Arrancan los interrogatorios por los robos en la factoría de Renault en Valladolid

Parte de estos elementos fueron vendidos como simple chatarra, como ocurrió con las anillas (7.200 unidades, con un coste total de 32.400 euros), los contenedores vacíos (240, valorados en 59.736 euros) y los palets de madera (800, por 11.280 euros). A día de hoy, la investigación no ha permitido determinar el destino ni la identidad de los compradores de los componentes robados, aunque fuentes de la factoría apuntan a Marruecos como uno de los posibles destinos. En el cómputo de los perjuicios ocasionados por el goteo de hurtos de los últimos dos años, la multinacional incluye también la parada de la línea de producción durante una hora en uno de los turnos del 13 de diciembre de 2022 por falta de suministro de 'pots', lo que le costó, según sus cálculos, 9.600 euros.

Ante la magistrada titular del Juzgado de Instrucción 6 de Valladolid van a declarar en la primera ronda de interrogatorios Pedro H. C., Luis María C. P., Alejandro H. H., Ramiro G. P., Herminio I. P. M. y Luis Miguel D. A. A.; en la segunda jornada de comparecencias programada para el viernes 17 de noviembre declararán como presuntos implicados Manuel D. L. F. F., Jesús Fernando G. D. y Álvaro N. S. Compareceran ante la magistrada instructora, María Teresa Javato Martín, como presuntos autores de los delitos de hurto grave continuado o apropiación indebida y pertenencia a grupo criminal. A fecha de hoy, todos ellos están en libertad.

El primero en declarar ante la jueza será Pedro H. C., de 55 años, el conductor de camión que trabajaba para una de las empresas de logística en la factoría. Según el atestado policial, ofreció un pago a una persona de Arcese para sustraer cajas de piezas y camuflarlas entre contenedores vacíos y cargarlas al camión con una carretilla. Luis María C. P., de 48 años, trabajaba en el momento de los hechos para Arcese, la empresa que gestiona los almacenes para Renault. Según la investigación, fue quien cambió manualmente en el sistema informático el movimiento de los tres contenedores investigados en el hurto del 7 de diciembre de 2022.

El tercero en ser citado por el Juzgado de Instrucción 6 de Valladolid es Alejandro H. H., de 39 años, supuesto intermediario entre compradores, encargado de fijar los precios y de repartir el botín según la Policía. Trabajaba para Arcese y cuenta en su haber con antecedentes por daños y malos tratos. Le seguirá Ramiro G. P., de 45 años, un camionero que era el encargado de realizar portes dentro de la factoría de Renault. Se le atribuye actuar en connivencia con Jesús P. A. y Luis Miguel A. A. para trasladar el material desde la fábrica a una nave de la calle Esmeralda, en el Polígono de San Cristóbal. Otro de los investigados es Herminio I. P. M., de 50 años, un carretillero que trabajaba para Renault y, según el atestado, se ocupaba de cargar la mercancía en el robo del 1 de marzo de 2023. El último citado a declarar para el próximo viernes 10 de noviembre es Luis Miguel D. A. A., de 49 años, supuesto intermediario, quien habría proporcionado la nave de la calle Esmeralda para 'enfriar' la mercancía antes de ser distribuida.

La segunda jornada de comparecencias de los supuestos implicados en los robos en Renault, el viernes 17 de noviembre, se iniciará con el interrogatorio de Manuel D. L. F. F., de 45 años, que era el inventarista de la empresa Arcese y tenía acceso, por tanto, a todos los movimientos de piezas. Le seguirá Jesús Fernando G. D., de 46 años, responsable de la nave de la calle Esmeralda. Fue en ese recinto donde fue descargada la mercancía sustraida el 1 de marzo de 2023. Este investigado tiene antecedentes por robo con violencia.

Cerrará la sesión Álvaro N. S., de 35 años, que era el encargado de las salidas de urgencia con furgoneta. Estaba contratado desde mayo de 2017 y era un jefe de equipo de Arcese. Manifestó que el día 7 de diciembre de 2022 hubo una salida con tres contenedores para explicar el motivo por el que éstos no se encontraban en la nave B. En las grabaciones de seguridad en dicha nave del almacén no aparece dicha salida de la furgoneta.

Las investigaciones de la Policía Nacional se iniciaron a raíz de las denuncias presentadas tanto por el director de Logística de Arcese España, sociedad que recepciona componentes para la factoría vallisoletana, como por el responsable de Seguridad de Renault. La empresa suministradora de componentes para Motores presentó en Madrid el 17 de enero pasado la primera denuncia, el asunto se derivó a Valladolid y los especialistas en robos de la Brigada Provincial de la Policía Nacional empezaron a investigar sobre la falta de tres contenedores con catalizadores, por valor de 69.174 euros, que habían sido recibidos con destino a la cadena de montaje en Renault Valladolid pero que habían desaparecido. Las grabaciones de seguridad de las cámaras de las naves donde se recibieron los tres contenedores revelaron que un jefe de equipo de Arcese, Jesús P. A., en supuesta connivencia con el conductor de un camión de reparto interno, Alejandro Ignacio J. M., cargó en dicho vehículo el material sustraído, con destino desconocido. Junto a ambos, se detuvo a un tercer empleado, un carretillero de Renault, José Ignacio S. G.

El responsable de seguridad de Renault amplió la denuncia inicial de Arcese al constatar el mismo 'modus operandi' en un goteo de sustracciones registradas desde hacía, al menos, dos años atrás. Además de los detenidos en la primera fase de la operación, se investigó por su supuesta implicación a Álvaro N. S. y Luis María C. P., así como a otro camionero de traslados internos, Pedro H. C., que ya no trabaja para el grupo. Estos habrían cooperado con los anteriores para «camuflar o despistar» la falta de los contenedores sustraídos. Según refiere el atestado de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valladolid, este grupo de empleados, en la misma zona de los almacenes (Nave B), «de forma organizada y con un reparto de tareas y funciones sincronizadas que permiten el éxito de la operación, se apodera del material sustraído, seguramente una vez al mes o mes y medio, dándole en unos casos la apariencia de haber sido extraviado y en otros la de haber sido ya utilizado, para seguidamente y aprovechándose de los camiones de transporte, sacarlo fuera del recinto de la propia fábrica».