Proyecto Hombre atiende este año a 126 menores de 21 años por consumo de cannabis en Valladolid

Las cifras hablan. Y alertan de que existe un incremento de adultos que acuden a Proyecto Hombre-Fundación Aldaba en busca de ayuda por consumo de cannabis y un número de menores de edad (alguno hasta 21 años) que supera los 120 y que este año acabaron en estas instalaciones para recibir un tratamiento específico ante una conducta problemática por el consumo de esta sustancia. Y hay más, porque la edad más baja atendida en Proyecto Joven (así se denomina el destinado a los menores) ha sido de 13 años, mientras que la media supera ligeramente los 16. «No son en absoluto conscientes de los riesgos que conllevan consumir esta sustancia», señala Maria de la Paz de la Puente, directora de Proyecto Hombre Valladoild.

Llegan hasta esta fundación tras haber experimentado una problemática psiquiátrica o a través de la presión familiar tras detectar actitudes como una mayor irritabilidad, estar más ausente o depresivo. Y en el 50% de los casos son chavales «muy normalizados», que viven con sus familias y están incorporados en los circuitos escolares correspondientes. Después, hay otro 30% con medidas judiciales, multas o libertad vigilada y pertenecen a centros de protección o reforma.

En general, según precisa De la Puente, el 90% de los jóvenes que acuden a Proyecto Hombre lo hacen por consumo de cannabis. «Es la droga fundamental por la que los padres demandan tratamiento», advierte la directora.

Hay además un repunte de en torno al 20% de mayores de edad, hasta 30 años, que acuden en busca de ayuda. Pues, según recuerda Paz de la Puente, el consumo de cannabis en personas con predisposición genética incrementa la probabilidad de episodios psicóticos de forma muy significativa.