Castilla y León
Los dos mundos del año preelectoral: calma en la Junta y batalla en las CortesOtra bronca en una comisión parlamentaria acaba con los socialistas fuera del debate y se suceden los movimientos inusuales en el día a día
«En otoño hay elecciones». El vaticinio lo lanzaba un asesor de Vox en las Cortes esta misma semana, y lo ratificaba otro de sus ... procuradores. En el PSOE, más que augurarlo, lo piden. Es un lugar común ya en cada intervención del nuevo secretario general, Carlos Martínez. Y en el PP, mientras, miran de reojo a su jefe de filas, Alfonso Fernández Mañueco, y siguen como si no pasara nada. Porque el presidente de la Junta, el único que puede decidir un anticipo electoral, insiste una y otra vez: no va a suceder.
Ocurre que la convocatoria del Congreso del PP para el mes de julio, con Mañueco designado como uno de los autores de la ponencia política, ha vuelto a propiciar las cábalas. «Génova se lo va a imponer», dicen en Vox, donde saben bien cómo son esas imposiciones de la dirección.
En este contexto, la política autonómica discurre entre dos mundos. El primero, el de la Junta de Castilla y León, con un Gobierno monocolor, sin presupuestos y en minoría parlamentaria, que ha activado ya la primera fase del modo preelectoral: anuncios como del presidente, en apenas unos días, de inversiones para la Raya (90 millones 'movilizados' para los 175 municipios entre Salamanca y Zamora) y de más ayudas para el relevo generacional en el campo.
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El segundo mundo es el de las Cortes. Allí se ha desatado la batalla a todo vértigo. Porque tanto Vox como PSOE, principalmente, quieren apretar al Gobierno autonómico con asuntos como el régimen de incompatibilidades o, especialmente en estos meses de rumbo hacia las elecciones, la reforma de la ley de publicidad institucional. No solo porque medios nacionales con líneas editoriales afines al PP han lanzado en los últimos meses 'ediciones autonómicas' en Castilla y León, sino porque PSOE, Vox y Francisco Igea han decidido aprovechar la grieta legislativa para promover un cambio del modelo de la televisión autonómica, entidad privada participada a medias por Edigrup y Promecal pero subvencionada con 22 millones anuales de aportación pública directa de la Junta.
Así, se han producido circunstancias casi inéditas en las Cortes. Por ejemplo, que los grupos negaron la prórroga habitual para la presentación de enmiendas, que esta vez había solicitado el PP. Casi una cortesía parlamentaria que los grupos entendieron como un intento de ralentizar el proceso. Ahora, con la pereza del PP para nombrar ponentes para el siguiente paso, Vox y PSOE han recordado a Carlos Pollán, presidente de las Cortes, que puede convocar la ponencia él mismo.
En este tira y afloja, el incremento de la tensión política provoca que cualquier chispazo derive en incendio. El último sucedió este viernes. En la Comisión de Educación, el procurador socialista Jesús Guerrero desgranaba lo que a su entender eran «preguntas-masaje» de los procuradores populares a los directores generales que comparecían habitualmente.
Enésima bronca
El presidente de la Comisión,el popular Pedro Antonio Heras, le llamó a la cuestión. Guerrero defendió que estaba argumentando y, ante la insistencia de Heras para que se ciñera al asunto, le interpeló: «¿Me puede decir el artículo del reglamento donde yo no pueda comentar lo que crea oportuno?». Y esta pregunta incrementó la temperatura de la discusión. «Por favor,por favor, le estoy diciendo, le llamo a la cuestión por segunda vez», insistió Heras. «Le vuelvo a decir, señor presidente, que me diga el artículo del reglamento...», replicó Guerrero. «Que me trate con respeto, le llamo al orden por primera vez».
A las tres llamadas al orden, le procurador avisado debe abandonar la sesión, sea una comisión o el Pleno. «Tiene usted menos tolerancia que el presidente de las Cortes en el hemiciclo, que aguanta más críticas en directo, callándose, que usted, que no tiene ninguna posibilidad de aguntar siquiera auna crítica, no a usted, sino a la Junta de Castilla y León», atacó Guerrero. «Ese tono faltón… Le llamo al orden por segunda vez», contestó Heras, que a continuación trajo a colación al Gobierno central. El clásico 'y tú más' omnipresente en la política autonómica: «Aquí vienen los directores generales a comparecer, no como en las cámaras que ustedes manejan y aparecen los ministros... El señor presidente del Gobierno lleva sin aparecer por el Senado más de año y medio».
«Le insisto, deme el artículo donde yo no pueda argumentar lo que crea oportuno en una comisión…», continuó el socialista. «Le estoy diciendo que dirijo yo la comisión, le llamo al orden por tercera vez y por favor abandone la comisión», zanjó Heras.
Es la segunda expulsión en poco tiempo. La última recayó en Francisco Igea en plena polémica por las declaraciones sobre la pandemia de la ya ex directora general de Salud Pública.
Pero es que además de estos brotes se han dado situaciones internas que demuestran hasta dónde llega la pelea política. Vox forzó una votación para mantener su puesto en la Mesa de la Comisión de Agricultura bajo amenaza de propiciar que se la quedara el PSOE, algo inédito, si el PP no daba su brazo a torcer. Después, el PP dejó a los socialistas sin su puesto en las mesas de las comisiones de Hacienda y de Medio Ambiente. Y el PSOE se quedó sin poder cambiar a los miembros de la Mesa de las Cortes ante la posibilidad de que ocurriera lo mismo.
La tensión entre los grupos vivirá una nueva etapa en las próximas semanas, cuando Carlos Pollán tenga que dirimir si convoca la ponencia para la ley de publicidad institucional o si deja que sea el PP el que maneje unos tiempos que, por ahora, corren en su contra.
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