Carlos Magdaleno, nuevo presidente de CEOE
«Valladolid es uno de los principales motores de Castilla y León, pero puede estar mejor»El líder de los empresarios de la provincia defiende el soterramiento, porque «una pared no se integra nunca», y pide a las instituciones menos normas y trámites más ágiles
Carlos Magdaleno (Mayorga, 1963) es ya el nuevo presidente de CEOE Valladolid en sustitución de Ángela de Miguel, que en mayo dejó la patronal local ... para hacerse cargo de Cepyme. Empresario desde su juventud, empezó con una ambulancia y hoy está al frente de HTG Group, la mayor compañía de transporte sanitario de España y la tercera del mundo, con una flota de casi 3.000 vehículos y 8.000 trabajadores. Nacido «el día que mataron a Kennedy», padre de dos hijos, abuelo de «cuatro nietas y un nieto» y «ruralista» convencido, promete continuidad para defender y facilitar el crecimiento de los que se animan a emprender «siguiendo una ilusión».
–La suya ha sido la única candidatura a presidir la patronal de la provincia. ¿A qué lo atribuye?
–En CEOE Valladolid hay un equipo de trabajo muy potente, que arrancó ya con la presidencia de Ángela, y que ha hecho que tanto la Junta Directiva como el Comité Ejecutivo sintonicen y trabajen muy bien juntos. Eso la gente lo ha valorado positivamente y ha querido una continuidad de ese equipo, si no total, sí mayoritaria.
–¿Se puede decir entonces que ha sido una decisión colegiada?
–Al final la decisión siempre acaba siendo personal, pero desde luego que no ha sido una decisión sin contar con el resto. Si a mí me dicen que todo lo que hay aquí se me va a lo mejor no me hubiera presentado, porque cuesta muchísimo trabajo que las cosas funcionen.
–¿Qué va a cambiar con usted al frente de CEOE Valladolid?
–Cada uno tenemos nuestra forma de trabajar y eso sin duda se notará en la casa, pero creo que CEOE iba por el buen camino y estoy convencido de que seguirá siendo así. Los grandes problemas que tiene la provincia de Valladolid, los grandes problemas que tenemos los empresarios, son comunes. El trabajo a medio y largo plazo va a ir en la misma dirección, pero van a cambiar cosas simplemente porque somos personas diferentes.
–¿Qué problemas tienen los empresarios?
–Los problemas de los empresarios son los problemas de la sociedad. En los últimos años se nos ha querido culpar de todo lo malo, de la gente que no llega a fin de mes, y no es verdad. Somos trabajadores como los demás, con una diferencia fundamental: que lo jugamos todo a una carta e invertimos todo nuestro patrimonio en nuestra ilusión. Queremos una ciudad y una provincia potentes económicamente, retener el talento, tener vivienda asequible y condiciones interesantes para las empresas que quieran venir. Otro tema sangrante es el absentismo. Hay que tomar decisiones muy urgentes para solucionarlo y ahí tenemos a las mutuas, que pueden vigilar las bajas. Pero lo más importante para los empresarios es que tengamos seguridad en las normas, que no vayan cambiando constantemente. Y no podemos ser tan lentos administrativamente. En los trámites del Gobierno, de la Junta y del Ayuntamiento tenemos que ser ágiles. Cuando hay sobrelegislación es malísimo, cuando además hay sobretrámite es muchísimo peor. Y luego tenemos un problema serio para que venga la inversión de fuera que es la corrupción. La corrupción nos está haciendo muchísimo daño porque España estaba entre los diez países más interesantes para invertir y se ha caído de esa lista.
«La corrupción nos está haciendo muchísimo daño porque España estaba entre los diez países más interesantes para invertir y se ha caído de esa lista»
Carlos Magdaleno
Presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales en Valladolid
–¿Cómo está la economía de Valladolid?
–Valladolid es uno de los principales motores de Castilla y León, no hay duda. Está globalmente bien, pero puede estar mejor. Tenemos cosas a las que hay que poner solución. Por ejemplo, desde CEOE pensamos que el tema del soterramiento tenemos que resolverlo ya. Tenemos una barrera que está separando Valladolid en dos zonas y eso no está bien. Una pared no se integra nunca. Una vía no se puede integrar porque tiene barreras para que no sea peligroso que pasen los trenes. Si es así, pongámoslo en el tiempo. Si la inversión es grande, ¿qué prisa tenemos? Ahora hay un montón de dinero para la estación de trenes. Fantástico, pero que se tenga en cuenta que la estación de trenes tiene que ser compatible con el soterramiento. Vamos a hacerla, pero que se contemple que un día las vías pueden estar soterradas.
–Los datos macro van bien, pero no termina de notarse en el bolsillo de los ciudadanos.
–Claro. Pongo un ejemplo, el centro de Valladolid está cerrando negocios. El problema de la vivienda no es solo que la gente no la tenga, es que como no puede vivir no frecuenta, no gasta, no produce. Es un problema gravísimo al que tenemos que poner solución entre todos. En la Zona de Bajas Emisiones, desde CEOE hemos trabajado y nos ha hecho caso el Ayuntamiento en acotarla para que sea más pequeña, y en hacer exenciones para que no sea tan dañina, porque está muy bien que no contaminemos, pero lo que no podemos es morir con los pulmones sanos. A la reducción de la jornada a 37,5 horas los empresarios decimos no en este momento, porque tiene que ir acompañada de otras cosas. En el Salario Mínimo Interprofesional, lo que no podemos es estar trabajando para que no haya economía sumergida en las contrataciones, y cuando está llegando la gente a la valla para saltarla se la subimos un metro y volvemos otra vez a la ilegalidad. Y por la parte del trabajador, hay gente que quiere trabajar sin darse de alta porque pierde ayudas. ¿En qué estamos fallando? ¿Estamos dando mal las ayudas? Seguro que sí.
–¿Se siente más a gusto con el PP de Carnero que con el del PSOE de Puente?
–Yo estoy recién aterrizado, aunque es cierto que antes era vicepresidente. He trabajado con gobiernos nacionales, regionales o locales de todo color político. Estábamos acostumbrados a trabajar con gobiernos de izquierda o de derecha hasta que han entrado los extremos, que han forzado que se tomen decisiones más radicales. Personalmente creo que el radicalismo es malo. Soy un convencido dialogante y cuando los extremos están más radicalizados es muchísimo más difícil llegar a acuerdos.
«Está muy bien que no contaminemos, pero lo que no podemos es morir con los pulmones sanos»
Carlos Magdaleno
Presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales en Valladolid
–Usted mismo ha sido alcalde de su pueblo. ¿Qué poso le ha dejado esa etapa?
–Fui ocho años alcalde de Mayorga y cuatro años diputado provincial y tengo que decir que ser alcalde de un pueblo no es política. Tomé la decisión de hacerlo para devolver a mi pueblo algo de lo que me había dado, porque tu pueblo impregna tu forma de ser. Trabajé muchísimo y creo que conseguí que en Mayorga se invirtiera muchísimo dinero y dinamizarla. Para mí fue un honor y una satisfacción tremenda.
–Eso fue después de iniciarse en el activismo defendiendo la escuela rural.
–(Sonríe). Yo soy un ruralista confeso. Creo que el mundo rural necesita una discriminación positiva intensa, porque si no nos lo vamos a cargar. Me eligieron presidente de la asociación de padres cuando con la entrada de la ESO se llevaban un autobús lleno de alumnos para llenar dos clases en otro pueblo que tenía instituto. No tenía sentido y empecé a trabajar en ello. Luego fui presidente provincial, regional y nacional y tuve unos años muy intensos. Fue una experiencia bonita y curiosamente, para satisfacción del mundo rural pero la mía personal también, oigo decir a los políticos que es un modelo de éxito.
Un «mapa de baches»
–Con 18 años le propuso a su padre comprar la primera ambulancia porque vio un nicho de negocio claro y acertó.
–Lo bonito que tiene el mundo empresarial es que trabajamos para una ilusión. Mi ilusión empezó haciendo la mili en la Cruz Roja. Yo era electricista del automóvil en el taller de mi familia y compramos una ambulancia porque veía que podía ser interesante. A partir de ahí trabajo, horas, trabajo y horas. Y la comprensión siempre de la familia, que sacrifica todo para que esto sea así. Aquello se convirtió en una gran empresa, pero no es ni peor ni mejor. El autónomo, la pyme y las grandes empresas son todas igual de importantes.
–No todo ha sido bueno. ¿Cómo se sobrellevan las críticas y el cuestionamiento a un sector como el suyo?
–En estos 40 años dirigiendo la empresa he hecho un mapa de baches que trato de tener actualizado, porque me sirve para seguir andando y no tropezar. Lo primero que es importante es eso, aprender de la experiencia para que las cosas no vuelvan a pasar, y luego aceptar las críticas como buenas. ¿Alguien piensa que se toman las decisiones porque molestan a alguien? No, probablemente en el caso de los empresarios se toman porque es bueno para las empresas y como consecuencia para los trabajadores. A los políticos les cuesta más tomar ese tipo de decisiones porque les restan votos y eso es un problema, porque si no tomas las decisiones malas estás haciendo mal tu trabajo.
–¿Qué le diría a un joven que esté pensando en montar un negocio?
–Al que quiera trabajar para su ilusión le diría que se meta a empresario. Muchas veces dudas si estás trabajando, porque se mezcla el tiempo del trabajo, que es mucho, con tu hobby. Y te lo pasas tan bien que es mucho más fácil de llevar, si no sería imposible. Los empresarios tenemos una suerte adicional, que puede trabajar con nosotros gente que sabe mucho y seguimos aprendiendo de ellos.
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