«Decidí irme de casa para retomar mi vida social sin poner en riesgo a mi madre»
Sara Briso-Montiano, auxiliar de veterinaria ·
El temor a contagiar a su progenitora tras retornar a su trabajo y volver a ver a sus amigos la llevaron a abandonar el hogar familiarBerta Pontes de los ríos
Valladolid
Domingo, 23 de mayo 2021, 13:11
La vuelta a casa tras una temporada trabajando en Santander coincidió, para Sara, con el final del primer verano de pandemia. En ese momento, regresaba ... a su domicilio familiar, donde habitaban su madre y su hermana, pero comenzó a plantearse otras opciones antes de vivir con la posibilidad de llevarlas el virus. «Yo volvía de trabajar fuera durante unos meses y había estado en contacto con mucha gente, pero eso en principio no me preocupaba porque siempre he respetado mucho las medidas. Lo que me hizo barajar otras opciones para vivir en Valladolid fue el hecho de poder poner en riesgo a mi madre con mis acciones», explica. Esta joven valisoletana asegura que su idea principal era poder quedar con sus amigos y encontrar trabajo aquí, pero su situación se complicó aún más cuando a su madre le diagnosticaron cáncer.
«Era horrible saber que con mis actos podría llevar el virus a casa y que a mi madre le ocurriese algo, por eso decidí aislarme y no tener contacto con nadie para poder cuidarla», recuerda. En ese momento, Sara ya había comenzado a vivir con su pareja por el miedo de contagiar a su madre, pero tuvo que volver con ella por la debilidad que presentaba. «Cada vez que salía a tomar algo volvía a casa con miedo de poder llevar el virus a mi madre, así que volví a un confinamiento personal y estuve sin ver a mis amigos casi dos meses», explica.
Cuando su madre fue avanzando en el tratamiento contra el cáncer y su salud comenzó a mejorar y a valerse por sí misma, Sara lo tuvo claro: se mudaría con su pareja. Y así lo hizo. «Era el mejor momento porque yo podría hacer viada normal, tomar algo, salir a cenar y, además, vovler a trabajar sin poner en riesgo a mi madre por volver a dormir bajo el mismo techo», confiesa. Dicho y hecho. Sara se mudó al piso que tiene su novio en Valladolid, a escasas manzanas de la vivienda de su madre, y retomó su vida social mientras continúa pendiente de ella y de la evolución de su enfermedad a medida que avanza el tratamiento médico al que continúa siendo sometida.
Ahora, Sara Briso-Montiano acompaña a su madre a las consultas médicas y salen de paseo juntas, pero sus encuentros se producen siempre al aire libre para evitar riesgos innecesarios. «He recuperado un poco mi vida de antes porque ya no tengo miedo de poder cogerme el virus y contagiarla a ella; es una sensación de libertad y seguridad al mismo tiempo; puedo hacer vida social y estar tranquila porque sé que es imposible que, en caso de que yo contraiga el virus, pueda contagiárselo a ella y llegue a pasarle algo por mi culpa. Sigo manteniendo las precauciones, utilizando la mascarilla y no juntándome con mucha gente en interiores, pero la tranquilidad que supone para mi esta situación es como una bocanada de aire fresco en medio de la complicada situación en la que estamos», asegura Sara.
Sus planes de futuro son continuar viviendo con su pareja y no volver al domicilio familiar, aunque «todo puede ser dependiendo de la evolución de cómo esté mi madre y de la pandemia».
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