Borrar
Votantes en Florida. AFP
Florida inicia entre obstáculos la votación anticipada

Florida inicia entre obstáculos la votación anticipada

Los electores hacen colas para sufragar en un Estado en el que los republicanos obligan a pagar multas pendientes para poder participar

Caroline Conejero

Lunes, 19 de octubre 2020, 22:52

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El periodo de votación anticipada comenzó ayer en el Estado de Florida, donde había colas de hasta casi 200 personas una hora antes de las 7 de la mañana –cuando abrieron los colegios–, un indicador que subraya sin duda la importancia de lo que está en juego en estas elecciones estadounidenses.

En previsión de las largas colas de hasta 9 y 11 de horas en algunos Estados, los electores de Florida llegaron equipados con sillas y paraguas, dispuestos a aguardar todo el tiempo necesario para depositar su papeleta. Los votantes podían consultar en la web del departamento de Supervisión Electoral los tiempos de espera. Tras la avalancha de los primeros días, se espera que la afluencia se reduzca en las próximas dos semanas hasta el 1 de noviembre, cuando finaliza la votación anticipada en Florida.

Para muchos se trata de una cuestión de dignidad y de participación en un proceso que viene marcado más que en ninguna otra elección por la alarma sobre los intentos de sabotaje y las iniciativas de supresión del voto. Muchos habitantes del Estado desconfían ahora del sufragio por correo tras las campañas de interferencia y de desacreditación diseminadas por el presidente y los republicanos.

La importancia de lo que se dirime en estos comicios ha llevado a tomar precauciones. Así, mientras los ciudadanos mantienen la papeleta de voto por correo en casa, acuden a las urnas en persona para asegurarse de que su elección queda registrada. El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, uno de los leales de Donald Trump, ha situado el Estado en una situación límite con el decreto de apertura de escuelas, playas y economía al tiempo que esconden las elevadas cifras de la pandemia, que lleva camino del desastre.

Con solo dos semanas más de campaña, cada vez se vuelve más claro que una de las principales cuestiones de estas presidenciales será la amenaza de supresión del voto. Desde las restricciones sobre la entrega de papeletas hasta las llamadas telefónicas automáticas fraudulentas, la batalla para que la voz de los electores se escuche se ha convertido en uno de los temas más importantes de este año electoral. Las tácticas racistas de supresión del voto se han disparado en 2020 y Florida representa uno de los peores casos. Un Estado extremadamente peleado, donde se observa que Trump ha logrado una leve ventaja en los últimos sondeos.

Florida adoptó restricciones de voto racistas a personas con historial carcelario después de la Guerra Civil para «penalizar» las condenas de ex esclavos por delitos menores. Una práctica que finalmente fue invalidada en 2018 con la aprobación por referéndum de la Cuarta Enmienda de la Constitución, por un 64%, que reinstauró el derecho de sufragio a un millón y medio de personas con condenas previas. En una siniestra maniobra legislativa, DeSantis y los republicanos del Estado, en un intento por subvertir la ley, insertaron el requisito del «impuesto de capitación», que exige el pago de todas las multas y tarifas de su sentencia antes de poder votar.

La norma perjudica a una masa de electores de suma importancia en el crucial Estado que tradicionalmente decide las elecciones, sobre todo si se tiene en cuenta que en los comicios de 2000 la diferencia entre los candidatos fue de tan sólo 500 votos.

La ayuda de Bloomberg

El exaspirante presidencial Michael Bloomberg, que ha invertido cientos de miles de millones en las elecciones en Florida para ayudar al demócrata Biden, ha pagado hasta ahora 5 millones para pagar las multas y tarifas de 5.000 electores con derecho de voto restaurado.

Desde el sabotaje del voto por correo por parte del jefe del servicio postal nacional para proteger a Trump, hasta la eliminación de centros de votación y la imposición de medidas restrictivas, todas estas iniciativas están diseñadas con el único objetivo de dificultar y suprimir el sufragio de minorías, comunidades de bajos ingresos y demócratas.

Los demócratas llevan a cabo el contraataque con un aluvión de litigios y equipos de abogados por todo el país que tratan de proteger el voto de sus electores y asegurar en lo posible un recuento limpio y completo. Una ímproba tarea que incluye miles de condados a través de 50 Estados con diferente idiosincrasia jurídica y electoral. A esto se añaden los fortines republicanos en Estados cruciales, donde antiguas tramas de supresión de voto facilitan las nuevas operaciones para dificultarlo o negarlo.

En las últimas semanas, los grupos liberales han logrado algunas victorias en los tribunales, al tiempo que muchos Estados indecisos, como Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin, han extendido sus plazos de voto por correo hasta días después de las elecciones.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios