Los expertos proponen una inversión de 10.000 millones para rescatar la educación

Un grupo compuesto por algunos de los mayores expertos educativos del país ha propuesto al Gobierno y a las autonomías que utilicen 10.000 de los millones que España va recibir del fondo de reconstrucción europeo para rescatar el sistema educativo. El objetivo es doble: paliar los daños que la pandemia ha provocado en la formación del alumnado y mejorar la eficacia presente y futura del sistema, con una modernización de sus infraestructuras, gestión y metodología.

La propuesta, diseñada por el investigador de Esade Lucas Gortázar y apoyada por expertos de las principales universidades y de entidades como COTEC o Save the Children, tiene cuatro ejes, pero el más urgente es la ejecución de un plan de apoyo y rescate al alumnado más afectado por el cierre de centros y la educación semipresencial provocadas por la covid. Calculan que estas limitaciones han causado ya una pérdida de aprendizaje general equivalente a 3 o 4 meses de un curso escolar y el aumento de las brechas educativas en los más desfavorecidos, lo que equivaldrá en el futuro a una caída de salarios y a la pérdida de un 1,5% del PIB.

Con la idea de evitar que el fracaso escolar y el abandono temprano se disparen, piden un plan de choque, a ejecutar entre este año y el próximo, dotado con 800 millones por curso, con el que llegar con clases de refuerzo, tutorías, becas-salario y otros medidas al menos al 20% de los estudiantes de 3 a 16 años, los alumnos más vulnerables. Para ser más eficaces proponen hacer evaluaciones de diagnóstico en Primaria y ESO antes de final de curso, para saber qué medidas tomar, en qué alumnos concentrase, y qué actuaciones son más necesarias.

En paralelo, creen preciso gastar 400 millones para un plan de refuerzo tecnológico que permita disponer a todos los centros de los programas y medios precisos para asegurar una docencia no presencial eficaz y que asegure que dispone de un dispositivo adecuado para seguir las clases hasta el último alumno que carece de medios.

El segundo gran eje de la propuesta es un ambicioso plan de mejora de la infraestructura educativa pública, tanto física como digital. Por un lado, propone gastar 6.000 millones en la creación de «decenas de miles» de plazas de 0 a 3 años y de Formación Profesional. Por otro, aconseja invertir 1.800 millones en configurar los espacios de los centros de Primaria y ESO para implantar modelos pedagógicos más modernos y en dotar a las instalaciones de paneles solares y sistemas de frío-calor que los haga autosuficientes y permita mayores posibilidades de uso.

La tercera propuesta es invertir 100 millones en digitalizar la gestión del sistema educativo para lograr que desde los centros al ministerio, los ayuntamientos o las autonomías dispongan siempre de los datos necesarios para tomar decisiones informadas y lograr una gestión y una planificación más eficiente.

La cuarta pata es justo dar formación y capacitación a los actores claves del sistema educativo, principalmente a los profesores, para que sean capaces de aplicar y hacer posibles todos estos cambios y transformaciones, tanto pedagógicos como de gestión.

«En el caso de España, lograr el mayor impacto posible sobre el sistema educativo -lo que pretende esta propuesta- significa aumentar y ampliar las oportunidades de aprender de las siguientes generaciones, reducir el abandono temprano y, sobre todo, mejorar los resultados de aprendizaje», asegura Gortázar.

«Las consecuencias económicas, sociales y políticas de no actuar y rescatar a toda esa generación de alumnos invirtiendo en el sistema educativo y reforzando la equidad pueden ser enormes en el corto, medio y largo plazo. No solo están en juego las oportunidades de los más afectados por la pandemia y la crisis económica. Está en juego la recuperación económica, la inserción laboral de cientos de miles de jóvene,s y la cohesión social y política de los próximos años», defiende el experto de Esade.