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Mayores y pequeños disfrutaron de lo lindo con el Descenso de San Pedro.

Resbalones de diversión

El Pañuelo celebra el Descenso de San Pedro o cómo refrescarse y divertirse con una lona, agua y jabón

mónica rico

Miércoles, 31 de agosto 2016, 12:22

Las fiestas de Cuéllar este año están disfrutando de unas altas temperaturas durante mañanas y tardes, por lo que refrescarse supone un placer para vecinos y visitantes. Y muchos lo pudieron hacer el pasado lunes de una forma muy divertida, gracias a la iniciativa de la peña El Pañuelo que celebró la sexta edición del descenso de San Pedro, que convierte la calle que lleva ese nombre en un tobogán acuático. Para realizar la divertida actividad, los azules, color del que visten los miembros de El Pañuelo, instalan una gran lona en el suelo, en la parte baja de la calle San Pedro, una de las más empinadas de la localidad, que a su vez es una de las más céntricas y transitada durante estos días de fiesta. Sobre ella y con la ayuda de una manguera, comienzan a lanzar agua. Para que el efecto resbaladizo sea mayor, se ayuda a la infraestructura con lavavajillas líquido, del que se utilizan varios litros, por lo que el descenso también se anima con una pequeña dosis de espuma.

Con todo preparado, comienza la diversión. Pequeños y mayores no dudaron en disfrutar de esta refrescante iniciativa, deslizándose sobre la lona con distintos artilugios, principalmente grandes flotadores, pero también colchonetas e incluso directamente sobre el cuerpo, con la única protección de la ropa, que quedaba empapada, lo que también ayudaba a aguantar mejor el calor de la mañana cuellarana.

En solitario, en pareja, en familia, con empujones, sentados, tumbados, hacia arriba o hacia abajo, los miembros de la peña fueron de los más atrevidos a la hora de lanzarse, pero a participar en esta iniciativa se sumaron muchos vecinos y visitantes más, algunos de los cuales imprimían gran velocidad a sus descensos.

Las ganas de lanzarse y la diversión no cesaron durante cerca de una hora, momentos en los que los resbalones no cesaron. Además, los azules contagiaron su buen humor a los espectadores que disfrutaban de de la diversión y junto a los rápidos descensos no faltaban los salpicones e incluso algún manguerazo a conocidos que no se decidían a participar en el lanzamiento.

Desde la peña El Pañuelo, además de este descenso, también se encargaron de animar las dianas y pasacalles del baile de rueda hasta la llegada del encierro el lunes. Además, durante la noche celebraron su primera Blue Night, una iniciativa que también tenía como punto central la diversión, en esta ocasión gracias a la música de la charanga que animaba el recorrido entre los distintos bares de la localidad que colaboraban con la noche azul y con los disfraces, puesto que se optó por realizar una noche temática que se centró en los deportes olímpicos.

Por último, durante la mañana de ayer, decenas de pequeños participaron en la Piñata Infantil organizada por la peña. En grupos, varios niños fueron ascendiendo hasta el templete de los paseos de San Francisco, donde se colocaron varias piñatas llenas de chucherías. Pero no todo fue tan sencillo, pues al tirar de las cuerdas había sorpresa: los caramelos estaban acompañados de harina y confeti que caía sobre las cabezas de los niños al mismo tiempo que los dulces. Además, ninguno de ellos se iba con las manos vacías, pues al descender del templete, los pequeños recibían algunas golosinas más.

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