y que el acusado de asesinato «no había sido». Incluso, otro de los ahora sospechosos, recalcaba en juicio que «no se acordaba» de cosas concretas, pero que el autor «llevaba una gorra».
Tres testimonios de descargo a favor del acusado de asesinato por los que el fiscal interesó en ese momento la deducción de testimonio. Así que los miembros del jurado popular llegaron al veredicto con dos versiones, por un lado la del acusado de asesinato (apoyado en las declaraciones de los empleados de La Fiestuki) y la de la Fiscalía. Y optaron, tras deliberar durante 24 horas, por la de la acusación pública porque declararon a Rubén Álvarez culpable de muerte violenta, sin posibilidad de defensa de la víctima, de amenazas graves y tenencia ilícita de armas. Fue condenado a 21 años de prisión en una sentencia ya ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
¿Qué sucedió esa noche en La Fiestuki?
Los hechos tuvieron lugar el 1 de agosto de 2022, cuando Rubén Álvarez, procedente de Salamanca, llegó a bordo de un vehículo acompañado por otras personas al recinto privado de La Fiestuki. En dicho escenario ya se encontraba la víctima, Brayan, quien en ese momento portaba documentación falsa de un ciudadano inexistente de Portugal.
Fue sobre las 01.30 horas cuando en el interior del recinto se inició una discusión, cuyo origen sigue sin desvelarse, entre el acusado y la víctima. En el transcurso esta última cogió una barra con la que intentó amedrentar al primero, que reaccionó dejando ver una pistola.
Los dos implicados en la discusión fueron sacados al exterior, intentando Rubén dar la pistola a un empleado de la discoteca. Este no la cogió. Una vez ya en el exterior, la víctima, desnuda de cintura para arriba ya que se había quitado la camiseta, siguió retando a su oponente en términos de «saca lo que tienes ahí» o «mátame, si tienes cojones, mátame», ante lo cual Rubén empuñó la pistola y a escasa distancia (más de un metro según los forenses), sin posibilidad de errar el tiro, efectuó un solo disparo que le impactó debajo del esternón.
Sucesos en Valladolid
El autor del disparo regresó al recinto y se dirigió a la que era su novia, que se había mantenido cerca y había escuchado la detonación, quienes se encaminaron hacia el vehículo en el que habían llegado con la intención de abandonar el lugar. Para entonces, varios trabajadores del establecimiento habían cerrado la puerta del acceso de vehículos del recinto y permanecían próximos a la misma para impedir de esa forma la huida del acusado y su acompañante.
Ante ello, Rubén se dirigió a uno de ellos y le conminó a que le franqueara la puerta con la frase «o te quitas o te pego un tiro a ti también», al tiempo que pedía a su acompañante que le diera el arma, ante lo cual consiguió finalmente su objetivo de huir del lugar.
Un mes después, tras la investigación de la Guardia Civil, Rubén fue detenido en una vivienda de Salamanca. En el mismo domicilio, sobre un mueble, los agentes hallaron el arma que posteriormente acreditaron que fue con la que se efectuó el disparo.
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