Artesanía, gastronomía y tradición llenan de ambiente navideño el corazón de Valladolid
Carteras de piel única, cerámica hecha a fuego lento y un aroma dulce dibujan el ambiente del mercado de la Plaza Mayor
Celia Martínez
Lunes, 8 de diciembre 2025, 19:49
La Plaza Mayor vuelve a transformarse en el corazón de la Navidad con la celebración del IX Mercado Artesanal Navideño, que permanecerá abierto hasta el ... 5 de enero. Bajo las luces festivas, un imponente árbol de Navidad y el ir y venir de visitantes, las setenta cabañas de madera se disponen en torno al espacio central como un pequeño pueblo invernal donde conviven artesanía, tradición y sabor. Pasear entre los puestos es sumergirse en un universo de oficios artísticos que mantienen vivo el trabajo hecho a mano. Cerámica esmaltada, piezas de madera talladas, textiles, marroquinería, figuras tradicionales y decoración navideña comparten espacio con repostería y productos que perfuman el aire con aromas dulces y especiados.
En el puesto de Hieros, Artesanos de la piel, Myriam Martínez despliega sobre el mostrador una amplia colección de piezas que combinan tradición y diseño. Cinturones, carteras de distintos tamaños, monederos y fundas con dibujos de árboles, animales o símbolos llenan el espacio con olor a cuero trabajado a mano. Este año, además, han incorporado una nueva pieza denominada vacía-bolsillos, «para dejarlo todo a al llegar a casa», afirma la dependienta, además de nuevos estuches en varios colores, junto a su línea habitual de bolsos bandoleras y riñoneras.
El mercado acabará el 5 de enero, cerrará en Navidad y Año Nuevo y abrirá solo por la mañana en Nochevieja y Nochebuena
Desde el inicio del mercado hasta este puente de diciembre, explica, «las ventas han sido un poco inestables», ya que asegura que ha habido «horas muy buenas y otras más flojas por la lluvia y el famoso tiempo cambiante de Valladolid». Aun así, destaca que la afluencia ha sido interesante, aunque el público está «más indeciso» que en otras ediciones.
A pocos metros, la ceramista Victoria París recibe a los visitantes rodeada de piezas que parecen pequeñas esculturas. Trabaja el barro blanco cocido a 1050 grados, una técnica que domina tras más de tres décadas como ceramista artística. «Aquí nada es al azar. Todo lleva estudio, técnica y años de oficio». Sus piezas, todas únicas, pueden ir desde un pin de cinco euros hasta obras que superan los mil euros.
La campaña, asegura, arranca siempre «despacio» por las fechas, aunque el puente de diciembre atrae siempre a turistas y compradores «de detallitos». Entre sus creaciones están sus amapolas «vibrantes, rojas y reconocibles», las que vuelan antes de que acabe la feria. «Al principio ves mucho rojo y al final, ya casi no queda nada».
Comprar y participar
El olor dulce de azúcar recién fundido guía al visitante hasta Caramelizarte, donde Marcial Castro González mantiene viva una tradición familiar que supera los ochenta años. Su puesto ofrece frutos secos garrapiñados, crepes, algodón de azúcar y los icónicos bastones de caramelo que atrapan a los más pequeños. Su familia, explica, fue «una de las primeras en instalarse en Plaza Mayor cuando este mercado aún no existía como tal». «Cada edición es más conocida y los cambios que ha habido a lo largo de los años suelen ser a mejor, tanto para los vendedores como para el público», asevera Castro. La campaña de este año ha comenzado «animada» afirma, con visitantes no solo de Valladolid, sino prácticamente de toda España, entre los que ha destacado salmantinos, madrileños, gallegos e incluso sevillanos. Entre su amplia oferta, marcial no duda en señalar su clásico absoluto. «Las almendras garrapiñadas son sabor y tradición y sin duda este es nuestro producto estrella», sentencia.
El mercado invita a comprar y también a participar. Los talleres de oficios artísticos, especialmente pensados para el público infantil, convierten a los más pequeños de la casa en auténticos artesanos por un día. Allí podrán crear adornos navideños con distintos materiales, pequeños trenes de madera, postales o figuras decorativas mientras aprenden técnicas tradicionales de la mano de profesionales. La programación mantiene su horario habitual –de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00– con excepciones marcadas por los días festivos. El 24 y 31 de diciembre solo abrirá por la mañana, y el 25 de diciembre y 1 de enero el mercado estará cerrado. A pocos pasos, el inconfundible tío vivo del año 1900 añade un toque nostálgico con música y caballitos girando al ritmo pausado de otras épocas.
En conjunto, el mercado artesanal navideño convierte la Plaza Mayor en un escenario vivo que mezcla tradición, creatividad y ambiente festivo, reafirmándose como uno de los enclaves más vibrantes de la Navidad vallisoletana.
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