El Ayuntamiento de Segovia cumple tarde con el deber de fiscalizar sus ingresos y gastos
En la provincia hay quince consistorios que ya han presentado el informe de 2024 al Consejo de Cuentas, entre los que están Palazuelos y La Lastrilla
El Ayuntamiento de Segovia no falla y cumple, aunque a menudo más tarde de lo estipulado, con la obligación de presentar la documentación que ... precisa el Consejo de Cuentas de Castilla y León para evaluar si la gestión económica y financiera de los programas de ingresos y gastos es acorde con los principios de legalidad, eficiencia, eficacia y con los valores de sostenibilidad y transparencia que se exigen a las administraciones locales. El órgano de fiscalización dependiente de las Cortes autonómicas se remonta al ejercicio 2006. Desde entonces, ha habido cinco gobiernos del PSOE y uno, el actual, del PP. En total, tres alcaldes que representaban a las siglas socialistas -Pedro Arahuetes, Clara Luquero y Clara Martín- y uno en filas populares, José Mazarías. Todos presentaron la información requerida, pero no siempre fue en el plazo que establece la regulación.
Los datos del Consejo de Cuentas ponen de relieve que en las dieciocho anualidades sometidas a supervisión, solos tres se registraron en forma y dentro de los límites de tiempo fijados, que colocan el tope en el 31 de octubre del ejercicio siguiente al examinado. Los que se salvan son los cursos 2014, 2015 y 2016. El resto se entregó con retrasos.
Para botón, la muestra de la última fiscalización completa llevada a cabo por el organismo autonómico presidido por Mario Amilivia, que se corresponde con 2023. Según los datos de la institución regional, el Consistorio de Segovia cumplió con la obligación de rendir cuentas el último día de febrero de este año, con cuatro meses de retraso con respecto al periodo oficial marcado.
Por otro lado, hay quince ayuntamientos en la provincia que no solo cumplen con sus deberes informativos ante el Consejo de Castilla y León, sino que lo hacen con anticipación. Son localidades que no van a agotar el plazo. Hay de todos los tamaños, aunque destacan cuatro sobre todos ellos porque sus padrones son de los más poblados. Cada término de este cuarteto supera los mil habitantes. Entre estos consistorios avanzados están Palazuelos de Eresma, con prácticamente 6.000 vecinos inscritos según el Instituto Nacional de Estadística en 2024, y su vecina de alfoz, La Lastrilla, con cerca de 4.700 residentes censados. Sin contar la capital, son la tercera y la quinta localidad más grandes de la provincia.
También las entidades locales menores
También están en la corta nómina de los que ya han presentado las cuentas de la anualidad 2024 los consistorios de Carbonero el Mayor (2.502 habitantes) y Cantimpalos (con 1.427).
Completan este exiguo listado, a fecha de este pasado 20 de julio, un abanico de municipios que van desde los 859 vecinos de Abades o los 593 de Villaverde de Íscar hasta poblaciones más pequeñas como Perosillo (20), Tolocirio (36), Marazuela (53), Donhierro (75), Marazoleja (96), Frumales (120), Montejo de Arévalo (161), Fresneda de Cuéllar (170) y Sangarcía (279).
El organismo autonómico también evalúa la salud de las entidades locales menores. En la provincia hay diecisiete, pertenecientes a otros tantos municipios. De todas ellas, cuatro estaban pendientes de cumplir con la obligación de presentar la pertinente documentación económica y financiera correspondiente a sus proyectos contables de 2023. Son Lovingos (Cuéllar), que en los últimos diez años había cumplido siempre y dentro del periodo de tiempo fijado; Tabladillo (Santa María la Real de Nieva), que tampoco había faltado a esa cita fiscalizadora, aunque en cuatro ocasiones lo hiciera con retraso; Montuenga (Codorniz), que encadena dos ejercicios sin registrar sus datos, y Vivar de Fuentidueña (Laguna de Contreras), que alarga el incumplimiento cuatro años.
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