Fuenterrebollo es un pueblo entre pinares y lagunas y puerta de las Hoces del río Duratón. Su iglesia, ermita, los Lavaderos , ahora Museo Etnológico, forman un gran patrimonio.
Y no sé por qué a pueblos como el mío lo llaman España vaciada, cuando debería ser España vaciándose, que le importa a muy pocos fuera de los pueblos. Y si realmente esto preocupara, habría inversiones estatales para nuestras pymes y autónomos; se ayudaría de verdad a nuestros agricultores y ganaderos; no dejarían que la banca nos borrara del mapa; las empresas telefónicas nos tomarían en serio; se controlaría la tarifa energética; se invertiría de verdad en las renovables; el transporte público estaría garantizado y se potenciarían los sistemas sanitario y educativo.
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Si el único criterio es el de la rentabilidad y el de la optimización de recursos, de cara a la galería y al puro negocio, entonces mejor abandonemos los pueblos y vayámonos todos a malvivir a las ciudades. Pero, por favor, que nos digan la verdad.
En cualquier caso, Fuenterrebollo es un pueblo amable, de gente divertida, rodeado de naturaleza, donde puedes ser tú mismo, no sólo uno más y tratar de controlar tu tiempo y tu felicidad.
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