El Papa Francisco entrega el palio arzobispal a Luis Argüello

Monseñor Argüello recibió de manos del Papa junto con otros 31 nuevos arzobispos metropolitanos el palio que, en palabras del propio arzobispo electo de Valladolid para El Norte de Castilla a la conclusión del ceremonial, «expresa la singular comunión con el sucesor de Pedro». Luis Javier Argüello reconoció además que lo vivido en la basílica del Vaticano fue «un momento especialmente emocionante» a las puertas de su nombramiento oficial el próximo 30 de julio en la Catedral. Sin duda, dos grandes templos, los de Roma y Valladolid, que están especialmente presentes en el corazón y en el devenir pastoral de monseñor quien, con la misma alegría, quiso reiterar a los vallisoletanos su mensaje de unión y concordia explicando que lo vivido ayer «ha sido una experiencia del espíritu santo para así confirmarme en la fe y así lanzarme a una Iglesia en comunión y en misión, que quiera verdaderamente acoger a todos y anunciar la alegría del Evangelio».

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En este sentido el propio Papa Francisco animó este miércoles a los 31 arzobispos electos «a acoger a todos y a anunciar el Evangelio con pasión y neutralidad». Pero el también obispo de Roma quiso acercar a todos el acto entrañable de ayer de entrega de palios destacando «la bonita tradición» que significa y explicó que «en comunión con Pedro, ellos están llamados a levantarse rápidamente, no dormir, para ser centinelas vigilantes del rebaño y a pelear el buen combate, nunca solos, sino con todo el santo Pueblo fiel de Dios».

«Como buenos pastores deben estar delante del pueblo, en medio del pueblo y detrás del pueblo, pero siempre con el santo Pueblo fiel de Dios, porque ellos forman parte del santo Pueblo de Dios», concluyó el Santo Padre.

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Qué es el palio

El palio del arzobispo es la insignia exclusiva y de los arzobispos metropolitanos y recuerda la unidad con el sucesor de San Pedro. Es una banda de lana blanca en forma de collarín, adornada con seis cruces de seda negra. Es semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario, siendo de tela blanca salpicada de cruces y que les envía personalmente el Papa como distintivo de su especial dignidad.

La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. Tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda, que significa que el obispo debe poseer vida, ciencia, doctrina y poder. Se relaciona también con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo.