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Cinco rutas para seguir a Santa Teresa

Un cuaderno de viaje sigue los pasos y las huellas de la Santa abulense en Valladolid

Teresa de Lapuerta

Viernes, 6 de marzo 2015, 12:12

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Ya antes de su primera visita, en el verano de 1567, la provincia de Valladolid el actual territorio, porque en el siglo XVI no existía la entidad administrativa estaba muy presente en Santa Teresa de Jesús. En Tordesillas nació la madre de su padre, Inés de Cepeda; en Olmedo, sus abuelos maternos y su propia madre, Beatriz de Ahumada; en Villagarcía de Campos se formó su confesor, Baltasar Álvarez; en la Villa de las Ferias vino al mundo su colaboradora Ana de Jesús, Lobera, y en la capital, el carmelita fray Jerónimo Gracián.

Por un lado, el territorio vallisoletano imprimió en la Santa de Ávila una impronta que trasciende sus dos fundaciones conventuales (Medina del Campo, en 1567, y Valladolid, en 1569) y, por otro, sus largos viajes por aquellos caminos de tierra han dejado una huella teresiana en muchas localidades, que hoy se suman a la conmemoración del quinto centenario de su nacimiento.

El historiador y colaborador de El Norte, Javier Burrieza, de la mano de la Diputación de Valladolid, ha fusionado la certeza histórica nutrida en los archivos, pero también en la obra de la reformadora, plagada de referencias sobre sus estancias, viajes y moradas en lo que hoy es Valladolid con las propuestas de itinerario de los repertorios de Villegas y Meneses «las Guías Michelin de la época» para proponernos «el diario que le hubiera encantado llevar consigo a Santa Teresa de Jesús en sus viajes por Valladolid», en palabras del profesor.

En colaboración con los técnicos del Patronato Provincial de Turismo y ricamente ilustrada por Óscar del Amo, la guía es un auténtico cuaderno de campo, en el que el ir y venir, la vinculación humana y divina, concreta y abstracta, de Santa Teresa con Valladolid se resume en cinco itinerarios, que atraviesan 13 localidades y seis lugares de especial interés teresiano. Una perspectiva más desde la que estudiar a ser humano inmenso, señaló el presidente de la institución, Jesús Julio Carnero, quien quiso poner el acento en Teresa de Jesús como «mujer luchadora».

Entre las dos medinas

El primero de los caminos propuestos tiene como destino la fundación del convento de Medina del Campo primera estancia documentada de Teresa de Jesús en Valladolid y aquella intensa jornada del 14 de agosto de 1567, que se inició en Arévalo y concluyó con la fundación del convento, ya al amanecer. El segundo itinerario es el de ida y vuelta entre Medina del Campo y Valladolid, que recorrió por vez primera entre el 9 y el 10 de agosto de 1568, acompañada de seis monjas, una postulante y fray Juan de la Cruz, al que había conocido en su nuevo convento medinense de San José. Se sabe que la Santa estuvo, al menos, en doce ocasiones en Medina y en seis en Valladolid capital.

Azucarillos de promoción

  • Un millón y medio de cafés servidos en Valladolid, Málaga,Cádiz,Salamanca, Burgos,Soria, Ávila o Madrid se endulzarán con la imagen de Santa Teresa. La empresa Café Baqué ha firmado un acuerdo con el Ayuntamiento de Ávila para distribuir 1.500 cajas que podrían subir a dos mil con cinco imágenes promocionales del VCentenario, con leyendas como «Sigue sus huellas» junto a la lista de las ciudades teresianas.

La tercera ruta es la transitada por Santa Teresa en diciembre de 1574 desde Ávila, con prisa y destino Valladolid, para resolver un problema grave vinculado a la vocación de Casilda de Padilla, quien finalmente acabaría abandonando el convento. Como en todos ellos, el cuaderno no ofrece un recorrido al uso, sino que transporta el viajero, al turista o al caminante, al Valladolid del XVI, aunque las dos mil guías editadas persiguen también promover el turismo religioso, al igual que la reciente sobre Monasterios y conventos visitables en la provincia de Valladolid, también de la Diputación Provincial.

El cuarto camino es el que condujo a la reformadora, entre 1580 y 1582, atravesando Valladolid, a las fundaciones del norte de Palencia y Burgos. Y el quinto y último, es el que la llevó, el 20 septiembre de 1582 y ya «herida de muerte», desde Medina del Campo a Alba de Tormes. Teresa de Ávila fallecería allí el 4 de octubre, apenas dos semanas después.

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