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Zanjas abierta en Huerta del Rey. R. ALONSO
Así será la nueva macrocaldera de biomasa de Valladolid

Así será la nueva macrocaldera de biomasa de Valladolid

Comienzan las obras para calentar con astillas media docena de edificios públicos de Huerta del Rey

Víctor Vela

VALLADOLID

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Domingo, 27 de agosto 2017, 14:09

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Están las calles de Huerta del Rey con las tripas abiertas–aceras sajadas y jardines levantados– después de que la consejería de Fomento y Medio Ambiente haya emprendido las obras para construir la segunda gran caldera pública de biomasa en la capital, una red que calentará con pellets y astillas diversos bloques administrativos y educativos de la zona oeste.

Los buenos resultados obtenidos en la que desde finales de 2015 presta servicio a 27 edificios de los campus Miguel Delibes y Esgueva de la Universidad (con anunciadas extensiones al Hospital Clínico) han animado a emprender esta obra, adjudicada por 2.135.899,83 (más IVA) el pasado 12 de diciembre y cuyas obras han comenzado este verano, con un plazo de ejecución de 54 semanas. El contrato incluye también dos años para el mantenimiento de los equipos (con un coste estimado, e incluido en el contrato, de 133.578 euros más IVA), prorrogable por otros dos más.

Esta segunda red de calor tendrá como epicentro la Feria de Valladolid, donde se ubicará la sala de calderas, desde la que saldrán las conducciones hacia diversos inmuebles de Huerta del Rey que en la actualidad reciben suministro de calderas de gas y gasoil. En una primera fase, el entramado de tuberías llegará hasta Usos Múltiples, el edificio de Economía y Hacienda de la Junta, la delegación del Gobierno, el polideportivo Huerta del Rey, la Escuela de Arquitectura y la consejería de Fomento y Medio Ambiente. La instalación, no obstante, incluirá cuatro puntos más a lo largo de la red para la conexión de futuros edificios que quieran incluirse en esta trama de tuberías para la distribución de calor.

Desde la Junta de Castilla y León no ofrecen datos concretos sobre la obra (hay que rastrearlos en los boletines oficiales y en los informes colgados en su página web), pero el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, sí que tuvo palabras para este proyecto el pasado 11 de mayo, ante la comisión de Economía y Hacienda de las Cortes, cuando explicó los criterios de su departamento para los presupuestos generales de la comunidad para este año.

Las cuentas autonómicas incluyen en este 2017 hasta 1,8 millones para esta red «que conectará edificios públicos de Huerta del Rey» y otros 640.000 euros para incorporar al Clínico a la red de calor de la Universidad. Suárez-Quiñones subrayó que con estas inversiones –que utilizan como combustible pellets de madera y astilla forestal– «se fomenta la sustitución de combustibles fósiles por biomasa con el doble objetivo de impulsar las energías renovables y el aprovechamiento de recursos naturales, en concreto, el enorme potencial de recursos de biomasa que albergan los montes (con una capacidad de producción que supera los 6,5 millones de toneladas anuales, de los que únicamente se aprovechan algo más de un 9%)».

El corazón de esta nueva red bombeará calor desde un nuevo edificio que se construirá en el aparcamiento interior de la Feria de Valladolid, en una zona de uso exclusivo de personal de la Junta de Castilla y León, con acceso desde la avenida de Vicente Mortes. Allí se construirá un contenedor que albergará la sala de calderas y el depósito de biomasa, en una parcela de 1.245,50 metros cuadrados. Será, según el proyecto, una «edificación sencilla, de volumetría rectangular, con una imagen acorde al resto de las edificación del recinto ferial».

Para cumplir con los criterios de edificabilidad –y que el bloque no supere sobre rasante las alturas marcadas por el plan general–, esta estructura se enterrará a una cota bajo tierra de 2,40 metros, para que solo se eleve 4,74 metros en superficie. Incluirá por un lado un depósito de astillas (con muros de hormigón)de aproximadamente 800 metros cúbicos brutos, con capacidad para garantizar el consumo durante los 15 días más desfavorables del invierno, aquellos en los que sea necesario más material de combustión.

Además, incluirá una sala de claderas, con un gran espacio diáfano de 26 metros de largo por quince de ancho y con la fachada exterior revestida con chapa ondulada. El pliego de condiciones exigen que la obra de la edificación de las naves y de las instalaciones internas sean simultáneas.

A partir de ahí, se extenderá un entramado de tuberías que conducirán el calor hasta los edificios públicos que ya se han integado en esta red de calor. El nuevo modelo de calefacción por biomasa permitirá sustituir las antiguas fuentes de alimentación de calor. En la actualidad, hay tres calderas de gasóleo en Usos Múltiples y tres de gas en la sede de Economía y Hacienda de la Junta. La Delegación del Gobierno se calienta hasta ahora con tres calderas de gasóleo, en el polideportivo Huerta del Rey hay una de gas natural y hay otras cuatro calderas en la consejería de Fomento y Medio Ambiente y dos más en la Escuela de Arquitectura.

Precisamente hacia este último edificio se dirige la conducción de las tuberías en estos primeros compases de la obra.

Este proyecto, explican desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, se incluye dentro de un programa de ahorro y eficiencia energética cuyo presupuesto asciende a 50 millones de euros, que está en su mayor parte financiado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Desde la Junta recuerdan que estas inversiones «se irán amortizando mediante los ahorros que generen las propias instalaciones que se lleven a cabo».

La experiencia de intervenciones de este tipo apuntan a ahorros de entre el 20% y el 30% del consumo energético, a lo que habría que sumar los beneficios indirectos, pues la materia primera que se utiliza para calentar todas estas instalaciones se genera en la región, «la mayor fabricante española de pellets de biomasa».

Además, recuerdan desde la Junta, «como consecuencia de un consumo menor de energía, se reducen las emisiones de CO2, con lo que esto se traduce en una contribución a la mejora del calentamiento global y, en definitiva, a una contribución al bienestar social».

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