La última crecida del Pisuerga se llevó el géiser de la plaza del Milenio de Valladolid
El Ayuntamiento dejó de retirarlo hace dos años en invierno y ahora será necesario un buzo para comprobar «si está o no en el fondo»
«Antes se retiraba siempre el géiser a finales de noviembre, una labor que nos encargaban a nosotros, para después volver a colocarlo en primavera ... y evitar así que pudiera ser arrastrado por las crecidas del río», recuerda Luis Ángel Largo, presidente de la asociación Los Amigos del Pisuerga, antes de lamentar que hace dos años que no se realiza esta labor preventiva (una responsabilidad del Ayuntamiento) y eso ha provocado que, al final, «haya pasado lo que ha pasado». Y lo que ha pasado es que el géiser, un costoso y pesado mecanismo que fue instalado hace nueve años en mitad del cauce, entre el puente de Isabel la Católica y la plaza del Milenio, desapareció durante la más que notable crecida que experimentó el Pisuerga el 22 de diciembre, cuando alcanzó su tercera mayor avenida del presente siglo, con un pico de 1.219 metros cúbicos por segundo (ahora apenas arrastra 80). La fuerza del agua debió romper los anclajes del soporte flotante del géiser y lo cierto es que ahora mismo «no sabemos si está en el fondo o pudo ser arrastrado por la corriente que lo cubrió esos días».
A quince metros de altura
Los propios voluntarios de la asociación acudieron el miércoles al punto exacto de la 'desaparición' e intentaron, sin éxito, tirar «con la grúa de nuestra plataforma flotante del tubo que lleva el cableado al motor del géiser que se encuentra en el fondo del río para ver si con el mecanismo salía la cabeza del géiser». Pero no pudieron. Lo que sí recuerda Luis Ángel Largo es que en verano ya advirtieron al Ayuntamiento de que «se había soltado uno de los tres anclajes que sujetaban el géiser» después de advertir que la plataforma, de la que manaba un chorro a presión que alcanzaba los quince metros de altura, estaba ladeada. La fuerza del agua durante la última crecida acabó rompiendo los anclajes y el géiser se encuentra ahora en 'paradero desconocido'.
«En verano ya advertimos de que se había soltado uno de los tres anclajes» que sujetaban el chorro
La única forma de averiguar si la cabeza del géiser está o no en el lecho del río, que en este punto ronda los seis metros de profundidad, pasa por que un buzo se sumerja y compruebe «si está o no allí abajo». El Servicio de Parques y Jardines, del que dependen las fuentes de la ciudad, géiser incluido, ha solicitado ya a la asociación la colaboración del buzo Javier Marqués, un profesional en la materia que ha protagonizado ya precisamente en este punto exacto del río varias inmersiones para conmemorar la hazaña de la primera inmersión prolongada de la historia (1602). «Lo mejor sería llevar a cabo la inmersión cuanto antes para aprovechar que el caudal del Pisuerga está ahora en niveles normales y que la claridad del agua es mayor en esta época del año», apunta el portavoz de Los Amigos del Pisuerga.
Los voluntarios de la asociación serán ahora los encargados de intentar recuperar este mecanismo decorativo que formaba parte del proyecto de remodelación de la antigua plaza de Usos Múltiples, rebautizada como del Milenio desde que se instaló la cúpula, y el géiser en el cauce, entre los años 2010 y 2011. El chorro en cuestión comenzó a funcionar en abril de aquel lejano 2011 y a partir de entonces era retirado cada invierno por esta asociación para ser limpiado y guardado hasta la primavera siguiente. Esta labor no se realizó el pasado noviembre, y parece ser que tampoco el anterior, y el mecanismo acabó siendo arrastrado por la crecida de diciembre. Quizás acabó en el fondo o quizás esté en algún lugar aguas abajo. El buzo Javier Marqués será el encargado de comprobar dónde está.
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