Los políticos se van de vacaciones... Todos no, resucita Silvia Clemente
En un agosto de preparativos electorales para no desconectar, por lo que puedan deparar informativamente Cerdán, Ábalos, Koldo y ahora Montoro, da el aldabonazo la expopular con un nuevo partido
Están contando los días para el asueto de agosto, pero sin quitar el ojo al teléfono y a lo que vaya deparando la información estival, ... entre Cerdanes, Koldos, Ábalos y ahora los amigos de Montoro. Los políticos se van de vacaciones. No todos. Reaparece Silvia Clemente, seis años después de dar portazo al PP para ser cartel en Castilla y León del Ciudadanos de Albert Rivera.
Se cruzó Francisco Igea y aquello acabó, después de unas primarias chapuceras y amañadas, en destrozo máximo para ella. 20 años de gestión política competente en líneas generales –es algo que sus detractores no pueden negarle– y un carácter que no eludía la confrontación con la cúpula del PP (Mañueco y dirigentes muy, muy cercanos) vistieron su cadáver político, que pretende resucitar ahora fundando un nuevo partido: Nueve Castilla y León. El aldabonazo del verano, que puede quedar en eso, en la foto de Clemente regalando sandías en su retorno a la vida pública.
El PP se resiste a regular incompatibilidades en las Cortes de Castilla y León y eso deja una pregunta: ¿A quien beneficia que eso siga así?
Agosto será un mes de preparativos a efectos políticos. Con un remusguillo electoral que tendrá en septiembre al personal dando ya codazos para entrar en candidaturas y lograr un puesto con posibilidad de amarrar escaño. Van a estar cotizados, porque el escrutinio que en el bipartidismo tenía suelos asentados, ahora es volátil, con más comensales (aquí ponga partidos) sentados a la mesa tenedor en mano.
Alfonso Fernández Mañueco ha fijado las elecciones de Castilla y León para el 15 de marzo. Agotará los cuatro años de una legislatura en la que necesitó a Vox para seguir como presidente de Castilla y León, siendo el primero de España en abrir a los ultraconservadores de Abascal las puertas de un Gobierno y la presidencia de un parlamento.
Y ha terminado el cuatrienio disfrutando de la soledad, tras la espantada de los socios. Descubriendo que un Gobierno en minoría, con un presupuesto que se puede prorrogar, es menos castigo que aguantar las salidas de Veganzones o de García-Gallardo. Ahorrándose coartadas inverosímiles para darles la razón. Y disculpas de aquella manera con los desempleados, las personas con discapacidad, las víctimas de la violencia machista o los sindicatos. Poniendo una vela a Dios y otra al diablo.
Pero ya quisiera Pedro Sánchez el balneario en el que se ha movido Mañueco como presidente desde 2024. Con disgustos puntuales, como la pérdida de votaciones en las Cortes, pero a años luz de los mandobles parlamentarios que han vapuleado al PSOE en el Congreso. El más hiriente para el PP aquí ha sido la ley que cambia el modelo de publicidad institucional y de paso ha intentado acotar el control que desde la Junta se puede ejercer sobre RTVCyL.
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Parecía que la oposición iba a apretar al popular en el mes de julio en las Cortes, pero ese aviso se ha quedado en nada en un parlamento que mantiene en la carpeta del 'debe' la regulación de las incompatibilidades de los procuradores con dedicación exclusiva. Esos que perciben retribuciones de 100.000 euros anuales, pero pueden cobrar por una actividad privada sin dar cuenta a nadie.
El de Castilla y León es el único parlamento de España que lo permite. El PP es el que más se resiste a regular incompatibilidades, después de que se destapara la situación de su exportavoz Raúl de la Hoz y eso deja una pregunta: ¿Por qué tanto empeño en mantener esa excepcionalidad en limpieza política y a quién beneficia no hacer nada?
Los populares miran de reojo a Vox. El miedo es libre y la posibilidad de volver a depender de lo que exijan los de Abascal para que Mañueco siga de presidente está ahí. Y eso dejaría al PSOE y a Carlos Martínez, con el lastre de los pactos de Sánchez y las investigaciones judiciales, heredando el pico y la pala de la trinchera de la oposición.
No juega a favor del socialista la escasa visibilidad que ha ganado estos meses fuera de Soria como relevo de Luis Tudanca. Tampoco que cuando ha instado al Gobierno de España, y más concretamente al vallisoletano Óscar Puente, a corregir el «error» de suprimir paradas de AVE en Medina, Sanabria y Segovia, le hayan hecho caso nulo. Enviándole el ministro después el recado de que la oposición en Castilla y León se echaba la siesta. Teniendo compañeros de partido para qué necesita nadie que le dé cera un adversario político.
Así está el panorama. Y ahora busca hueco Silvia Clemente.
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