Aparecen palomas muertas en Valladolid: «No tenemos ningún aviso de gripe aviar»
La Concejalía de Salud Pública y Seguridad Ciudadana asegura que no le consta un incremento llamativo en la mortalidad de estas aves
¿Se ha amplificado en exceso a través de las redes sociales, se trata de una situación dentro de los índices normales o hay algún ... problema? Las fotos de palomas muertas en diferentes barrios de la ciudad que se han difundido en las últimas semanas a través de varias cuentas de X (antes Twitter) no han generado, de momento, ninguna alarma en los servicios municipales.
El concejal de Salud Pública y Seguridad Ciudadana, Alberto Cuadrado, afirma que a su área no llegado ninguna incidencia sobre este particular. «En todo caso, si hubiera un tema de gripe aviar, que es el problema que genera dudas entre la gente, la competencia no es de esta concejalía, sino que depende de la Junta de Castilla y León, que es la que tiene que detectarlo y comunicárnoslo», explica el edil.
Cuadrado se ha puesto en contacto con los veterinarios municipales y asegura que no le han trasladado ningún problema o queja sobre esta materia. «Este jueves hablaré con el jefe del servicio y se hubiera algo se comunicaría», señala. Desde el Servicio Municipal de Limpieza, los operarios tampoco han alertado de que hayan detectado una mayor presencia de aves muertas dentro de sus rutas habituales por los diferentes barrios de Valladolid, según aclara Cuadrado.
Desde algunas cuentas de X se han ido colgando fotos con palomas que han pasado a mejor vida. Sus restos han aparecido en aceras, parques y calzadas. Desde Parquesol a Vadillos pasando por Villa de Prado o Huerta del Rey. Los usuarios de esa red social se preguntan si puede tener algo que ver con la aplicación de raticidas en algunas zonas o si está relacionado con la enfermedad que afecta a las aves.
El último brote, en 2022
El último brote de gripe aviar en Valladolid capital se detectó en 2022. Se declaró el 7 de abril y provocó la muerte de 93 ejemplares, la mayor parte ocas (74), aunque también afectó a patos, palomas, gallinetas y a un verderón. Un mes después, los servicios municipales comprobaron que la situación de las especies que frecuentaban las riberas de los ríos y el Campo Grande se había normalizado. Entonces, fue la Junta de Castilla y León la que dio el aviso y de inmediato se adoptaron las medidas de protección de la fauna silvestre de la ciudad, como el seguimiento y la recogida de cadáveres.
Asimismo, de manera preventiva, se valló el estanque del Campo Grande para evitar que las personas alimentasen a los animales, una acción que incrementa el riesgo de contagio por la acumulación de ejemplares. La recogida de cadáveres se llevó a cabo de manera coordinada entre los Servicios de Bomberos, Policía y Salud Pública. Se efectuaron batidas periódicas por las márgenes del río y se recuperaron los restos, que fueron trasladados al Centro Municipal de Protección de Animales para su incineración.
Cabe destacar que las palomas están consideradas como una plaga urbana en Valladolid. Dentro de la gestión municipal, existe un programa para controlar su población con la retirada de nidos y la captura a través de jaulas con cebo. Y es que la presencia de la torcaz se ha extendido exponencialmente en los últimos años. Sus excrementos generan mucha suciedad en aceras y mobiliario urbano.
En este 2025, concretamente el pasado 19 de septiembre, la Junta declaró un foco de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP), subtipo H5N1, en una granja de gallinas ponedoras en la localidad vallisoletana de Olmedo. Se trata del sexto foco en aves domésticas que se detecta en España en el presente año y el primero en Castilla y León.
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural activó el protocolo tras comunicar la propia explotación un incremento leve de mortalidad en la granja, con un censo aproximado de 760.000 aves. Ese mismo día, se procedió a la inmovilización de la explotación con el objetivo de minimizar el riesgo de propagación, proteger la sanidad animal y la seguridad del resto de granjas de la zona.
Aunque esta situación no supone un riesgo de salud pública para la población general, desde que se tuvo la sospecha las consejerías de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y Sanidad trabajaron coordinadamente en el caso. El riesgo para los trabajadores con exposición en la explotación se considera bajo y no existe riesgo asociado a consumo de carne de ave o huevos cocinados. En cualquier caso, se recomienda minimizar el contacto innecesario con las aves que muestren síntomas clínicos o estén muertas.
Igualmente, es necesario reforzar las adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas para evitar el contacto directo o indirecto con aves silvestres, así como redoblar la vigilancia tanto en aves silvestres como en explotaciones notificando a los Servicios Veterinarios Oficiales cualquier sospecha de enfermedad, según informaba la Junta.
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