Entrada al aparcamiento, con la Plaza Mayor al fondo. Carlos Espeso

Un informe técnico pedía, en 2022, la sustitución de toda la lámina impermeable de la Plaza Mayor

El material, «muy deteriorado», provoca filtraciones en el aparcamiento en muchos puntos, lo que impide actuaciones puntuales y obligaría a levantar los 4.500 metros de pavimento

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 7 de diciembre 2025, 14:53

La Plaza Mayor de Valladolid tiene goteras. Filtraciones, más bien. Hacia el sótano 1 del aparcamiento. No es un problema nuevo, y el Ayuntamiento ha ... destinado una partida de 123.000 euros para la rehabilitación de la primera planta debido, precisamente, a que se han detectado algunas zonas deterioradas. Sin embargo, las afecciones al aparcamiento son mayores de lo que puede resolverse con este contrato, a juzgar por el informe que la empresa Incidec Ingeniería presentó el 25 de agosto de 2022, aún con el anterior equipo de Gobierno en la Alcaldía -el relevo se produjo en junio de 2023-. La conclusión principal era que la lámina impermeable bajo el pavimento adoquinado había superado su vida útil, unos 25 años, y estaba en pésimas condiciones. Y eso creaba problemas «generalizados», lo que obligaría, para encontrar todos los puntos por los que se producen las filtraciones, a «levantar toda la pavimentación de la plaza y la protección pesada sobre la lámina», con el riesgo de romperla aún más.

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El coste de sustituir todo el sistema impermeabilizante, estimaba entonces la empresa de ingeniería, rondaría los 1,5 millones de euros. «Incluida la demolición y reconstrucción sobre la zona del aparcamiento». Por si quedaba alguna duda, un párrafo más adelante, el informe concluía: «La única solución de reparación es la completa sustitución».

El informe de Incidec lo firma un arquitecto perito a requirimiento del Ayuntamiento, entonces bajo el mandato de Óscar Puente, que quería averiguar el estado de «las humedades y fallos de estanqueidad de la cubierta del aparcamiento de la Plaza Mayor de Valladolid». El estudio se encargó el 12 de julio de 2022 y se entregó un mes y medio después. Y el propio PSOE ha puesto en conocimiento del actual equipo de Gobierno la existencia de este informe, que ya cumple tres años y medio sin que se haya acometido la gran reforma que necesitaba la Plaza Mayor.

El Consistorio quería saber, entonces, qué trabajos había que acometer y con qué coste para reparar y sustituir los elementos «afectados por la humedad». Y también cuáles eran los puntos críticos y averiguar el origen de las filtraciones. Aquí hay que aplicar un cierto contexto. El Ayuntamiento remunicipalizó la gestión del aparcamiento de la Plaza Mayor y se hizo cargo de la gestión desde enero de ese mismo año. Y quería constatar si la empresa concesionaria hasta ese momento tenía responsabilidad en la subsanación de los problemas detectados, que se habían cuantificado en algo más de 20.000 euros. El informe concluyó, en este punto, que la empresa podía ser responsable de arreglar esos desperfectos, pero era el Ayuntamiento el responsable de arreglar el problema estructural del estacionamiento.

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La construcción de la segunda planta del aparcamiento se realizó en 1997. Es entonces cuando se añade la actual capa impermeabilizante. En 2014 se repararon algunos daños en el forjado de hormigón. En 2019 se acometió la reforma de los accesos. Y en 2021 aún hubo que hacer frente a una reparación en el ascensor a causa de la humedad, que tuvo inactivo el elevador durante bastante tiempo.

El análisis de Incidec explicaba que la lámina de impermeabilización estaba «muy degradada», lo que provocaba «numerosas goteras en el techo del primer sótano». Esto se observó especialmente durante las obras de reparación del ascensor, de cuya memoria sacaba el perito esos datos. Esa memoria añadía que la falta de estanqueidad, a su vez, provocara el empapamiento de las placas de porexpan que forman parte de la estructura, lo que las convertía en improvisadas esponjas que días después de las lluvias aún expulsaban el agua retenida.

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Superficie afectada

El informe de Incidec explica que se desechó la idea de realizar catas por su elevado coste (unos nueve mil euros por un cuadrado de unos 20 metros cuadrados) y porque no resultaría suficientemente representativo. Hay que tener en cuenta que la superficie de la Plaza Mayor que cubre el aparcamiento es de unos 4.500 metros cuadrados. Algunas de las zonas más afectadas eran visibles entonces por las manchas de humedades encontradas en el sótano. Y el propio informe las destaca sobre un plano y acompañadas por un buen número de fotografías de los puntos más deteriorados. Así, aparecen ubicadas ocho grandes manchas de filtraciones y otras quince marcas de corrosión en unas «bandejas de contención de filtraciones» metálicas. Y en este punto advierte el perito de que los anclajes de las bandejas con el hormigón, si tocan las barras del armado del cemento, «podrían inducir la corrosión» en esos armados, lo que agravaría los daños «seriamente».

Cabe destacar que el estudio se realizó en verano de 2022. Entre el día en que se encargó el estudio y el que se firmó, llovió una vez en julio, con 0,51 litros por metro cuadrado, y dos en agosto, el día 11, con 1,27 litros por metro cuadrado, y otra justo el día antes de rubricarse el informe pericial, con 2,2 litros. En ese periodo, en 25 de los 45 días se superaron los 35º de máxima. Aun así, en una inspección con cámaras termográficas se identificaron «múltiples puntos por donde se filtra el agua desde la cubierta». Y volvía a insistir: «La entrada de agua no se produce por puntos aislados […] sino que hay constancia de que existen múltiples puntos por donde el agua filtra, […] recomendando una actuación de reparación general sobre toda la cubierta».

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No solo es que se cuele el agua. Es que provoca, además, que el hormigón se dañe en algunos puntos, lo que puede provocar corrosión y fisuras, advertía. «Un problema que hasta la fecha está contenido y solo será visible cuando la reparación sea muy costosa».

El informe pericial añade una curiosidad sobre la última intervención realizada en la Plaza, la relativa al ascensor. Se repararon las humedades y, en esa zona, se cambió la lámina impermeabilizante. Una intervención exitosa pero que deparó un nuevo punto de conflicto: la línea en la que la nueva lámina se une con la anterior, que casi parece lógica a la luz del estudio «dada la complejidad que suele tener la soldadura de la nueva con la preexistente de más de 20 años».

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