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:: JESÚS FERRERO
ARTÍCULOS

Kafka y el turismo rural

Una política errática, desorientada, admite en cada pueblo una casa, aunque no vaya nadie, sin estudio de rentabilidad. Proliferan por todas España, incluidas las tierras yermas, alojamientos de 'Turismo Rural', al albur de las ayudas europeas, pésimamente gestionadas

FIDEL GONZÁLEZ

Miércoles, 16 de marzo 2011, 01:26

Quien sabe si la reiterativa idea de F. Kafka sobre la soledad del hombre (humus=tierra) como un Ser desorientado que busca continuamente su identidad, su espacio en el mundo por que se siente perdido, no haya sido la verdadera causa del crecimiento del turismo rural en los últimos 11 años, y nadie nos dice que de la misma forma que vino no se pueda ir. ¿Cómo sabemos que sobreexplotado el campo de lo rural, lo auténtico, el tan manido sabor tradicional ha pasado o pasará como una moda más?

Oleadas de jóvenes salían los viernes de las ciudades en busca de un campo rutilante, una diversión-escape ruidosa y consumista de las ciudades, búsqueda de la identidad, alternativa de ocio, autenticidad, barato, barato? ¿La crisis merma la búsqueda de la identidad? Porque de ser lo barato del alojamiento lo que buscan, estaríamos creciendo y no es así. Caemos en picado por primera vez en 15 años. Las casas rurales hemos sufrido estos años la trágica pérdida de la personalidad individual, quedando absorbidas por el mecanismo social de búsqueda de novedades, convertidos en una pieza más de su complicado engranaje. Igualito que en 'El Proceso' de Kafka.

También hay otras causas que no las soluciona la nueva Ley de Turismo. Días atrás se clausuró una jornada sobre la Ley de Turismo, aprobada recientemente por la Junta de Castilla y León, organizada por la Universidad Miguel de Cervantes de Valladolid, donde se abordó la promoción del turismo en la comunidad, además de novedades reglamentarias de gran calado para esta industria. Las 3.631 casas rurales que existen en la comunidad van a tener el tratamiento poco más o menos que de hotel, (tiempo al tiempo). De momento, las que ahora alquilan solo habitaciones y los centros de turismo rural pasan a denominarse hoteles rurales. No sé que economía puede sostener la existencia de más de 3.500 hoteles minúsculos, cuyos ingresos no van a llegar a 5.000 euros limpios al año. La política en este campo, errática y desorientada, admite en cada pueblo una casa, aunque no vaya nadie, sin estudio de rentabilidad, ni de amortización. Hay proliferación por todas partes de España, incluidas las tierras yermas, de alojamientos de 'Turismo Rural' al albur de las ayudas europeas, pésimamente gestionadas. Al menos por la Montaña Palentina dejaron de subvencionar las casas rurales hace 10 años -en mi caso hace 15, cuatro veces pedí, ninguna me dieron nada-. La moda de recuperar la casa de tus antepasados con jugosas subvenciones, con la idea de pescar viajeros donde antes nunca los había habido, no ha hecho más que sangrar mediante competencia desleal el nimio margen que te deja este negocio a 18 euros por persona y noche. Las comarcas que sí generamos visitas, Montaña Palentina, Bierzo, Picos de Europa, Las Merindades etcétera, por tener recursos turísticos -montaña, bosques, románico, patrimonio- seguiremos estando con la nueva ley, maltratadas a favor de zonas donde el turismo nunca va a ser rentable, gastando los dineros públicos inútilmente. Mi padre, que fue ganadero, daba pienso a la vaca que más leche le daba, a las demás solo hierba. Este sencillo ejemplo de principio básico en economía tira por tierra millones de euros que la Junta, Europa, y los programas Leader han dilapidado inútilmente, en pro de un -como se dice- «floreciente yacimiento de empleo». Sería más razonable buscar otros modelos de negocio para las comarcas que no pueden vivir del turismo rural, ¿no creen? Es como echar la caña de pescar en un río por el que alguna vez puede que baje un torrente. El exceso regulatorio, solo 10 plazas por alojamiento, solo dos casas por inmueble, si estás empadronado en un sitio no puedes abrir en otro, va contra las leyes de la libertad de mercado.

Un beneficio estancado, raído, y atomizado hasta el infinito, es incapaz de generar pingües beneficios que generen nuevas inversiones y con ellas algún que otro empleo. Hay zonas que tiran los precios por los suelos con tal de que vaya alguien lo que crea más competencia aún. Encorsetando el negocio, incentivando la mala competencia con dinero público hace que nos asista una desilusión creciente. La desilusión, no la fe que tenemos en recursos tan bonitos: Curavacas, Mazobres, La Pedrosa, Rojadillo, bosques milenarios con roblones espectaculares, pueblos como Ligüerzana, Canduela, Villanueva de Henares , iglesias como las de Revilla, Valberzoso, Pisón , San Cebrián de Mudá, como Brañosera, como Tosande, como la senda de URSI y cien más que pueden ver en la web www.montaña-palentina.com

Queda promocionarlos clara y diferenciadamente, según indiquen las reglas del 'marketing' y la economía, y no las soflamas mediáticas de turno por que lo que no deseamos es que estos cien recursos turísticos sean como en 'El proceso' de Kafka: un diente más del tedioso engranaje de sitios que tal vez alguna vez ¡nos enteremos que existen!

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