El Papa oficializa el nombramiento de Argüello como arzobispo de Valladolid

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Un arzobispo al cabo de la calle

El secreto pontificio se desveló este jueves. La puesta en escena fue muy sencilla, como a ambos les gusta y les caracteriza, en la recoleta sala de prensa del Palacio Arzobispal. La expectación fue máxima, pues estaban muchísimos representantes de los medios locales, regionales e incluso nacionales, así como trabajadores diocesanos, algún sacerdote, varios fieles y miembros de congregaciones religiosas y cofradías de la ciudad. Pero amén de la importancia del anuncio, uno de los aspectos que más importancia y valor adquirió fue la gran confianza reinante entre Blázquez y Argüello, entre el saliente y el entrante, la mutua ayuda que se confiaron públicamente. Sin duda, una cercanía que ambos también quisieron trasladar a los ciudadanos indicando que en las últimas fechas habían sido innumerables las personas que, especialmente a Blázquez, le había preguntado: «¿No hay noticias del nuevo nombramiento?». A lo que a continuación espetó: «¡Tenemos noticias, son buenas y estamos contentos!».

Y esta «fraternidad y amistad» existente entre ambos, Luis Argüello también la quiso hacer extensiva desde todos los miembros de la vida contemplativa y religiosa, «cofradías, asociaciones, comunidades y movimientos diocesanos, a cada familia cristiana e iglesia doméstica», a la par que destacó el cariño que la Iglesia profesa «a los niños y a los jóvenes, a los mayores y a los enfermos». El arzobispo electo insistió mucho en este primer saludo en querer llegar a todos: «Somos una porción del pueblo de Dios el que camina para anunciar al pueblo vallisoletano, del que formamos parte, la buena noticia del Evangelio y ser signo e instrumento de fraternidad y amistad civil». Así, en su intención de ser un pastor y servidor público, también tendió la «comunión» a las autoridades locales, regionales y estatales y a todo tipo de servidores públicos.

Este anuncio será una realidad completa el próximo 30 de julio, sábado. La Catedral acogerá la «inauguración del ministerio del nuevo arzobispo» ante, pese a lo complicado de la fecha veraniega, la previsible presencia de varias decenas de obispos y arzobispos. A partir de ese momento Luis Argüello adquirirá el cargo de arzobispo de Valladolid mientras que Ricardo Blázquez será arzobispo emérito de Valladolid. Es más, este viernes reveló entre risas que ya tiene las maletas «medio hechas» para su retiro en la residencia sacerdotal de Ávila.

Tras su paso en los últimos años por el Seminario Diocesano de Valladolid como formador y rector entre 1997 y 2011; como vicario general desde 2011 y como obispo auxiliar desde 2016, su nombramiento llega en un momento donde la Iglesia cada vez presenta más necesidades y por eso ayer insistió en varias ocasiones en su plena dedicación para la que empezó ayer mismo pidiendo al Señor «que potencie lo bueno que hemos compartido hasta ahora en la Diócesis, que perdone y restaure las heridas provocadas y que me regale luz y fortaleza de su espíritu para impulsar el camino». Así, reveló que su gran desafío apostólico será «la transmisión de la fe y de la iniciación cristiana», pidiendo en este sentido por las vocaciones y «por las vocaciones al matrimonio, porque tenemos que cultivar la vocación al matrimonio cristiano porque si no hay familias no hay transmisión de la vida».