Un verano con encanto

La llegada del verano supone cada año para los padres la tarea de encontrar, en muchos casos por cielo y tierra, un lugar acorde a sus posibilidades económicas sin olvidar por ello sus preferencias y las de sus hijos donde puedan pasar unos agradables días de vacaciones. La propuesta de un campamento o albergue, bien en la montaña, en la playa o en el campo, es la que prima en la mayoría de los casos.

Los padres y madres de la villa pinariega vallisoletana de Pedrajas de San Esteban no son una excepción y como otros miles de progenitores, llegado el mes de junio se afanaban en encontrar plaza en uno de esos campamentos o albergues, preferentemente situados en la montaña o la playa, organizados bien por empresas privadas, asociaciones o entidades publicas.

Y mientras la mayoría de los padres pedrajeros con hijos que han buscado este año plaza en un campamento o albergue para sus hijos en lugares y parajes mas o menos alejados de la comarca pinariega vallisoletana, sobre todo aquellos promovidos y organizados por alguna institución publica como pueda ser el Ayuntamiento, la Diputación o la Comunidad Autónoma. Más de seiscientos progenitores de todo el territorio nacional, preferentemente madrileños, pero también de otros lugares tan dispares como Santander, La Coruña, Valencia o Toledo, han puesto sus ojos en un campamento-albergue, de nombre Cervantes y situado en la Finca Los Cardiales, en el termino municipal de Pedrajas de San Esteban, por el que desde el pasado 4 de julio, cuando empezó la temporada, hasta el próximo 29 de agosto pasarán al pie de 350 chicos y chicas de entre 7 y 15 años.

¿Pero que buscan esos padres en Pedrajas de San Esteban y en este campamento? A esta difícil pregunta Primitivo Arcos espeta con otra pregunta: «¿Y qué buscan en otros sitios? Pues sencillamente un lugar con encanto, que Pedrajas de San Esteban lo tiene; un entorno idóneo, que esta zona de pinares a caballo entre Valladolid y Segovia lo posee, unas instalaciones donde saben que sus hijos va a estar bien tratados, y lo más importante se lo van a pasar bien, o por lo meno eso es lo que la mayoría nos dice, y sobre todo aquellos que repiten».

Pasarlo bien

Y los chavales ¿qué es lo que más les atrae de este campamento respecto a otros? Aquí las respuestas son de lo más variopintas, pero todas con un denominador común, que se lo pasan de maravilla, que las instalaciones están muy bien y el personal es un encanto, «aunque algunas veces les hacemos cabrear un poco», como asegura David tras lanzarse por la tirolina de más de cien metros que atraviesa buena parte del recinto.

Con varios años ya de actividad, el campamento-albergue Cervantes es todavía un desconocido para muchos de los vecinos de la villa piñonera. Galardonado el pasado año con el premio 'Campamentos Nacionales 2009' se encuentra instalado sobre una parcela de 10.000 metros cuadrados de superficie en lo que fuera una antigua explotación agropecuaria, en un entorno campestre, en medio del pinar y a escasamente cinco minutos de casco urbano, «que cuenta con unas instalaciones totalmente reformadas y todos los elementos necesarios para hacer que la estancia de los niños sea lo mas gratificante», como indica su promotor y director, Primitivo Arcos Aguado.

Un campamento-albergue con capacidad para noventa niños por turno, que dispone en de una amplio edificio donde se ubica el salón-comedor con cocina propia donde se preparan todos los alimentos que se consumen en el mismo.

El alojamiento, en otro inmueble separado, lo es en dormitorio con camas literas donde los niños descansan de una forma totalmente cómoda y segura, «sin sufrir las incomodidades de las tiendas de campaña», y disponen de un amplio cuarto de baño con duchas, lavabos, inodoros y sala de usos múltiples donde se desarrollan diversas actividades que van desde futbolín, a tenis de mesa, pasando por juegos de mesa, discoteca, teatro, etcétera.