Valladolid
Azdin y los niños saharauis que pasan este verano en Valladolid lejos de los campamentos del desiertoAlejandro Calvo y su familia se convierten en hogar de acogida para uno de los menores que participan en el programa Vacaciones en Paz
Alejandro Calvo, quien ahora es padre junto a Celeste Martín, su mujer, de Pablo y Claudia (sus hijos, de 13 y 11 años, respectivamente), ya ... vivió cuando tenía 20 años una situación así. «Mis padres trajeron durante varios veranos a un niño saharaui a casa y fue una experiencia inolvidable. Siempre tuve claro que cuando fuese padre les regalaría a mis hijos la misma experiencia que ellos me regalaron a mí», confiesa Alejandro, vecino de Renedo de Esgueva. «El verano pasado la familia creció y acogimos a Azdin. Este año repetimos con él también porque se ha convertido en uno más de nosotros», añade Celeste Martín.
Azdin forma parte de los 29 niños saharauis que este año repiten la experiencia de vivir el verano lejos de los campamentos de refugiados del desierto gracias al programa Vacaciones en Paz, que promueve la Asociación Cultural Amigos del Pueblo Saharaui en Castilla y León en colaboración con la Diputación de Valladolid. Durante diez meses al año, Azdin vive en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia). «Estábamos contando los días para que volviese a estar con nosotros. Durante estos diez meses separados hemos estado en contacto a través de videollamadas y nos encanta compartir tiempo con él», explican Pablo y Claudia, sus hermanos de acogida.
Que la familia crezca durante el periodo estival es motivo de alegría para los Calvo Martín, quienes confiesan: «Hemos dejado de ir a alguna excursión o a algún plan chulo para esperar a que venga Azdin en verano y poder disfrutarlo todos con él». De hecho, ya lo tienen todo preparado para la próxima aventura: «Tenemos una caravana y nos vamos a la playa», indica Alejandro Calvo.
Automáticamente y al escuchar la palabra «playa», Azdin esboza una sonrisa de oreja a oreja. «Me gusta», «muy bien» son las palabras que el pequeño saharaui pronuncia como muestra de que está encantado de disfrutar del mar junto a su familia de acogida. Su español no es muy fluido, pero «ha mejorado mucho respecto al año pasado». «Recibe clases de español en los campamentos y nos entendemos mucho por gestos», afirma Claudia Calvo.
«El año pasado, cuando vino Azdin por primera vez, ya sabíamos que vendría durante otros tres años más. El programa contempla que la acogida sea por hasta cuatro años», explica Celeste Martín, quien añade: «Los trámites fueron muy sencillos, la asociación se encarga de prácticamente todo. Nosotros rellenamos un formulario y tuvimos una entrevista personal. Valoran todo, desde que estés limpio de antecedentes penales y sexuales hasta las edades de tus hijos». Lo cierto es que «faltan familias de acogida para la cantidad de niños que quieren venir», añade.
Entre la lista de planes con la que Azdin disfrutará se encuentran los 15 días de playa que la familia tiene programados, una excursión a un parque de atracciones o la visita a Cabárceno, entre otros. «Somos muy de ir planeando sobre la marcha y en función de lo que nuestro trabajo nos permita. Lo que no les faltará es su jornada de piscina todos los días», confiesa Alejandro Calvo.
La familia, que ya cuenta las horas para subirse a la caravana en dirección a la costa, indica que «a Azdin lo que más le gusta es disfrutar de la playa, jugar con sus hermanos de acogida con la arena, al fútbol y compartir tiempo con ellos. Es un gusto que se lleven tan bien y para nuestros hijos supone una experiencia única al compartir la cultura y las vivencias de la vida de Azdin», concluyen.
Dentro del programa Vacaciones en Paz, Valladolid recibe cada año a un grupo de niños saharauis para disfrutar de la época estival en hogares de la provincia. Están repartidos entre Aldeamayor de San Martín, Arroyo de la Encomienda, Cabrejas del Pinar, Castronuevo de Esgueva, Fresno el Viejo, Fuensaldaña, La Cistérniga, Laguna de Duero, Mayorga de Campos, Medina del Campo, Renedo de Esgueva, Rueda, Santibáñez de Valcorba, Tordesillas, Tudela de Duero, Viana de Cega, Villanueva de Duero y Villaverde de Medina. Y a estos 29 niños saharauis que repiten la experiencia de años anteriores se suman otros siete menores que participan por primera vez y son acogidos por otras tantas nuevas familias.
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Eso sí, el verano se les va a hacer este año más corto de lo habitual porque problemas burocráticos con la tramitación de los visados ha provocado que los aviones que traían a los niños desde África volaran con casi dos semanas de retraso. No solo en Castilla y León, sino en el conjunto del país. Esto le ha robado a los pequeños tiempo de disfrutar el verano en España, ya que su estancia no se puede prorrogar y deberán volver a sus casas del desierto a partir del próximo 1 de septiembre.
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