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El alcalde de Torrecaballeros confía en el «todos, todos, todos» del nuevo obispoNo quiso ahondar más en algo que le está produciendo demasiado dolor, pero fue lo suficientemente claro: «Deseo de todo corazón que esas palabras se empiecen a hacer realidad desde hoy mismo, y [el obispo] abra las puertas y las ventanas de una diócesis que ... hasta el último momento hay quien se ha empeñado en mantener cerradas. Máximo respeto y máxima esperanza», dijo ayer Rubén García de Andrés, alcalde de Torrecaballeros, sobre las palabras inclusivas que el nuevo obispo de Segovia, Jesús Vidal Chamorro, pronunció durante la homilía de la misa de su toma de posesión, el sábado en la Catedral.
Monseñor Vidal recordó a los fieles que Dios acoge en su Iglesia a «todos, todos, todos», como le gusta subrayar al papa Francisco, «pero ser acogidos significa dejar que el Señor entre en nuestra casa, en nuestra vida, y la cambie para que aprendamos con él a vivir en la verdad del amor», afirmó. Ese «todos, todos, todos» llegaba una semana después de que el alcalde de Torrecaballeros denunciara que su párroco le ha negado la comunión por su condición de homosexual. Vidal no fue más explícito, pero a nadie pasó inadvertido cierto guiño a una situación incómoda que ha enfrentado a la Iglesia de Segovia con una sociedad «cada vez más secularizada», que dijera en la misma ceremonia el obispo saliente, César Franco.
A raíz de la denuncia pública de García de Andrés, el PSOE de Segovia criticó la situación que se vive en dos pueblos de la provincia, Basardilla y Torrecaballeros, donde el mismo párroco se niega a dar la comunión a sus feligreses por su condición sexual, de ahí que los socialistas hayan pedido al Obispado que interceda y termine con esta discriminación. No tardó en pronunciarse la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que echó mano de una cita del Nuevo Testamento, Gálatas 3:28, para recriminar en las redes sociales la actitud del cura de Torrecaballeros. «Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo». Redondo dijo que la buena noticia del evangelio «es la fraternidad y el amor frente a toda forma de discriminación».
La diócesis de Segovia, que ha estado inmersa estos días en el relevo de su cabeza visible, replicó justificando la decisión del párroco de Torrecaballeros de negar la comunión a parejas homosexuales en la defensa «del carácter sagrado de la eucaristía», y criticó al Partido Socialista de Segovia por pedir al nuevo obispo que corrija esta situación. Para el Obispado, la petición del PSOE supone «un juicio difamatorio de la comunidad católica de esta diócesis» y una «inadmisible injerencia» en los asuntos de la Iglesia, así como un «atentado contra la libertad religiosa».
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Según la diócesis, las informaciones sobre la actuación del sacerdote «están poco contrastadas». El Obispado explicó en un comunicado que el párroco ha cumplido con su ministerio, siguiendo la normativa de la Iglesia universal sobre la recepción de la Sagrada Comunión: «Se ha visto obligado a negar la comunión a personas del mismo sexo que viven según el modo matrimonial, lo cual puede ocurrir también entre personas heterosexuales sin vínculo matrimonial. Esto no es homofobia ni discriminación, dado que no se niega la comunión por la condición homosexual, sino por defender el carácter sagrado de la eucaristía».
En sus palabras de bienvenida al nuevo obispo, el prelado saliente, César Franco, advirtió de la secularización que, como «frío viento de la estepa», sufre el pueblo de Segovia, «austero, recio y de profundas raíces cristianas».
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