Valladolid
Conmoción en Rioseco por la muerte repentina de tres vecinos en tres díasPedro Choya, Juan Villa y Tomás López fallecieron entre el martes y el jueves sin que los servicios sanitarios pudieran hacer nada para su reanimación
Existe un vínculo muy cercano y especial entre todos los que viven y conviven en un mismo pueblo, entre los que habitan un mismo espacio ... cotidiano en que cada día se saludan con gestos y palabras de cercanía y proximidad, porque todos se conocen en una especia de gran familia. Por eso, cuando sucede un fallecimiento es sentido como una triste pérdida que de alguna manera afecta a todos, dejando una dolorosa huella. De ahí la gran conmoción que los riosecanos han vivido esta semana con el fallecimiento repentino en tan solo tres días de sus convecinos Pedro Choya, Juan Villa y Tomás López.
Esta aciaga racha se iniciaba el martes por la mañana cuando fallecía de repente en Valladolid durante el desempeño de sus labores profesionales Pedro Choya San José con tan solo 49 años. Aunque vivía en la capital era habitual que se acercara a Medina de Rioseco, donde tenía muchos amigos y familiares, como su tío, el que fuera teniente de alcalde del Ayuntamiento Ignacio San José, volviendo de una manera especial en Semana Santa, al ser cofrade de la Hermandad de la Crucifixión, el popular Longinos, en la que ingresó con apenas 3 años, en una larga familia longinera dentro de ese andamiaje que sustenta las cofradías riosecanas. Pedro sacó la cadena delantera en varias ocasiones en ese importante puesto. En 2027 hubiera cargado por última vez su querido Longinos, a la espera, si la vida se lo hubiera permitido, de ser mayordomo con algo más de ochenta años. El coche fúnebre con los restos de Pedro Choya llegó el jueves a la iglesia de Santa María escoltado por sus hermanos de cofradía en una bonita tradición de la Semana Santa riosecana. Antes de entrar a la iglesia, algunos de sus primos, entre los que se encontraba el presidente de la Hermandad de Jesús Nazareno de Santiago, Ramón San José, llevaron el féretro hasta la cercana Capilla de los Pasos Grandes, donde tuvo lugar un responso.
No habían pasado 24 horas cuando el miércoles, a primera hora de la mañana, Juan Villa Asensio se desvanecía en su casa, sin que los servicios sanitarios pudieran hacer nada por reanimarle, siendo también inútil la llegada a la localidad del helicóptero del Sacyl. Fallecía a los 68 años. Juanito, como así se le conocía a este buen riosecano, fue el operario municipal que durante muchos años se encargó de la depuradora municipal controlando la calidad del agua de la localidad, en un trabajo de 24 horas durante casi todos los meses del año. Además, estuvo en el servicio de obras, demostrando gran experiencia y disposición, con gran habilidad en algunas tareas como en el trabajo con hierro, con muchos ejemplos que han quedado en la localidad. Juan era veterano cofrade de la Hermandad de Jesús Nazareno de Santiago y la Santa Verónica, como lo son sus hijos, Juan y Raquel, componentes de la banda de la cofradía, y su nieta, Jimena. Cientos de riosecanos y allegados llenaron en su funeral la iglesia de Santiago, de la que tantas veces Juan sacó a su querido Nazareno cada Jueves Santo.
Ya los riosecanos esperaban dar el jueves por la tarde el último adiós a Pedro y a Juan en sus respectivos funerales, cuando al mediodía se conocía la muerte repentina de Tomás López del Amo a los 88 años cuando entraba en la administración de lotería, siendo también inútiles los intentos del personal sanitario para su reanimación. Natural de Saelices de Mayorga, tras sus estudios en medicina y su especialización en Odontología, con el tiempo Tomás abriría una clínica dental en Medina de Rioseco, en una localidad donde contrajo matrimonio con Alicia Hernández Urbón, la pintora que fallecía hace unos años con numerosos lienzos sobre su querido Rioseco. Ocupaciones familiares y profesionales que no impidieron a Tomás preocuparse por el bien común para ser concejal del primer Ayuntamiento democrático en 1979, siendo alcalde Manuel Fuentes. Su funeral se celebrará este sábado, a las 13.00 horas, en la riosecana iglesia de Santa María. A los tres fallecidos les unía ser personas muy cordiales y afables, despertando grandes simpatías entre vecinos, amigos y familiares.
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