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«Olía muchísimo a gas y, de repente, escuchamos una explosión seca procedente del patio interior de los vecinos del primero y vimos caer trozos ... de la ventana y cristales al patio interior», relataban a media tarde de ayer los vecinos del bloque de viviendas del número 72 de la calle Embajadores, en Delicias, donde un escape de gas, al parecer, procedente de la conexión de una bombona de butano a un calentador originó una explosión en la galería de una vivienda del primer piso, que saltó literalmente por los aires. La suerte quiso que ninguno de los inquilinos de la casa, situada en un inmueble de cuatro alturas, se encontrara cerca del lugar de la deflagración.
Los propios residentes alertaron a los servicios de emergencia y ellos mismos aporrearon la puerta en la que se había producido la explosión para comprobar, como así fue, que «todos estaban bien». Otro susto, en definitiva, similar al registrado apenas siete horas antes en otra vivienda de Arturo Eyries. Allí la explosión, con un resultado similar, aunque con daños más cuantiosos, se debió a la explosión de una olla a presión en la cocina.
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Los hechos, en esta ocasión, ocurrieron al filo de las cinco de la tarde en una vivienda del primer piso del número 72 de la calle Embajadores, situado entre las calles Hornija y Aaiún, donde la acumulación de gas en la pequeña galería que da a un patio interior originó una fuerte explosión que arrancó de cuajo los marcos de las ventanas e hizo añicos los cristales, que cayeron al citado patio sin causar heridos.
Los daños se limitaron a la propia galería. La posterior inspección ocular del escenario del siniestro apunta a que el origen del escape se encontraba en la conexión del calentador a una bombona de butano instalada en la galería. Una fuente de ignición, presumiblemente al accionar un simple interruptor o poner en marcha el calentador, pudo provocar la deflagración.
La vivienda fue revisada no solo por los Bomberos sino también por técnicos de la compañía de gas para comprobar que la instalación de gas natural del inmueble no había resultado afectado. Los inquilinos acumulaban en la galería hasta tres bombonas de butano y carecían, al parecer, de conexión con la red de gas natural. «La casa está bien y los inquilinos –de alquiler– también», confirmó el propietario de la vivienda. Los propios bomberos aseguraron los bordes de la galería y retiraron los cristales y los restos de los marcos caídos al patio interior. Un susto, el segundo de la jornada, ocurrido en la ciudad.
«Ha sido una suerte que haya ocurrido por el día y que la acumulación de gas y los daños no hayan sido mayores», concluyeron los vecinos.
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