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Prácticamente todas las especialidades hospitalarias pasaron la página del primer trimestre del año con un incremento en las cifras de pacientes a la espera de ... una intervención quirúrgica en el complejo asistencial de referencia en la provincia de Segovia. Es lo que ocurre en Cirugía General y del Aparato Digestivo, en Ginecología, también en Oftalmología, en Urología y en menor medida en Otorrinolaringología, como se extrae del informe que periódicamente saca a la luz la Consejería de Sanidad de la Junta a través de su portal en Internet, Salud Castilla y León. La 'norma' de los repuntes experimentados tiene sus excepciones. Dos para ser más concretos: Dermatología y sobre todo Traumatología, que habitualmente arrastra resultados negativos pero que ha conseguido revertir la tendencia, al menos entre enero y marzo.
De hecho, esta especialidad le pega un buen bocado y adelgaza la cartera de operaciones pendientes, la alivia de manera considerable y baja con cierta holgura de la barrera del medio millar de enfermos en espera de entrar en quirófano, quedándose en 470, gracias en buena parte a la inversión en conciertos con la sanidad privada. Hacía cinco años que este área del Hospital General no registraba estas esperas reducidas después de haberse disparado por encima de los 700 procesos demorados a mediados de 2022. Aun así, uno de cada tres pacientes en lista quirúrgica corresponde a Traumatología y a la amplia actividad asistencial que abarca. Además, a su favor puede presumir de que la tardanza media se ha visto recortada en algo más de una semana, pasando de 68 a 60 días.
En el cómputo global, el trimestre inaugural del año representa un pequeño pinchazo, si bien es cierto que la curva que traza la evolución de la lista de espera quirúrgica en la provincia de Segovia está salpicada por retrocesos relacionados con periodos en los que, por ejemplo, el déficit de especialistas en algunas unidades por las dificultades de cobertura que padecen ciertas áreas sanitarias, como pueden ser Anestesiología, Oftalmología, Geriatría, Urología o la propia Traumatología, ha propiciado que se alarguen los tiempos entre el diagnóstico y la entrada en quirófano o que se retarden las consultas o los resultados de las pruebas radiológicas previas. Por cierto, las dos últimas sumaron refuerzos para cubrir algunas vacantes en la recta final del pasado año.
Los números de Sacyl son los que dan fe de ese pinchazo en lo que atañe a la cantidad de procesos quirúrgicos pendientes. Según la Junta, al finalizar el primer trimestre de este 2025, el complejo asistencial público acumulaba 1.411 pacientes en lista de espera para someterse a una intervención. Significa un incremento del 13,7% si se compara con el panorama que había tres meses atrás, al inicio del presente ejercicio; y un 1,6% más que un año antes.
Esas más de 1.400 cirugías pendientes retrotraen el plan de choque contra las demoras a un escenario similar al de la prepandemia, en 2019. Durante el azote del coronavirus, la actividad sanitaria en general, y la quirúrgica en particular, se vio afectada y condicionada por la lucha contra la expansión de la covid. Los retrasos en consultas, pruebas diagnósticas y, por ende, en los tratamientos, se reflejaron en los quirófanos. Los tiempos para ser intervenidos se estiraron y la lista de ciudadanos que aguardaban para ser operados sumó y sumó pacientes hasta superar los 2.300 en cartera.
El saldo entre los recortes a sus respectivas listas de espera quirúrgicas cristalizados en Dermatología y Traumatología y los aumentos de las operaciones en cartera experimentados durante el transcurso del primer cuarto del curso actual por los servicios de Cirugía General y del Aparato Digestivo, Geriatría, Oftalmología, Otorrinolaringología y Urología es que entran más pacientes en espera que los que salen.
Hay áreas del Hospital General que acusan más que otras la acumulación de procedimientos retardados que aguardan el paso por alguno de los diez quirófanos con los que cuenta en el centro sanitario. Al menos, así lo ponen de manifiesto las cifras publicadas por el portal Salud Castilla y León. Después de un periodo reciente en la que la gestión y los conciertos externos suscritos con la sanidad privada habían aliviado los atascos en el servicio de Oftalmología, la unidad vuelve a engordar la cartera de intervenciones demoradas. Una vez finalizado el trimestre inaugural de este año, los pacientes que aguardaban una cirugía eran 278, un 72,6% más que en al término de 2024.
Hay que remontarse hasta mediados de 2023 para encontrar tantas operaciones en la cartera de esta especialidad. Además, la tardanza media tampoco baja con respecto al anterior trimestre y se mantiene en 24 días. Si la comparación se hace con los datos de hace un año, entonces sí se nota una mayor celeridad a la hora de acceder al quirófano, con 18 jornadas menos que las que aguardaban los pacientes oftalmológicos en la primavera del curso pasado.
Por su parte, tampoco le ha ido bien el inicio del ejercicio al servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo. En tres meses ha visto cómo la lista de espera quirúrgica sumaba veintiún casos más, lo que equivale a un incremento algo superior al 7% frente a las cifras que retrataban los retrasos en esta especialidad al final del curso pasado. La nómina de pacientes que están pendientes de someterse a una intervención asciende a 303. Eso sí, el plazo que se prolonga hasta que se practica la cirugía se ha reducido ligeramente. En concreto, a 31 de marzo la demora media era de 35 días, cuatro menos que en el trimestre precedente pero cuatro más que doce meses atrás, cuando la lista de espera no llegaba a los 270 procesos.
Urología, en la que la gerencia de Segovia también ha venido externalizando tratamientos para aligerar la carga a la que se enfrentan los profesionales y los medios de los que dispone la unidad, es otro de los servicios del complejo asistencial que ha sufrido un retroceso en la gestión de los retrasos para entrar en quirófano. Tal y como ponen de relieve los datos publicados recientemente por Sacyl en el portal 'on line' Salud Castilla y León, la cantidad de cirugías pendientes al acabar el pasado mes de marzo subió hasta las 169, lo que equivale a un aumento del 31% en tres meses.
Con respecto al año anterior, la cifra de intervenciones en cartera aún crece un poco más, hasta el 36%. Además, el tiempo que se prolonga la espera para la realización de la cirugía prácticamente es el mismo que el que arrastraba Urología a finales de 2024, pasando de 48 a 49 jornadas. Ese retraso aumenta bastante más en la comparación con el que se daba de media doce meses antes. En concreto, dos semanas más.
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Los 1.411 casos de ahora engrosan la denominada lista estructural, que es la que conforman aquellas personas en situación de ser operadas y cuya tardanza es atribuible a la organización y recursos disponibles. Además, a 31 de marzo había contabilizados otros 123 ciudadanos pendientes de una cirugía cuya programación no es posible en un momento dado, bien por motivos clínicos que contraindican o no aconsejan temporalmente la intervención del paciente, o bien porque ellos mismos han pedido un aplazamiento por razones personales o laborales.
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