«Mi remolque volcó por los brincos de los peñistas», alega el conductor del tractor de Tordesillas

El problema es que el ahora acusado también dio positivo en la prueba de alcoholemia, con una tasa de 0,62 miligramos por litro de aire espirado (el límite legal es de 0,25 y a partir de 0,60 se considera delito). El sospechoso, en este sentido, reconoce que se tomó «un chupito en un bar antes de subir al tractor y unos vinos antes de la comida», pero defiende que no le afectaron y que circuló correctamente después de recoger a los integrantes de la peña El Infierno para llevarlos en el remolque a la ermita de la Virgen de la Peña (una tradición que se prohibió a raíz de aquel accidente). Un policía local que estuvo con él justo después del siniestro corroboró que «no presentaba signos evidentes de embriaguez», aunque aclaró que desde un primer momento, cuando le realizaron la prueba con su etilómetro, dio una tasa de 0,55. El resultado fue superior cuando sopló en el etilómetro homologado de la Guardia Civil (0,62). Uno de los agentes sí recordó que el agricultor desprendía un «notable olor a alcohol, balbuceaba y decía alguna incoherencia, aunque también es cierto que estaba nervioso por los hechos».

El atestado elaborado por los policías locales de Tordesillas apunta a un «posible exceso de velocidad» cuando el conductor del tractor entró a la rotonda del cruce de las avenida de Zamora y de Portugal para tomar la ruta hacia la ermita. No llegó a coger la salida y el remolque volcó sobre la margen derecha (todos los ocupantes salieron despedidos). «Los testigos nos dijeron que iba muy rápido y, sin duda, la velocidad excesiva fue la causa del vuelco junto al alcohol», apuntó uno de los policías antes de añadir que «también la inercia, al desplazarse los ocupantes del remolque durante el giro hacia la derecha, pudo contribuir posteriormente al vuelco».

El accidente tuvo lugar en una rotonda que estaba vigilada en ese momento por una patrulla con dos guardias civiles. El primero aseguró que no le dio la sensación de que el tractor «fuera más rápido de lo normal» y apuntó, como simple apreciación, que «pudo volcar por la inercia al moverse las personas durante el giro». Su compañero, sin embargo, señaló que su percepción fue «de que iba a más velocidad de la debida al entrar a la rotonda» e, incluso, añadió que unos vecinos que estaban junto a él gritaron: «¡Cuidado, cuidado!» al ver precisamente la velocidad con la que venía el tractor.

Y en esta misma línea se mostró el hombre que aquella tarde acompañaba, junto a su hija pequeña, al conductor en la cabina del tractor: «Le dije varias veces que aflojara y que tuviera cuidado y solo me contestó que controlaba y que su tractor no tenía que envidiar a ninguno de los que iban en la romería». El testigo añadió que los propios peñistas que iban detrás «le gritaron varias veces que frenara porque iba demasiado rápido». Su cuñada murió en el acto en el accidente y su mujer e hijas resultaron heridas: «Era amigo suyo, pero dadas las circunstancias entenderá que ya no».

El fiscal solicita inicialmente cuatro años de prisión para el acusado y las familias de las víctimas piden un año más.El juicio continua hoy.